MODELO NEOLIBERAL DE INTERVENCIÓN EN LOS SERVICIOS SOCIALES.

 

¿Cuál es el modelo de Intervención en los Servicios Sociales que queremos l@s profesionales que trabajamos en éstos? ¿Qué modelo quieren l@s ciudadan@s? ¿Y nuestr@s representantes políticos, hacia dónde dirigen sus estrategias en este sentido?

Parece claro que desde la profesión, y desde gran parte de la ciudadanía, la defensa de lo público es una cuestión innegociable y que la apuesta por unos Servicios Sociales públicos y de calidad es firme. Así lo contempla, en Andalucía, la Ley 9/2016, de 27 de diciembre, de Servicios Sociales.

Pero no queda tan claro lo que quieren las personas que plantean las políticas Sociales municipales, autonómicas y estatales, observándose una progresiva privatización de los Servicios públicos y el desmantelamiento del modelo de Bienestar.

En los Servicios Sociales hemos pasado de la Beneficencia a un modelo de Intervención centrado en los Recursos que se inició en 1988 con la puesta en marcha del Plan Concertado de Prestaciones Básicas de los Servicios Sociales. Este modelo de Intervención centrado en los Recursos, lejos de ser superado por la implantación de otro Modelo de Intervención centrado en las Personas en el que la calidad en la intervención fuese el pilar fundamental en el que se basara su desarrollo, se ha reforzado e, incluso, revertido hacia modelos más cercanos a la Beneficencia que a la Justicia Social.

Durante muchos años, en el Ayuntamiento de Sevilla, l@s profesionales que trabajamos en los Servicios Sociales, nos hemos quejado del modelo de Intervención centrado en los Recursos que se ha venido aplicando desde hace años y que tras la crisis sanitaria de 2020 provocada por el COVID supuso la implantación de una versión más estricta del mismo, más dura, áspera e impersonal, que potenciaba, sobre todo, la gestión de más recursos para dejar en un segundo plano la intervención de calidad del profesional y en un tercer plano la figura del usuari@, sobrecargando de tareas burocráticas de manera inexplicable a l@s profesionales.

Este modelo, defendido por la Dirección General del área de Servicios Sociales y por algunas jefaturas, responde claramente a un modelo Neoliberal que prioriza el número y la cantidad de resultados por delante de la calidad de la intervención. El éxito de este modelo Neoliberal depende de la cantidad de intervención que se realice y de los recursos que se apliquen. Para esto, el papel del profesional se reduce a ser gestor de recursos y especialista en tareas administrativas.

Para que el éxito de este modelo se haga efectivo, el razonamiento que dan sus defensor@s esta basado en la perversión y adulteración de la citada Ley de Servicios Sociales de Andalucía, haciéndonos creer que solo existe un número determinado de artículos sagrados, intocables y prioritarios de dicha Ley que se han de cumplir y, en cambio, hay otros artículos que han sido tan demonizados, ninguneados e invisibilizados que no son exigibles.

Es decir, se fundamenta este modelo mediante la aplicación de los artículos 4, 7, 9, 26, 28, 35, 41, 42, 44 que garantizan la cobertura de las necesidades básicas, el derecho de acceso universal al conjunto de Servicios y prestaciones a los usuarios, la estructura en niveles de atención, las funciones de los Servicios Sociales comunitarios, la atención a las urgencias y emergencias Sociales, el catálogo de Prestaciones del Sistema Público de Servicios Sociales, las prestaciones garantizadas, la gestión directa por parte de los ayuntamientos, etc.

En cambio, otras jefaturas, las menos, y la inmensa mayoría de los profesionales que componen la plantilla de los Servicios Sociales del ayuntamiento de Sevilla, creemos que el Modelo Neoliberal es un modelo anticuado, inadecuado, injusto y desfasado, apostando por la implantación de otro modelo de corte más Progresista de Intervención Centrado en las Personas.

Para apoyar este Modelo de Intervención Centrado en las Personas, existen otros artículos apócrifos de la citada Ley que las personas defensoras del Modelo Neoliberal de intervención en los Servicios Sociales no han tenido a bien tener en cuenta, puesto que han adulterado y dejado la Ley de Servicios Sociales de Andalucía recortada a su antojo. Estos artículos malditos son el 4, 9, 25, 29, 31, 37, 41, 45, 46, 59, 62, 63, 78 que garantizan los objetivos de favorecer el bienestar social y mejorar la calidad de vida de las personas, unos Servicios de calidad que fortalezcan las capacidades de las personas usuarias, promover la mejora contínua de la calidad de los Servicios Sociales, ofrecer una atención individual basada en la evaluación integral de las necesidades, los recursos humanos de los centros de Servicios Sociales, elaboración de los Proyectos de Intervención Social, establecimiento de las tasas de densidad y cobertura en el Mapa de Servicios Sociales de Andalucía, establecimiento de una ratio por profesional, la calidad del Catálogo de Prestaciones, la atención integral centrada en la persona, tener el personal suficiente con la formación, titulación, conocimientos, capacidades, aptitudes y estabilidad laboral necesaria para garantizar la eficiencia, eficacia y calidad del sistema, la implicación de profesionales en la formulación de las propuestas de carácter general dirigidas a promover los objetivos de la presente ley, derecho a trabajar en un adecuado marco de relaciones laborales, el Modelo básico de intervención, la calidad de los Servicios Sociales, entre otras.

El Modelo Neoliberal de Intervención Centrado en la Gestión de los Recursos en los Servicios Sociales cumple una función de asistencialismo, de malla primaria de seguridad que impide que las personas mueran por hambre o por enfermedades cubiertas por la seguridad social. Es impensable, para un modelo de Estado Neoliberal, tener el vagón de cola lleno de personas "tercermundistas". Tod@s l@s ciudadan@s del sistema han de ser "primermundistas" en cualquier caso, mal atendidas, pero "primermundistas". Por lo que se hace necesario un mínimo de estructura social que haga este trabajo. De esa forma, es falso el axioma de que el Neoliberalismo pretende acabar con los Servicios Sociales. Debilitarlos, sí; privatizarlos, sí; eliminarlos, no.

Teniendo en cuenta que la asistencia social ha existido independientemente de si el sistema político era más cercano al capitalismo o al marxismo, no estamos ante el planteamiento de la defensa de la existencia de la protección social, sino ante el debate de la naturaleza de la misma. Estamos ante la cuestión de optar por un modelo Neoliberal de privatización y debilitamiento de los Servicios Sociales, de atenuación de la miseria y de mantenimiento de unos Servicios Sociales mínimos y gestores de recursos, u optar por un modelo Progresista de defensa de los Servicios Sociales públicos y de calidad, de atención centrada en las personas, de erradicación de la desigualdad y de lucha por la Justicia social.

Los Servicios Sociales no pueden ser una mínima red que se dedique a gestionar recursos sin intervención de calidad. Lo que se promueve con esto es la caridad y cuantos más recursos se gestionen, más caridad.

En este sentido, estamos siendo testigos, pasivos, de como la mayoría de los Servicios públicos están siendo desmantelados, debilitados. No son una excepción los Servicios Sociales. Sanidad o la Educación publicas están de igual modo siendo debilitadas hasta su mínima expresión.

La calidad, en el Estado Neoliberal, la ofrece lo "privado". Lo público está para los que no pueden permitírselo económicamente. No hay sensación de que han desaparecido. Muy al contrario, la gestión de recursos y más recursos da una errónea imagen de que los Servicios Sociales están más vivos que nunca. Porque, en resumen, de lo que se trata es de debilitar a los Servicios Sociales para que se conviertan en una mísera malla de protección para las más míseras personas.

Defender los Servicios públicos no es suficiente: es hora de recuperar los Servicios Sociales. Cuando más golpea la desigualdad, cuando más se acentúan las diferencias entre clases, cuando la situación económica se vuelve más critica, es más necesario que nunca tener una alternativa a la locura del mercado capitalista.

Hagamos valer los artículos malditos de la Ley de Servicios Sociales de Andalucía. Reivindiquémoslos.



José Manuel Chía Salas