TODOS SOMOS EMPRENDEDORES


El principal halago que puede realizarse a la obra “Emprender o no emprender” (coedición UCLM y Celya, 2015), del consultor Fernando Lallana (Madrid, 1969), emerge del propio prólogo de la Vicerrectora de la UCLM: “Tengo el privilegio de presentar este Manual que sorprende gratamente, dada la sencillez con la que se explica un concepto tan complejo como el emprendimiento”.

La clave de esta original aproximación, trazada en sus 152 páginas, radica en la mirada que hace el autor a la raíz del propio concepto de Emprendimiento. Como afinadamente advierte, para comprender los procesos emprendedores es precisa una reflexión sobre qué significa realmente emprender. Nada mejor, para ello, que acudir a lo que dice el diccionario: emprender es toda acción que se pone en marcha en búsqueda de un objetivo, que requiere un esfuerzo y para la que se asume un cierto riesgo.

Se puede concluir, por tanto, que la cotidianidad está colmada de micro procesos emprendedores activados frecuentemente de manera inconsciente. Levantarse por la mañana y desarrollar con prestancia los deberes laborales diarios, hacer un viaje, escribir un libro, formar una familia… Si pensamos bien, todas estas acciones encajan en el esquema objetivo-esfuerzo-riesgo. Podríamos concluir, por tanto, que de una manera u otra, todos somos emprendedores.

La obra de Lallana es una invitación a pensar en estos términos y una llamada a escuchar a la mente y al corazón para identificar qué sucede en nuestro interior cuando se abordan estos micro emprendimientos de cada día. “Para conocer bien a otro es menester conocerse bien a si mismo”, expresó William Shakespeare por boca de Hamlet en una reflexión que parece ahondar en el conocido “Conócete a ti mismo” que rezaba en el frontispicio del Templo de Apolo en Delfos.

Bajo esta perspectiva, conocer nuestro talento creativo, la aversión al riesgo, el umbral de confianza -en nosotros mismos y en los demás-, el coraje para afrontar desafíos, la voluntad para ser determinantes… se presume como imprescindible para descifrar qué significa emprender y qué tipo de emprendedor soy o puedo llegar a ser. A partir de ahí, será mucho más fácil conocer cómo acometer el emprendimiento que denominamos empresarial o mercantil.

Lallana completa su novedosa metodología con el ejemplo de uno de los personajes más ilustres de la Literatura universal, como es Shakespeare. Con el apoyo de una personalidad creativa y arrolladora como la del genio inglés, el autor, prescindiendo del acercamiento teórico y tedioso con los que habitualmente se aborda esta temática, se lanza a una original y certera reflexión sobre las capacidades o habilidades que se ponen en juego en todo proceso emprendedor. Ello permite situar al lector en una situación privilegiada y enfrentarle, desde una perspectiva singular, al dilema de emprender o no emprender…


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La crisis de los partidos políticos tradicionales(de izquierdas) en España.


Actualmente los partidos políticos de izquierdas en España están en crisis, a la vez que se tambalean las instituciones nacidas del periodo de la Transición política en España. En este artículo intentaremos acercarnos a algunas hipótesis sobre esta crisis de los partidos y de la política (institucional).

1. ¿Por qué han entrado en crisis los partidos políticos de izquierdas?

Para poder comprender la crisis de los partidos políticos de izquierdas hay que hacer un pequeño repaso a la historia de la izquierda europea.
Tras la I Guerra Mundial, y sobre todo tras la Revolución rusa, los partidos socialistas (y a partir de los años 20, también los comunistas) pasaron de ser partidos mayoritariamente de clase obrera, a abrirse a otras clases de una forma más profunda y se convirtieron en “partidos de masas”(1), siguiendo el modelo de partido marxista-leninista (sobre todo, tras la victoria bolchevique en Rusia (2)), que ha sobrevivido, con algunas modificaciones, hasta la actualidad.

El modelo de partido se basaba en la disciplina heredada de la fábrica, y en un partido pensado para un funcionamiento cuasi-militar y clandestino. Teóricamente el partido funcionaba de forma democrática, pero en algunas ocasiones no era así, ya sea porque el Secretario General lograba imponer su liderazgo y posiciones, o por lo que Michels denominó <<la ley del hierro de la oligarquía de los partidos políticos>>, por los que un grupo dirigente y la burocracia del partido, cooptaban todos los instrumentos de poder y acababan formando una oligarquía más preocupada de su reproducción que de cumplir los ideales del mismo (3).

Este modelo empieza a transmutar a partir del fin de los llamados <<Treinta gloriosos>> del capitalismo occidental. En esos años se produce la crisis del año 1979, el fin de la posibilidad de cambiar los dólares en oro, como la aparición de la estaflación (inflación sin crecimiento, que no estaba contemplado en el “keynesianismo”, y por lo tanto no tenía recetas para combatirlos), el aumento del paro, el ataque del Capital contra el fuerte poder del movimiento obrero, y contra los partidos socialdemócratas (o comunista, sobre todo en el caso italiano). Este ataque terminó desembocando en la <<Revolución neoconservadora>> capitaneada por Thatcher y Reagan (4). En esos años también se produjo la caída del Muro de Berlín (1989), la caída de la URSS (1991) y el ataque producido por el Postmodernismo a las Ciencias Sociales (1968), y en lo económico, el ascenso de la Escuela Austríaca (y sus derivaciones en la Escuela de Chicago) (5) como ortodoxia.

La sociedad también comenzó a transmutar en una nueva. España llegó tarde a los <<Treinta Gloriosos>>, pasando de la <<Sociedad de productores>> a la <<Sociedad de consumidores>> en poco tiempo (6). Esto tuvo un notable impacto en las formas de hacer política, como en las formas de organización, ya que al erosionarse la base en la que se habían sustentado los partidos socialdemócratas y comunistas, en su base “obrera”, por las deslocalizaciones de industrias hacia el Tercer Mundo (7), los partidos debieron de operar de otra forma.

También se fue produciendo un vaciamiento de la democracia, y del poder del Estado, en los países, producido por la Globalización neoliberal, y por el poder desmesurado de las finanzas (8).
La situación de declive de la democracia ha llegado hasta el paroxismo con la actual “gestión” de la crisis en la UE, donde los “Mercados” presionan a los gobiernos, y castigan o premian a los países dependiendo de a que partidos elijan. Sin embargo, lo que está claro es que ha entrado en crisis el modelo dominante de la democracia liberal-representativa. Esto se ha producido debido a que el sistema electoral se ha mercantilizado, con grandes operaciones de marketing financiadas por empresas privadas, que ha llevado a Crouch a afirmar que “cuanto más liberalismo se filtre en la democracia mayor será la distorsión de la política electoral”. Además, el sistema en si es muy vulnerable a los grupos de presión (instituciones internacionales, lobbies, etc.), de tal manera que Ulrick Beck ha afirmado que “aquellos a los que votamos no tienen poder y los que tienen el poder no son votados por nosotros”.

Otros factores que han provocado la crisis de la democracia liberal-representativa son: la corrupción política ensalzada por los medios de comunicación, el ataque frontal del capital a los sindicatos y movimientos sociales, ataques también al Estado de Bienestar, y el aumento de la desigualdad y la pobreza, a la vez que aumenta la riqueza de forma fabulosa de una pequeña oligarquía. Ha influido también, el triunfo de los valores del individualismo radical y del neoliberalismo (que ha anidado en todo pensamiento tras el derrumbe de la URSS de forma hegemónica), a través de un modelo de propaganda muy efectivo, que ha provocado un rechazo a la política como medio de resolución colectiva de nuestros problemas por parte de la ciudadanía, que explica, en parte, junto con la conversión a la “Tercera vía” de los partidos socialdemócratas, la poca resistencia en Occidente a este proceso (9).

Los partidos socialdemócratas, tras la caída de la URSS, y después de un momento de euforia pensando que la historia les había dado la razón, tras el fracaso del keynesianismo como receta económica para salir de la crisis en la que se hallaban los países durante la década de los 80, fueron adoptando una nueva teoría política que venía a sustituir al marxismo y al socialismo democrático imperante hasta entonces.
La teoría social-liberal, o “Tercera Vía” entre la vía reformista y la revolucionaria, partía de varios puntos importantes: 1. La lucha contra las desigualdades pasaba a un segundo plano, o directamente quedaba olvidada, esperando a que el crecimiento las aliviase. 2. Se abandonaba cualquier intento de alcanzar el socialismo, por lo que se aceptaba el status quo. 3. No se luchaba contra los ricos o el poder de las empresas, se esperaba enriquecerlas más y que estas fueran las que creasen empleo y riqueza, y que esta cayese de su mesa y se repartiese sobre la población, pero con la mínima acción del Estado. 4. Se rompía con el tabú de las privatizaciones, que se consideraban mejor que las empresas públicas, y se rompía su tradicional apoyo a los trabajadores y sindicatos. 5. Al perder su base obrera, los partidos socialdemócratas apostaron por las posiciones más identitarias, por los derechos de las minorías (o de la mujer), por lo que se han ido aprobando leyes para la igualdad. Como último añadir que al perder su base obrera fueron abandonando la lucha social que les caracterizaba, y a los sindicatos, y comenzaron a convertirse cada vez más en partidos electoralistas, como fin último de su existencia. De hecho, se ha ido produciendo una suerte de <<americanización>> de los partidos socialdemócratas, siendo deudores de las teorías políticas y económicas de los think-tanks del Partido Demócrata de los EEUU.

Los partidos comunistas pasaron de ser una fuerza temible en muchos países, como en Portugal, Italia o Francia, a desaparecer en experimentos del estilo <<Partido demócrata>> en Italia (10), o ser fuerzas cada vez más marginales (como el KKE, o el PCF), produciéndose un deslizamiento hacia la socialdemocracia en sus prácticas políticas y teorías, mientras se abandonaba cualquier intento revolucionario. La crisis de la URSS y el arrinconamiento del marxismo como teoría hasta la crisis actual los puso contra las cuerdas, y muchos perdieron mucha base militante, aunque hayan mantenido el activismo social que no mantuvieron los socialdemócratas. En la actualidad hay un resurgimiento, producto de la crisis, de los mismos en algunos países (Portugal, Grecia, en menor medida Francia, etc.), y una vuelta en Grecia a las tesis eurocomunistas por parte de Syriza y en menor medida en Italia. También es notable el resurgimiento del interés por la obra de Karl Marx y de Antonio Gramsci, y la llegada de un economista marxista al ministerio de finanzas griego.

2. La crisis de los partidos históricos en España: El PSOE y el PCE (IU).

En el caso español la deriva ha sido clara en los dos partidos. El PSOE ha ido derivando a posturas cada vez más tecnocráticas y social-liberales. Para percibirla solo hay que observar los ministros de economía y hacienda, que han pasado por los distintos gobiernos socialistas y donde han acabado, al igual que el estado de las “Casas del Pueblo”. Tras la legislatura de Zapatero, con la aplicación de las medidas neoliberales, han entrado en una crisis de credibilidad y de función social en el país, que les ha hecho perder la hegemonía dentro de la izquierda. A fin de cuentas, si en lo esencial (economía y finanzas) aplican el mismo ideario que la derecha, y apoyan al TTIP (11). ¿En qué se diferencia de la derecha? ¿Por qué hay que votarles?
Además se ha ido produciendo una crisis dentro del partido, donde se ha ido premiando la mediocridad y el servilismo por encima de otras dotes. Como en la tesis de Michels, la burocracia del partido (apparatichik) tiene un poder enorme y se ha logrado imponer casi siempre a la militancia, y las veces que ha perdido ha resuelto rápido la situación (como con Josep Borrell). El debate político ha ido siendo sustituido y silenciado por mantras como “somos partido de gobierno”, y por las elecciones cosméticas de candidatos a través de las primarias. De hecho las primarias, tal y como se han hecho en el PSOE, suponen dar el poder absoluto, y la legitimidad democrática, al candidato electo, por encima del resto de órganos del partido, convirtiéndose en una especie de “caudillismo democrático”, que acaba con cualquier debate. De hecho, el mejor ejemplo del caudillismo democrático ha sido la era Zapatero, con injerencias continuas en las primarias de las regiones, y la expulsión o creación de gestoras en las agrupaciones rebeldes. A partir de 2008 ha ido produciéndose un profundo envejecimiento de la militancia, y una cantidad de bajas considerables (ha pasado de 420.000 a menos de 180.000 en 2014). Si continúa su deriva neoliberal podría acercarse a la situación nefasta del PASOK, o quedarse en un 19-21% como el SPD.

En el caso del PCE ha ido en dirección a una continua contradicción, una práctica socialdemócrata, mientras mantenía un discurso anti-sistema o pseudo-revolucionario. El partido se ocultó bajo una nueva forma de coalición (IU), aunque dicha coalición es controlada por el PCE en su mayor parte. Ha vivido en otra contradicción respecto a su relación con el PSOE, entre el seguidismo y casi desaparición cuando se recrudecía la batalla entre PP y PSOE, hasta la crítica feroz al PSOE y la victoria (no deseada) del PP. También ha ido sufriendo una sangría de militancia, pero por motivos distintos al PSOE, ya que han sido la mayoría por motivos ideológicos o desavenencias sobre la estrategia a seguir. Como en el PSOE, también se ha producido una “selección negativa de cargos”, aunque en los últimos tiempos están despuntando nuevas figuras dentro de la formación. El conservadurismo de su dirección les llevó a perder la oportunidad de ser el partido hegemónico de la izquierda, que según marcan las encuestas, por ahora, asume Podemos (12), y dependiendo de lo que haga puede marcar su consolidación o su desaparición como fuerza política.

3. Conclusiones.

En cualquier caso, además de lo expuesto, hay que añadir dos hipótesis sobre la crisis de los partidos tradicionales de la izquierda.

La primera es que en la sociedad de mercado, con la fragmentación del mercado laboral, ha ido produciendo cada vez trabajos de peor calidad y más precarios, y eso dificulta de forma notable la captación de nuevos militantes, y además el papel de la militancia en una <<sociedad del espectáculo>> y donde se ha ido produciendo una oligarquización de la sociedad, del Estado y de los partidos, ha dejado el papel de la misma en un papel irrelevante o mermado. Los militantes casi se han convertido en meras correas de transmisión de las opiniones de los “líderes” a través de las redes sociales, en la calle, o llenando los mítines en un papel pasivo.

La segunda hipótesis es que parte del problema dentro de los partidos políticos se ha producido debido a la conversión de la <<ciudadanía corporativa>> (que influía sobre la política a través de los partidos políticos, sindicatos, movimientos sociales o vecinales, etc.) producto de la sociedad fordista, e hija de las luchas en el tardofranquismo y en la Transición, a una <<ciudadanía irresponsable>>, hija de la <<sociedad de mercado>>, del impacto de las medidas neoliberales a todos los niveles, como de la corrupción política (que ha tenido el efecto de alejar a muchas personas), como del consumismo exacerbado y de la preocupación por la vida de uno mismo por encima de otras consideraciones.

En cualquier caso este bosquejo se ha ido rompiendo a partir del 15M, que ha producido una re-politización de la sociedad, y un aumento de la participación en todos los ámbitos, que ha afectado también a la “izquierda a la izquierda” del PSOE, y que ha supuesto, en el caso de Podemos, una explosión. Se han redescubierto los valores de la política a partir de la crisis y del 15M, y eso ha tenido, su efecto positivo, pero, a su vez, los partidos clásicos de izquierdas han sufrido un desgaste por sus acciones y por sus formas de hacer política, esa nefasta suma de la oligarquización de las organizaciones, el hiperindividualismo y la organización heredada del “marxismo-leninismo” pero sin sus correcciones democráticas. Por consiguiente los partidos han sido un reflejo de la sociedad en la que se movían, y no un cuerpo extraño como algunos se han empeñado en hacernos creer.

Habrá que ir viendo en que van mutando los partidos políticos de izquierdas, y ver, con un análisis crítico, si las “nuevas formas de hacer política” nos devuelven a prácticas casi desaparecidas en esta última fase de la historia, o si estas son las “viejas formas de hacer política” vestidas con un traje nuevo. ¿Qué forma adoptarán los partidos de izquierdas en la era del precariado y la desigualdad? ¿Serán más o menos democráticas? Estas son las preguntas que habrá que responder.

Pedro González de Molina Soler.

Notas a pie de página:

  1. Por ejemplo, en 1913 el SPD (Partido Socialdemócrata alemán) tenía 1 millón de afiliados, mayoritariamente provenientes de la clase obrera. El “partido de masas” no sólo está reducido a los partidos socialistas o comunistas, también son partidos de masas los partidos fascista italiano o nacional-socialista alemán, al igual que, después de la II Guerra Mundial, algunos partidos democristianos.
  2. Es interesante las reflexiones sobre el funcionamiento y teoría sobre el partido marxista-leninista realizadas por Otto Braun (SPD).
  3. Para ver un resumen certero de la crisis de esos años y sus consecuencias en la crisis actual ver: https://www.youtube.com/watch?v=20XPbALli1c y también recomiendo el libro de David Harvey, “Breve historia del neoliberalismo”: http://www.extension.edu.uy/sites/extension.edu.uy/files/breve_historia_del_neoliberalismo._harvey.pdf
  4. La Escuela austriaca dirigida por Von Hayek, y la Escuela de Chicago dirigida por un seguidor del mismo que se llamaba Milton Friedman. Los <<Chicago Boys>> colaboraron en la aplicación del ideario económico neoliberal en Chile con la Dictadura de Pinochet, y han logrado convertir el dogma neoliberal en casi el pensamiento único en la Economia.
  5. Para entender el cambio producido en la sociedad y en las formas de trabajo, recomiendo a Zygmunt Bauman, “Trabajo, consumismo y nuevos pobres”: https://alaizquierdadelarazon.files.wordpress.com/2013/01/zygmunt-bauman-trabajo-consumismo-y-nuevos-pobres-libro-completo.pdf
  6. El caso de Gran Bretaña con Thatcher es paradigmático, dejó convertida Inglaterra en un desierto industrial.
  7. De hecho Colin Crouch llegó a afirmar en un libro que habíamos llegado a la <<postdemocracia>>, cada vez más autoritaria, y pervertida por el poder del dinero: http://www.fabians.org.uk/wp-content/uploads/2012/07/Post-Democracy.pdf
  8. Lula Da Silva llegó a una conclusión parecida, respondiendo a un periodista que le preguntó cómo se sentía al haber alcanzado el poder, Lula le corrigió y le dijo que ¨no había llegado al poder, había llegado al gobierno, que no es lo mismo¨.
  9. Suma del desaparecido Partido Comunista Italiano (PCI), el Partido Socialista italiano (PSI) y la Democracia-cristiana.
  10. En sus siglas en inglés, hace referencia al Tratado de Libre Comercio entre la UE y los EEUU, que apoyan los conservadores, liberales y socialdemócratas en Europa. Para saber más: http://agarzon.net/50-preguntas-y-respuestas-sobre-el-tratado-de-libre-comercio/