UNA HISTORIA DE REFUGIADOS


Yusra Mardini tiene una cara aniñada, una sonrisa optimista y una voluntad de hierro. Su vida en Siria no era la de una familia especialmente acomodada, pero vivian bien. Su padre era entrenador de natación, y entrenó a sus hijas desde muy pequeñas, y su madre era fisioterapeuta.

La guerra de Siria cambió sus vidas, bajo los bombardeos, sin casa, sin futuro, Yusar y su hermana mayor Sara, se metieron en una balsa hinchable (prevista solo para 6 personas) con otros 18 refugiados, por la que habían pagado más de 1.500 $ cada uno a la mafia turca. Para sorpresa de todos, el motor de la balsa dejó de funcionar a los 20 minutos de estar en el mar, frente a las costas de Turquía. Yusra y Sara, no dudaron en tirarse al agua, junto con otro refugiados, y nadaron empujando la balsa hasta cerca de la Isla de Lebos. Más de tres horas agotadoras, luchando contra el mar, y donde los valientes nadadores estuvieron a punto de perecer ahogados por el frío y el cansancio. Dice ella que siendo nadadora, hubiese sigo absurdo morir nadando.

No fue este el final del periplo, más bien el inicio. La historia de los refugiados Sirios es humillante. En Lesbos ni siquiera les dieron comida o agua (estaba prohibido por la autoridades). Viajaron por Macedonia, Serbia y Budapest y llegaron a Alemania, donde no son ciudadanas de ninguna parte, pero al menos fueron acogidas en campos de refugiados. Yusra y su hermana pagaron más de 5.000 $ a las mafias en todo este deambular.

El conflicto armado en Siria ha dado lugar a una de las mayores crisis humanitarias de toda la región. 250 personas, la mayoría civiles, han muerto desde el estallido de la guerra en 2011. Desde principios de 2013 el número de refugiados sirios en los países vecinos se ha duplicado. Las cifras más recientes indican que 4 millones de refugiados sirios buscan asilo en Jordania, Líbano, Turquía, Irak y el Norte de África. Más de la mitad son niños y la mayoría de ellos están traumatizados por el horror que han vivido.

La historia de Siria nos podía haber ocurrido a todos, es la historia de las guerras por los recursos. Tenían una casa, estudios, una vida y han sido desprovistos de todo. El resultado es la paradógica figura de “expulsados retenidos”. No tienen pasaporte, no son de ningún sitio.

Pero las migraciones por la guerra, por los recursos y en el futuro no muy lejano, por el cambio climático, no son un patrimonio exclusivo de los paises pobres. En un futuro, van a existir desplazamientos climáticos masivos en el interior de los países ricos. Muy cerca de nosotros, las provincias de Almería y Murcia comenzarán a despoblarse a partir de 2040, debido a la fuertes sequías y al aumento de la temperatura. Y también habrá desplazamientos de países ricos hacia países más pobres, desde EE.UU. hacia México.

Yusra se lanza cada mañana a una piscina olímpica a las afueras de Berlín, donde vive ahora, para su entrenamiento rutinario. Se prepara para las olimpiadas de Tokio y representará a los refugiados. Su historia es una historia de superación y esfuerzo, que se hizo mediática. Fue recibida por el ex Presidente Obama, ha dado discursos ante las Naciones Unidas y ha sido nombrada Embajadora de Buena Voluntad del Alto Comisionado para los Refugiados de la Naciones Unidas (ACNUR).

Nosotros, desde el Sur, frente a las personas refugiadas que recibimos cada día en el Mediterráneo, no podemos permitirnos mirar para otro lado. La desgracia de tener que emigrar por la guerra, por el cambio climático o por la falta de recursos económicos para poder vivir, nos puede pasar a todos.

Carmen Ciudad
Women International League for Peace & Freedom

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