Las críticas contra el pensamiento de izquierdas, sobre todo marxista, a través de un movimiento heterogéneo conocido como "postmodernismo" empezaron a coger fuerza tras "Mayo del 68" en Francia, y poco a poco introdujeron fuertes críticas a las posiciones clásicas de izquierdas en la Academia, de mano de estudiosos como Foucault y Derrida, entre otros. Con el tiempo el coro de voces, en pleno proceso de Perestroika en la URSS, empezó a aumentar y se sumaron diversos autores muy cercanos, o financiados por EEUU, como Fukuyama o Daniel Bell. Se declaró el fin de los <<metarrelatos>> que lo explicaban todo, se declaró pomposamente con la caída de la URSS el <<fin de la historia>>, y las ideas de izquierdas empezaron poco a poco a verse relegadas del panorama intelectual "visible" por los medios de comunicación. La ofensiva neoconservadora en el lenguaje empezó a desarmar ideológicamente a la izquierda mundial atrapada entre la crisis y fin del Estado keynesiano y el fin de la URSS, ya sin certidumbres y a la defensiva.
Orwell,
en 1984,
sostenía que
la neolengua
iba dirigida
a eliminar
el
pensamiento
conflictivo y
coartar el
pensamiento
en general
a través
de al
eliminación
de
vocabulario.
Aquello que
no se
nombra no
existe, y
aquello de
lo que
no hay
conceptos
difícilmente
se puede
expresar,
sino logras
expresarte
difícilmente
podrás hacer
un análisis
adecuado de
la realidad
y poder
transformarla.
De hecho,
desde los
80 se
ha producido
una
¨limpieza¨
de términos
conflictivos,
el relato
de Guillermo
O´Donell
sobre las
investigaciones
sobre la
democracia en
América
Latina en
los 80
merece la
pena
transcribirla:¨Yo
diría que
fuimos
demasiado
politicistas.
Estábamos
tan
obsesionados
por el
problema
político,
que no
tuvimos en
cuenta
algunas
variables
sociales y
económicas
que
debiéramos
haber
considerado.
[…]
Finalmente,
cuando
vinieron las
democracias,
buena parte
de los
intelectuales
se
incorporaron
a los
gobiernos,
donde la
dependencia
se vivía
pero no
se
mencionaba;
y, como
muchos otros
se
comprometieron
a decir
que la
dependencia
había sido
una moda
que degeneró
mal, ni
la palabra
ni el
tema se
recuperaron
[…]
Como las
brujas,
dependencia
haber, la
hay (y
en grados
insólitos).
No sólo,
y recuperando
el análisis
de Cardoso
y Faletto,
en cuanto
al impacto
formador que
tienen lo
que, en
raíz de
ese vínculo,
hacen y
dejan de
hacer esos
gobiernos y
las clases
dominantes
locales y
las
estructuras
sociales y
de poder.
Creo que
esta
definición
de
dependencia
(y no
la puramente
externalista,
a lo
Gunder
Frank), que
también
atiende a
las
transformaciones
nacionales de
clase, está
vigente como
nunca e
intento
recuperarla.
[…]
Es como
el lenguaje
de los
ochenta se
ha hecho
¨casto¨.
Una serie
de palabras,
como
dependencia,
clase, en
otro tiempo
Estado, ha
sido
abandonada;
ahora
hablamos de
la
¨administración
Clinton¨, la
¨administración
Menem¨, las
clases son
¨sectores¨.
Este ¨lavaje¨
del lenguaje
es un
dato
interesante
de una
enorme
hegemonía
conservadora.
Todos
aquellos que
dominan
prefieren no
usar la
palabra
dominación.
El problema
es cuando
los dominados
o terceros
que no
tendrían que
aceptar este
lenguaje
aceptan que
alegremente
que se
llame
leverage al
poder.¨
No
sorprende que
en un
país como
España, con
una
democracia
muy joven
y una
tradición
histórica
antipolítica
muy fuerte,
tal y
como señala
Eric
Hobswbawn en
su libro
"Revolucionarios",
surja, como
en Italia
o en
Portugal,
países con
una historia
similar, con
sus propias
peculiaridades,
una corriente
de
pensamiento
que podríamos
definir como
"ciudadanísta",
que de
alguna forma
pretende
derrotar a
la derecha,
que aplica
su programa
de máximos
neoliberal y
neoconservador,
con los
siguientes
argumentos:
1º)
Se argumenta que los ciudadanos están cansados de los términos de
izquierda y derecha, que no votan a tal o cual partido siguiendo esa
línea divisoria y añaden como argumentación que esto es así por
el desplome de PP y PSOE, y la escasa rentabilización por parte de
lo que ellos llaman "partidos muletas", IU e UPYD. De
hecho Jaime Miquel Andrada afirma que “los electores no
se dividen ya entre los que son de izquierdas y los que son de
derechas, pues la dialéctica izquierda-derecha se quedó en el siglo
XX; lo hacen ahora entre los que son sumisos a las políticas de la
Unión Europea, que es quien tiene el mando, o insumisos a estas, y
en consecuencia a los Gobiernos de turno que haya en España”.
Otros
plantean,
fundamentalmente
"Constituyentes",
que la
experiencia
latinoamericana
da pie
a creer
que la
vía es
la de
la
eliminación
de esos
"términos
conflictivos
y
desgastados",
como
izquierda,
socialismo o
comunismo,
para alcanzar
grandes
mayorías
sociales y
poder lograr
iniciar
procesos
constituyentes
que rompan
la hegemonía
neoliberal,
por supuesto
hegemonizadas
por los
"actores"
de
"izquierdas"
pero sin
decir
"izquierdas".
Otra
versión se
produce por
sectores del
15M
enclavados en
la lógica
postmoderna,
de rechazo
al siglo
XX por
completo y
a todo
lo que
esté por
detrás suyo,
que pretenden
hacer una
lectura
parecida,
obsesionados
más con
las
metodologías
y el
metalenguaje
despreciando,
en líneas
generales,
como
"obsoleto"
y propio
de la
"sociedad
analógica"
todo método
de lucha
anterior al
que ellos
aplican.
2º)
En cualquier
caso se
pretende
desde la
lógica
"ciudadanista"
superar las
viejas
ideologías,
algunos
incluso
aluden a
Marx para
superarlas al
usar el
concepto
negativo de
Marx a
las
ideologías
como falsa
conciencia
impuesta
desde la
"Superestructura"
para hacer
parecer
natural los
sistemas de
dominación y
la sociedad
jerárquica,
lo que
no deja
de ser
una ironía
porque el
término
marxiano y
los debates
posteriores
no reducen
la cuestión
a ese
esquema
restringido.
Aunque el
uso más
general de
ideología
es el
conjunto
de ideas sobre
la
realidad, sistema general
o sistemas existentes
en la
práctica de
la
sociedad respecto
a
lo económico,
la ciencia,
lo social,
lo político,
lo cultural,
lo moral,
lo religioso,
etc. y
que pretenden
la
conservación
del sistema
(ideologías conservadoras),
su
transformación
(que puede
ser radical
y súbita,
revolucionaria,
o paulatina
y pacífica
–ideologías reformistas–),
o la
restauración
de un
sistema
previamente
existente
(ideologías reaccionarias).
3º)
Uso continuo
de elementos
simplificadores
de la
realidad como
eslóganes,
que el
mejor ejemplo
es el
PPPSOE, y
análisis
simplificadores
de la
realidad
compleja como
decir que
AGE es
igual a
Compromís o
a El
movimiento de
las 5
Estrellas del
cómico Beppe
Grillo (1).
En cualquier
caso estas
posturas
dicen dar
muerte a
las viejas
ideologías o
que estás
serán
barridas por
las
circunstancias
actuales, a
los términos
antiguos, a
las viejas
formas de
movilización
y de
relacionarse,
a los
partidos y
sindicatos
llevándolo
al extremo,
diluyendo
todo en
el poderoso
magma que
consideran
como el
elemento que
solucionará
toda la
crisis
económica,
política,
social,
ecológica y
civilizatoria,
el movimiento
ciudadanísta
prescindiendo
de los
partidos o
con nuevos
"partidos".
Las
primeras
pregunta que
me surge
es. ¿No
es
precisamente
reconocer la
derrota
ideológica,
y no
en el
sentido
marxiano del
término,
ante el
neoliberalismo
el eliminar
los elementos
y palabras
que definen
el lenguaje
transformador
y de
izquierdas?
¿No es
precisamente
asumir el
"camaleonismo"
que rechazan
los
ciudadanos
que exigen
claridad en
las posturas
y que
los políticos
cumplan con
sus programas
políticos y
representen a
las ideas
que dicen
representar?
No
compañeros,
uno de
los grandes
fracasos de
la
"izquierda"
es
precisamente
haber
abandonado el
lenguaje,
palabras,
conceptos
transformadores
clásicos de
la izquierda.
La
explotación
de unas
clases sobre
otras, de
unas personas
sobre otras
persiste,
igual que
la
desigualdad
social, la
dependencia,
la exclusión
social,
aunque no
se nombre,
existir
existe, sino
se nombra,
sino se
denuncia no
se logrará
solucionar y
alcanzar un
mundo mejor.
El
desplome de
los partidos
mayoritarios,
PP y
PSOE, y
la escasa
rentabilización
de los
partidos
minoritarios
nacionales,
IU e
UPYD, no
se produce
porque la
gente haya
dejado de
entender la
realidad
entre las
divisiones de
izquierda y
derecha, ni
que esta
división
haya quedado
obsoleta,
perteneciente
al siglo
XX y
no al
XXI.
El
derrumbe del
PSOE entra
en la
lógica
interna del
fracaso de
las
soluciones
social-liberales
a la
crisis
económica,
que como
dice
acertadamente
Iñaki
Gabilondo, se
ha demostrado
un giro
a la
derecha, la
tentativa de
(no)
renovación
del PSOE,
dejando
intactas a
las personas
e ideas
propias de
la época
Zapatero
hunde al
partido en
una crisis
de identidad,
de función
social, y
lo desplaza
de la
posición
hegemónica
como partido
del
centro-izquierda
que había
disfrutado en
los últimos
30 años,
y va
cogiendo una
dirección
parecida a
la del
PASOK. Cuando
el PSOE
tendría que
haber estado
con los
más
desfavorecidos
estuvo con
la patronal,
la gran
banca, los
ricos y
las grandes
empresas. ¿No
es
precisamente
un voto
de castigo
contra un
partido que
se denomina
de izquierdas
y ha
hecho
política de
derechas un
voto
ideológico?
El
caso de
IU es
complejo,
entre su
propia
tendencia
interna a
la formación
de reinados
de taifas
(caso
extremeño y
vasco, por
ejemplo), su
falta de
discurso
claro y
alternativo a
la situación
actual con
un programa
de gobierno,
su perfil
bajo de
dirigentes,
sus peleas
internas, sus
contradicciones
internas con
un mensaje
de "rebeldía"
y una
práctica
socialdemócrata,
más un
pasado
arrastrado
desde la
época de
Anguita, no
ha ayudado
a que
la formación
en la
mayor crisis
del PSOE
logre
rentabilizar
el voto.
Muchos votos
se han
ido a
la abstención
o a
UPYD, o
a pequeñas
formaciones,
antes que
a la
coalición
dirigida por
Cayo Lara.
El propio
discurso del
"PPPSOE",
que sólo
ha
beneficiado a
la derecha,
le ha
hecho mucho
daño a
IU, ya
que pasa
sin
demasiadas
complicaciones
al ni
PP ni
PSOE, ni
IU que
pacta con
ellos, y
al "son
todos
iguales",
que nos
lleva al
"y el
único puro
soy yo"
(Hitler),
donde se
maneja mejor
una formación
demagógica y
populista
como la
de Rosa
Díez. Sin
embargo la
política del
despiste de
la formación
de Rosa
Díez, y
su partido
"rosa",
se empieza
a
resquebrajar
ante sus
propias
acciones
situándose
en la
derecha,
incluso a
veces más
reaccionaria
que el
PP, como
por ejemplo
en la
cuestión
territorial.
Además
sería falso
decir que
PP y
PSOE son
iguales,
cualquier
análisis
serio sobre
la políticas
realizadas
por los
dos partidos
denotan
muchas
diferencias,
y
similitudes,
tienen una
política
económica
muy parecida,
y una
política
social
radicalmente
distinta, una
formación
construyó el
Estado de
Bienestar
(PSOE) y
otro lo
destruye a
marchas
forzadas
(PP), uno
aprobó
derechos
civiles, que
el otro
rechaza. El
discurso
simplista del
"todos
son iguales"
solo
beneficia a
quien tiene
un electorado
más
a-crítico,
esto es,
a la
derecha.
En
todo caso
la bajada
de votos
de PP,
menos debido
a que
el electorado
de derechas
es más
"fiel"
y menos
"autocrítico"
considerando
el PP
como un
instrumento
al servicio
de sus
intereses, y
del PSOE,
con un
electorado
más crítico
con el
partido y
sus
prácticas,
con un
aumento de
la
abstención,
marca una
tendencia
política en
España donde
el sistema
nacido de
la Transición
política ha
entrado en
una fase
de
contestación
y
deslegitimación,
y la
Constitución
se ha
desacralizado
tras la
última
(contra)reforma
Constitucional
sin
referéndum.
El aumento
de la
abstención
se explica
por la
entrada en
crisis del
sistema
político,
por la
aplicación
del programa
máximo
neoliberal, y
por la
tradición
antipolítica
en España,
aunque no
significa que
todo el
voto que
va a
la abstención
no sea
un voto
ideológico.
De hecho
por primera
vez se
está dando
un trasvase
de votos
significativo
del PP
a otras
opciones
políticas,
FORO o
UPYD, o
dirigiéndose
a la
abstención,
aunque a
un ritmo
lento, debido
al
incumplimiento
de todo
su programa
electoral y
la aplicación
de un
programa de
choque
económico y
social, que
erosiona la
base
electoral que
sufre estas
medidas. En
esta
situación de
contestación
del sistema
político, y
de crisis
con una
aplicación
por parte
del gobierno,
con escasas
formas
democráticas,
de una
política
ultraliberal
y represora,
la percepción
(más o
menos
acertada) por
los
ciudadanos
españoles de
no tener
una
alternativa
electoral y
de gobierno
a la
que poder
votar para
sustituir al
gobierno del
PP nos
lleva
directamente
a un
aumento de
la abstención
y de
la
frustración
y la
desesperanza.
En esa
situación,
como dice
Gramsci,
donde lo
nuevo no
termina de
nacer y
lo viejo
no termina
de morir,
es donde
en las
sombras
surgen los
monstruos.
Por ahora
nos hemos
salvado,
temporalmente,
de un
aumento de
la extrema
derecha, como
en Grecia
o Francia,
debido a
que todo
el espacio
de la
derecha está
hegemonizado
por el
PP, pero
si este
se rompiese
podríamos
encontrarnos
con una
situación
similar,
sobre todo
si la
crisis se
agrava mucho
más, que
es lo
que parece
y apuntan
las medidas
tomadas.
Estamos
viviendo un
cambio de
paradigma
hacia un
capitalismo
anglo-americano,
en
sustitución
del viejo
modelo
europeo
llamado
capitalismo
renano, y
las fuerzas
que se
están
liberando no
benefician a
las clases
medias, en
vías de
desaparición
o
achicamiento,
y a
las clases
populares(2).
Sin
embargo las
posturas a
las que
hemos aludido
hablan de
superar "los
viejos
paradigmas"
para
sustituirlos
por los
mismos
"des-ideologizados".
¿No es
ideológico
acaso
pretender que
la sociedad
se divide
entre élite
y ciudadanos?
¿No es
una reducción
al absurdo
pensar que
todos los
"ciudadanos"
tienen los
mismos
intereses sin
contar que
posición
ocupen en
la sociedad?
¿No es
una
contradicción
tratar de
imponer una
ideología
totalizadora
cuando se
llama a
superar las
"ideologías"
que nos
dividen y
presentar
esta nueva
(no)ideología
como un
lugar donde
pueden
convivir lo
heterogéneo
frente a
unas
"ideologías"
que
supuestamente
son
homogéneas?
Estas
posturas
obvian que
en otros
países,
incluido los
citados
latinoamericanos,
no es
objeto de
discusión
que es
derecha o
izquierda, o
si llamarse
izquierda o
no para
captar votos,
ya que
allí la
antipolítica
no es
una tradición
con tanta
raigambre
como en
nuestro
país(3), de
hecho los
países
latinoamericanos
donde han
derrotado a
las fuerzas
neoliberales
lo han
hecho desde
el combate
ideológico,
desde las
teorías
políticas
del
socialismo
del siglo
XXI, con
la asunción
de "Frentes
amplios",
con la
participación
de partidos
políticos
más abiertos
a la
sociedad y
más
democráticos,
con
participación
de los
sindicatos y
movimientos
sociales y
ciudadanos,
tanto Grecia
como Francia
han marcado
el mismo
camino, con
la emergencia
de SYRIZA
y el
FG, con
resultados
desiguales
dependiendo
de los
diversos
contextos,
sistemas
electorales,
historia,
etc. Sin
un análisis
serio sobre
los distintos
contextos y
sin aludir
a su
propia
evolución
histórica
caemos en
análisis de
brocha gorda
y en
adaptar la
realidad a
nuestro
molde, no
son los
mismos
contextos los
de Galicia,
con los
de Italia
o con
los de
Valencia,
como para
compararlos
de una
forma tan
burda, en
los matices
están las
diferencias,
y las
CCSS huyen
de teorías
reduccionistas
como estas.
Sin
combate
ideológico
no será
visible las
diferencias,
que deben
darse también
en la
forma de
hacer
política
(praxis), no
se combatirán
y
desmitificarán
las posturas
del
neoliberalismo(4)
que se
presentan
como el
"sentido
común"
o como
derivado de
una "ciencia
neutral y
objetiva",
cuando no
es más
que un
proyecto
ideológico
que pretende
ser
"natural",
y presenta
al ser
humano como
desigual por
naturaleza y
egoísta
también por
naturaleza.
Mientras la
izquierda
defiende que
el ser
humano es
un animal
social, y
que puede
ser igual
a otro
ser humano
en derechos
y
oportunidades
si se
corrigen las
desigualdades
que crea
el sistema
económico y
los factores
estructurales,
también
defiende que
la Educación
puede hacer
al ser
humano más
humano (o
todo lo
contario si
se usa
mal, como
pasa a
día de
hoy),
promocionando
lo mejor
que hay
en él
y fomentando
valores
sanos; la
solidaridad,
la justicia,
la amistad,
la
fraternidad,
la libertad
como no
dominación,
etc.
No
se puede
retornar a
ninguna
praxis sin
tener una
dirección
ideológica,
no en
el sentido
marxiano del
término, a
la que
aspirar, sin
un modelo,
sin el
"ningún
viento te
será
favorable".
La izquierda
de América
Latina nos
ha dado
una lección
de como
hacer las
cosas, es
hora de
andar ese
camino, sin
alternativa
no hay
esperanza, y
sin esperanza
no hay
futuro,
construyámosla
pues.
PEDRO
GONZÁLEZ
DE
MOLINA
| Licenciado
en Historia.
Máster en
Relaciones
Internacionales.
Miembro
promotor de
CLI. Afiliado
a FETE-UGT.
Notas
a pie de página:
(1) http://www.lavozdegalicia.es/noticia/elecciones-gallegas-2012/2012/10/28/feijoo-ultima-alegria-tendra-partido-popular/0003_201210C28P68992.htm
(2)
Para
un
análisis
sobre
las
esencias
del
neoliberalismo,
ver
a
Bordieu:
http://www.analitica.com/bitblioteca/bourdieu/neoliberalismo.asp
(3)
En
nuestro
país,
es
curioso
pero
quien
había
hablado
"el
crepúsculo
de
las
ideologías"
era
un
"técnocrata"
del
Opus
Dei
y
ministro,
Gonzalo
Fernández
de
la
Mora:
http://es.wikipedia.org/wiki/Gonzalo_Fern%C3%A1ndez_de_la_Mora
Aunque
Italia
es
una
excepción,
y
posiblemente
Grecia
y
Portugal
aunque
en
menor
medida,
debido
a
su
historia
reciente
que
sería
muy
largo
de
narrar,
y
que
explican
en
parte
la
aparición
del
"Movimiento
de
las
5
Estrellas".
(4)
Por eso denomino al neoliberalismo "la ideología de la no
ideología" porque no se presenta como tal.