Breve reseña del libro "Cycling for Sustainable Cities".


La razón de esta nueva entrada de mi blog es haceros partícipes de la aparición del libro Cicling for Sustainable Cities, libro colectivo coordinado por Ralph Buehler y John Pucher (dos de los estudiosos más reconocidos del ciclismo urbano a escla internacional) en cuya redacción he tenido la inmensa suerte de poder participar. El libro es la continuación de otro libro de los mismos autores titulado City Cycling, publicado en 2012 por la misma editorial, que se presentaba como "Una guía para el  renacimiento del ciclismo urbano a escala mundial, con información acerca de los beneficios de la bicicleta para la salud, seguridad vial, bicicletas y equipamiento de la bicicleta, vías ciclistas, bicicletas públicas, etc." El libro City Cycling se convirtió en un auténtico best seller y esperamos que lo mismo suceda con Cycling for Sustainable Cities.

Mi participación ha sido a través de un artículo conjunto con Roger Geller acerca de las políticas de promoción de la bicicleta en Portland y en Sevilla, dos ciudades de tamaño medio que han irrumpido con fuerza entre las ciudades amables para la bicicleta durante los últimos años. Roger Geller ha sido y es el director de políticas de movilidad ciclista en Portland y un servidor hace lo que puede en Sevilla. Este artículo se enmarca dentro de la idea de dar una perspectiva general de las políticas de promoción de la bicicleta en el mundo, lo que incluye artículos sobre el desarrollo de dichas políticas en China e India (por John Pucher, Geetam Tiwari, Zhong-Ren Peng, Rong Cao, y Yuan Gao), en Latinoamérica (por Carlos Felipe Pardo, Daniel A. Rodriguez y Lina Marcela Quiñones), en grandes ciudades como Nueva York, Londres y París (por John Pucher, John Parkin y Emmanuel de Lanversin), en las ciudades icónicas del ciclismo urbano mundial Amsterdam y Copenhague (por Till Koglin, Marco te Brömmelstroet y Bert van We), y finalmente las ciudades que empiezan a despuntar en estos temas como Portland y Sevilla. 

Junto a esta panorámica del ciclismo urbano a escala internacional, el libro incluye contribuciones de sobre temas específicos como políticas y programas de promoción de la bicicleta, ciclismo y salud, seguridad vial para la bicicleta, infraestructuras para la bicicleta (vías ciclistas), aparcamientos para bicicletas, bicicletas eléctricas, sistemas de bicicletas públicas, bicicleta y mujer, niños y ciclismo urbano, las personas mayores en el ciclismo urbano, ciclismo urbano y justicia social, evaluación de las políticas y programas de promoción de la bicicleta y el papel de los movimientos sociales en el fomento de la movilidad urbana en bicicleta. Todas ellas escritas por las/los especialistas más reconocidos a escala internacional. 

Estamos pues ante una auténtica y autorizada guía para el desarrollo de políticas de promoción de la bicicleta a todos los niveles y desde todas las perspectivas imaginables, que puede interesar a todas las personas que de un modo u otro (desde la práctica del ciclismo urbano, hasta el diseño de planes de movilidad urbana sostenible) estén interesadas no solo en el ciclismo urbano, sino en la movilidad urbana en general. 

Ricardo Marqués Sillero

https://movilidad-activa.blogspot.com/2021/02/breve-resena-del-libro-cycling-for.html

 

La institución del trabajo y la administración de la pobreza

                                                              Tripalium. Instrumento de tortura; fuente de la palabra trabajo.

Nuestra sociedad es rica en pobrezas. La mayoría nos pasan desapercibidas, o nos las ocultamos vergonzantemente, o las tomamos por riquezas. Todas son graves para la autonomía y la dignidad de las personas y las comunidades. La pobreza material, es decir, la carencia de cosas, no pasa desapercibida sin embargo, e incluso es objeto frecuente de una atención algo morbosa y amarillista. Cuando así ocurre, tal focalización sirve, más o menos conscientemente, para reforzar la institución del trabajo y desviar la mirada de las otras pobrezas. El mensaje subyacente en tales casos es algo así: «¡cuánta carencia material padece y que mal lo pasa la gente que no trabaja!, qué bueno sería que trabajaran; qué importante es trabajar para producir más cacharros y alimentos industriales; bendita sea la industria y todo lo que la ampara; demos gracias al trabajo que tenemos y deseemos a los demás igual suplicio laboral, y que sean todos los demonios con quienes pretendan escapar a la pobreza material sin trabajar. Amén». Las pobres autoridades, tan necesitadas de poder o notoriedad, encuentran muy allanado su camino con tales jaculatorias: solo tienen que jurar ceremoniosamente que fortalecerán la institución del trabajo para luchar contra la pobreza, doblando los recursos para nuevos megaproyectos industriales.

Como este escrito es un artículo de opinión que exime de rigor científico, propondré, a modo de juego argumental, que la causa de fondo de la pobreza material no está en la falta de trabajo, sino en la misma institución del trabajo y que atacar seriamente aquella exigiría arremeter contra esta. Lo haré valiéndome de algunos tientos enlazados:

1) Lo que llamamos trabajo es una idea, más precisamente, una creencia institucionalizada. Como tal, es del mismo tipo que la creencia cristiana de la eucaristía, o que la creencia protestante en la predestinación, o que la creencia hindú en el samsara o ciclo de las reencarnaciones, o que la necesidad de corazones humanos para el Quinto Sol de los aztecas. Las consecuencias prácticas para la gente de unas u otras creencias son bien diferentes, pero en todas partes las instituciones se configuran haciendo honor a una cierta creencia, convirtiéndola en oficial y facilitando la prominencia de un cuerpo de administradores de la misma. En cada civilización se entiende que la continuidad del mundo o su salvación depende de que se dé cumplimiento a las exigencias que se supone que derivan de su creencia entronizada. Así las castas en la India, las guerras floridas de los aztecas, la Inquisición católica, el ascetismo intramundano de los calvinistas, etc.

2) La creencia hegemónica de la civilización occidental es que la humanidad toda viene huyendo desde el principio del hambre y otras carencias físicas, que a esto se ha dedicado determinantemente, aunque a menudo se ha engañado a sí misma creyendo que se dedicaba sobre todo a cumplir ritos y credos religiosos. Y que viene logrando, con diferente éxito, escapar a la necesidad material gracias a algunas actividades humanas, las que llamaron “trabajo” (tripalium) los primeros economistas hace un par de siglos. Ha sido tal el éxito arrollador de esta idea propagada por la escuela filosófica de los economistas, que quizá ya no quede ninguna persona hortelana, pastora, alfarera, tornera o albañil que dude que las singulares actividades que cada una hacen, y sus distintas implicaciones, son en esencia la mismo, trabajar.

4) La entronización de esta idea de los economistas avoca a que los mejores talentos y energías sean puestos al servicio de grandes organizaciones hipertecnificadas, porque se asegura que son más progresadas o productivas. Así mismo, la concentración de poder –público o privado- se legitima en el supuesto de que es bueno para el progreso tecno-industrial y el crecimiento de Producción, que se logra, como es generalmente creído, con más y mejor trabajo. Ello constituye, con toda consecuencia, el evangelio del trabajo y la religión de la máquina, como afirmó Lewis Mumford.

5) La creencia en el trabajo y la producción como medios para escapar a la necesidad material se ha mostrado inmune, hasta ahora al menos, a contundentes evidencias de que muchas de esas actividades no solo no crean recursos materiales, sino que los dilapidan o los destruyen. Así el despilfarro de petróleo, el empleo de química agrícola que desertiza la tierra y envenena el agua, toda la industria militar, o buena parte de la minería, que devasta territorios para que, por ejemplo, los niños tengan pilas en sus cacharros matamarcianos y los papás 4×4 para ir al súper a por comida industrial plastificada.

5) En coherencia con el dictado de tal noción de trabajo, las políticas públicas se diseñan para premiar a quienes hacen actividades clasificadas como trabajo, o contribuyen a que se hagan, y penalizar a quienes no las hacen. Nadie es libre de justificarse hoy al margen del trabajo, como no escapan al samsara los hindúes, o a la condenación eterna los pecadores cristianos. Nuestro orden del trabajo exige que los poderes públicos preserven un reducto de población con carencias materiales, que varía según las coyunturas y las regiones en extensión y gravedad. Es una de las varias estrategias para garantizar la sumisión del conjunto de la ciudadanía al trabajo, que para eso es el cauce principal de reconocimiento social y puerta de entrada a los derechos del llamado Estado de Bienestar. Afirmar que las políticas públicas amparan el mantenimiento de un estado de pobres materiales parece inverosímil, o que se desliza hacia una interpretación conspiratoria o maquiavélica. Pero si le damos la vuelta ya no parece tan conspiratorio: el orden institucional premia todo aquello que pasa por ser trabajo o por contribuir al mejor trabajo, lo que supone desatender, rebajar y, si es el caso, castigar todo lo que se cree que no lo es o que no contribuye a mejor trabajar.

6) La realidad de los subsidios de desempleo ilustra sobre el castigo organizado para proteger la institución del trabajo. Ahora son llamados  rentas mínimas o ingresos mínimos vitales, pero siguen siendo diseñados para penalizar a todas las personas que no pueden acreditar que trabajan como es debido. Tal penalización, debido al avance de la técnica burocrática, se logra hoy de modo mucho más insidioso y ubicuo de lo que la Inquisición pudo nunca perseguir el descreimiento celestial.

7) La propuesta de la Renta Básica Universal, que defendemos en la asociación Andalucía por la Renta Básica Universal, adquiere pertinencia cuando se rechaza la creencia en el trabajo y la producción. Porque es un derecho desvinculado de la situación laboral y patrimonial de las perceptoras.

Si estos tientos argumentales fueran verdaderos, la protección pública de que goza el trabajo y los subsidios no solo no remediaría la pobreza material, sino que sería su garantía de continuidad. Una mirada de pájaro a medio siglo largo de vigencia de estas políticas parecería darnos la razón, porque ese tiempo llevan aplicándose y la pobreza material y el sometimiento al trabajo no han dejado de crecer. Pero debe haber otras causas para explicar esta paradoja, que sin duda la escrupulosa ciencia económica podrá descubrir. Ya advertimos que este escrito carece de rigor, así que no lo tomen en serio, pues lo que es de rigor es que el trabajo no es una creencia. Precisamente, si algo caracteriza a nuestra civilización es haber superado todas las creencias para dedicarse al trabajo. Da miedo pensar qué ocurriría si la humanidad dejara de trabajar: sería el apocalipsis. Menos mal que siguen ahí los sindicatos y nos recuerdan en sus pancartas la santidad del trabajo. ¡A trabajar!, o a superar las oposiciones a pobre exigidas para cobrar el Ingreso Mínimo Vital.

 

Antropólogo. Profesor de la Universidad de Sevilla.
https://portaldeandalucia.org/opinion/la-institucion-del-trabajo-y-la-administracion-de-la-pobreza/


 

FonRedess acompaña a Cooperativa Vayatela con ayuda reintegrable para inversión en maquinaria y lanzamiento del proyecto de confección sostenible y solidaria.


 

La cooperativa Vayatela está integrada por 4 mujeres, madres y emprendedoras. Nos conocimos dentro de la iniciativa “Mascarillas Solidarias Murcia”. En el mes de marzo de 2020 dentro del contexto del estado de alarma se movilizó la ciudadanía murciana para confeccionar mascarillas para dotar a las personas que estaban en primera línea. Desde esta iniciativa se hicieron 60.000 mascarillas que fueron repartidas en un principio, a los servicios esenciales de la Región de Murcia y otras muchas localidades del estado y más tarde a vecinos y vecinas de la región de Murcia.

En plena pandemia se empezó a gestar la semilla de la necesidad de volver a tener un tejido empresarial textil fuerte que dé respuesta a las necesidades de las empresas y particulares nacionales. Hablábamos de la necesidad de que la industria textil vuelva a ser lo que fue, una industria fuerte de producción, que dé respuesta a la demanda local, de esta manera evitando los desplazamientos desde zonas lejanas del planeta contribuyendo a elevar las emisiones de CO2. De esta vivencia y charlas entre recogida y entrega brotó el germen de la cooperativa textil.

La cooperativa textil VAYATELA S.COOP se instala en el municipio Molina de Segura, en la región de Murcia. La fecha de inicio de actividad es septiembre 2020. La cooperativa estará compuesta por 4 socias cooperativistas que, a su vez, son las promotoras de la iniciativa.

La experiencia de dos de sus cooperativistas en la producción, diseño y patronaje aporta a la cooperativa una capacidad de organización y de gestión y minimización de los tiempos de producción que es una ventaja competitiva ya que nos permite gestionar equipo y trabajo en cadena cuando se precise y trabajar en grandes volúmenes de manera óptima y competitiva. La experiencia en gestión de empresas de una de las trabajadoras, gestión de facturación, compras, administración, impuestos entre otras nos dará una visión detallada y será una guía en todo momento de la capacidad financiera de la empresa. Por último la cuarta socia aporta una amplia experiencia y la red comercial y de proveedores con la que se cuenta hace que no empecemos de cero y la información del sector es muy necesaria ya que eso nos dará una capacidad de atraer clientela, fidelizarla y ofrecer una ventaja competitiva.

Creemos que en los tiempos que corren la economía social y solidaria y los valores que representa son el camino a seguir. Una economía que pone en el centro a las personas es el modelo que queremos aplicar a nuestra empresa, ya que el verdadero impulso de la economía son las personas y estamos convencidas que sea este el modelo que puede garantizar la sostenibilidad de nuestra empresa y del entorno.

Por eso ponemos el acento en las personas que forman nuestro equipo, en nuestros proveedores, nuestros clientes, otros talleres, otras empresas y organizaciones… Todas esas personas y las relaciones que establecemos con ellas hacen una economía que pone a las personas en el centro. Con nuestra manera de hacer y entender la economía queremos ser inspiradores para otros grupos de personas para la transformación necesaria de la sociedad. Queremos aportar nuestro modelo de negocio como una muestra clara de que es posible hacer otra economía.

Pero nuestra oferta va más allá de un producto sostenibles, creemos que todo dentro de nuestra empresa tiene un sentido y un impacto. Por eso contamos con con el suministro de luz contratado con una cooperativa de energía solar que nos emiten cada año un certificado de cero emisión de CO2; contratamos nuestras cuentas bancarias con bancos éticos; los servicios de consultoría, seguros, web, redes sociales son de cercanía donde tratamos directamente con personas y apoyamos otras iniciativas que tengas nuestros valores.

Contamos con un sistema de economía circular dentro de la empresa donde damos un segundo uso tanto a las telas, las cáscaras de plátano hasta el cartonaje y papeles que utilizamos. Para el textil contamos con un sistema de recogida de sobrantes de nuestro propio corte y damos a los clientes un servicio de recogida de la ropa u producto que ya no utiliza para su posterior reciclado. Para los residuos orgánicos contamos con una compostera que genera tierra para nuestras plantas. Y el cartonaje que utilizamos para los envíos y el relleno de las cajas es reciclado, le damos un segundo uso a nuestras cajas.

Todo cuenta en nuestra empresa, todo tiene su importancia, su impacto, su misión y su valor.

FonRedess, en colaboración con la Red de Finanzas Alternativas y Solidarias, https://www.refas.org/ acompaña a este proyecto con ayuda reintegrable de 6000€ para invertir en maquinaria, pagina web, catálogos y materias primas para lanzar un proyecto de camisetas sostenibles para terceros (ong, empresas de publicidad, imprentas, etc) bajo la premisa de que cuando se lanza un mensaje en una camiseta es muy importante que ese mensaje vaya acompañado de la misma filosofía en los materiales y en la confección.

+info en vayatelataller@gmail.com Tf 623 46 71 29


Comunicación FonRedess http://fonredess.org/