Declarar la guerra al calentamiento global


 

Este es un momento de cambio sistémico (climático, tecnológico, económico, político). La economía es un asidero demasiado inseguro para que las personas —especialmente los jóvenes— puedan construir su proyecto de vida. La política no puede seguir apelando al crecimiento indefinido, pues esta idea nos ha conducido al borde de un calentamiento global sin control. Y las instituciones han perdido el brillo al malgastar su ejemplaridad.

Deberíamos declarar la guerra al calentamiento global en vez de hacer negocios con el cambio climático, pero la «hipocresía climática» nos hace ir de los fracasos de las COP26 y las cumbres climáticas previas a la oscuridad de la diplomacia fallida de la COP27, cuyo logro es permitir más emisiones y un nulo avance en mitigación.

Estamos en 2022. Pero antes ha habido un primer destello. Quienes reflejan esa luz, los protagonistas de esta historia, creen en él con total devoción. Y como las personas no somos nada sin historias, os invito a creer en ésta. Ocurrió en Málaga. Ese fue el comienzo del viaje. Y continuó en la charla organizada en la librería Luces, bajo el título: «Una opción política para esta crisis», compartida con el profesor Ángel Valencia. Comienzo con ella.

ACTO PRIMERO: El dogma del crecimiento económico

No tiene sentido creer que es posible el crecimiento infinito en un planeta cuyos recursos son finitos. Esta ficción, sin embargo, ha colonizado la imaginación de la sociedad más allá de donde puede hacerlo la razón. Ha devenido en dogma. Esta invasión viene de la mano del marketing y de la inyección de recursos sin límites, para no dejar que la gente saque sus propias conclusiones sino lograr que sus sentimientos —fácilmente manipulables— sean más importantes que lo fácilmente comprobable.

La excusa es que la ciudadanía quiere que la realidad en que vive sea corroborada cueste lo que cueste. No quiere escuchar la verdad. Pero no es cierto. Ese solo es el mensaje de la maquina publicitaria de quienes sacan provecho de la situación. No es llamativo, por tanto, que tras la declaración de la Agencia Europea de Medio Ambiente de que el crecimiento económico es incompatible con la protección del medio ambiente, no se busque alternativa. No quiere decir ello que no existan otras opciones, las hay y se reflejan en otros índices que se adoptan como complemento o en sustitución del PIB. Me refiero al índice de Felicidad Bruta, el Índice de Desarrollo Humano o la Huella Ecológica, por ejemplo.

Por ello, de manera coherente con la lógica interna del sistema capitalista, y a pesar de la (aparente) desautorización del crecimiento, la Ley de Cambio Climático (LCC) acepta el crecimiento económico que, para disimular, adjetiva redundantemente de «verde y sostenible».

Esto indica que nos están dando gato por liebre, porque ‘crecimiento’ y ‘política climática’ son incompatibles. Si tienes lo uno no puedes tener lo otro. Esta tesis queda corroborada en los Informes de la Brecha de Emisiones que cada año publica la ONU y que sistemáticamente califican de insuficientes las medidas que han adoptado los estados. Con lo que dicen los científicos que elaboran los informes del IPCC, muchos de los cuales están se han pasado la desobediencia civil. Por el crecimiento continuado de las emisiones y de las previsiones de incremento de temperatura registrados. Y por las 27 cumbres climáticas fracasadas que se han celebrado hasta ahora.

Toda la tramoya climática desplegada de acuerdos y cumbres, por tanto, no es más que un simulacro de política climática. Es una política y un discurso diseñados para hacer ver y hacer creer a la ciudadanía que se están adoptando las medidas que la emergencia climática requiere, cuando no es así.

La política climática que se está haciendo no permite mantener a la humanidad dentro de los márgenes de seguridad que han establecido los científicos. Se puede comparar su intención con la de la criticada política sanitaria del gobierno autonómico de Madrid. Una y otra buscan lo mismo: hacer ver y hacer creer a la ciudadanía lo que no es verdad. Sus discursos niegan la realidad con razones que nada tienen que ver con los hechos. Y ambas proyectan una realidad alternativa a la que realmente discurre ante nuestros ojos. Su propósito no es proteger a la gente, sino hacerles sentir que están siendo protegidos, cuando en realidad no lo están. La mentira se convierte, así, en una opinión lícita y defendible.

Toca, por tanto, hacer, lo que hasta ahora no se ha hecho: declarar la guerra al calentamiento global y dejar de hacer negocios con el cambio climático. Tanto gobiernos y empresas como ciudadanos habremos de tomar una decisión ética: hacer lo que debe hacerse sin mirar sin obtendremos recompensa, sino porque son éticamente correctas.

ACTO SEGUNDO: La manipulación de la deliberación democrática

Para hacer que la ciudadanía se sienta protegida cuando no lo está, se ha acudido a un truco barato. La farsa es hacer ver y hacer creer a la ciudadanía que con la transición energética que se están adoptarán las medidas que la emergencia climática requiere, cuando no es así. Con este discurso se crea en la gente la falsa sensación de estar haciendo algo.

El engaño se advierte en la LCC aprobada, como dije antes. Y también en la abrumadora opinión que tiene la sociedad española y se refleja en las encuestas: que las autoridades no hacen lo suficiente respecto al calentamiento global.

La insuficiencia de la política climática detectada por la ciudadanía pone sobre la mesa la cuestión de la legitimidad. Si la política climática que se está llevando a cabo se funda sobre premisas falsas y no respeta la voluntad de la ciudadanía que la considera insuficiente, ¿las soluciones al calentamiento global que se están adoptando tienen la suficiente legitimidad para no ser desobedecidas? Partiendo de esta premisa las acciones que se están haciendo en los museos para llamar la atención de los gobiernos y los actos de desobediencia civil adquieren otra perspectiva.

También cuestiona la legitimidad de la ‘apariencia de política climática’ el escaso protagonismo que se le otorga a la juventud. Una juventud que habrá ser la que sufra las consecuencias de un caos climático que no ha ocasionado.

Es imperativo, por tanto, para dotar de mayor legitimidad a la política climática, que se escuchen y se pongan en práctica las indicaciones y advertencias de los científicos. Y que se dote a los jóvenes de mayor capacidad para intervenir en los asuntos climáticos. Medidas que se pueden tomar en este sentido son: la dotación de las asambleas climáticas de capacidad decisoria y una amplia representación de la juventud y la ampliación del derecho a voto a los 16 años.

ACTO TERCERO: La apuesta decidida por las renovables y por el coche eléctrico

No somos nada sin historias como decía. Y mucho menos en esta época de hechos alternativos. Y como la realidad importa cada vez menos desde los centros de decisión se ha dispuesto una transición energética imposible de aerogeneradores, placas solares, baterías para vehículos eléctricos y ordenadores. Pero esta sustitución de las energías fósiles por unas energías renovables —no tan limpias como se anuncian— no es tal, solo es otra escena de la misma obra: la de crecimiento económico disfrazado de sostenible, pero no la transición ecológica que requiere el calentamiento global, sin crecimiento, a secas.

Mirad, además, los ingenios antes indicados, resulta que hay más teléfonos móviles que habitantes en el planeta, con una vida media de dos años, ordenadores, patinetes, relojes y un sinfín de aparatos electrónicos con una vida útil tasada que requieren una renovación continua. Todo ello consume una cantidad de minerales que no tenemos, cuya obtención demanda grandes cantidades de energía y ocasiona unas emisiones de gases de efecto invernadero que no podemos seguir haciendo. No es la solución, es la respuesta, como dice Antonio Turiel, a un «problema [que] está mal planteado». Sustitución energética con crecimiento, no. Transición ecológica, sí.


Por eso las decisiones que se están adoptando para afrontar la crisis climática no funcionan ni funcionarán. Lo dice el continuo incremento de emisiones y de temperaturas que se registra. Por eso las cumbres climáticas son fallidas y los acuerdos que en ellas se adoptan no se cumplen.

Somos una sociedad con obesidad energética mórbida por el excesivo consumo de energía y ‘yonki’ de los combustibles fósiles . Hacer dieta (el equivalente popular de la transición energética que se ha diseñado) no va a solucionar el problema dado el incremento de emisiones que la misma conlleva. Necesitamos un tratamiento depurativo. Los científicos señalan como necesario dejar bajo tierra sin extraerse el 58% de las reservas de petróleo, el 59% de las de gas metano fósil y el 90% de las de carbón, así como, todo el petróleo y el gas no explotados en el Ártico. Y eliminar los subsidios a la producción, exenciones o incentivos fiscales para las compañías extractoras de energías fósiles. Es decir, un cambio drástico de los nuestro modo de vida.

Es una necesidad real acometer un descenso energético, es decir, menos producción, consumo y movilidad, no los paños calientes de la transición a las energías renovables sin renunciar al crecimiento económico, que sirven de poco o nada.

El COVID-19 nos ha dejado una valiosa enseñanza: que podemos vivir consumiendo mucho menos de lo que estábamos acostumbrados a derrochar hasta ahora. Es el momento de poner en práctica de manera permanente las enseñanzas recibidas y que podamos tener una vida buena con nuestra familia y amigos y disfrutar de ella.

Ejemplos de ello los tenemos. Son los municipios que han aprendido donde están sus límites y están haciendo una transición ecológica. Citaré tres casos: Argelaguer (Girona), Carcaboso (Cáceres), Orenadain (Guipuzkoa) y más de 300 iniciativas de todo tipo repartidas por la geografía española. 

Las personas que están viviendo esta transición —esta si se puede llamar así— nos trasmiten ilusión: hablan de pueblos unidos, de pueblos sin necesidades y con recursos, de mejora de las infraestructuras, de recuperación de prácticas locales. Todo ello nos dice que hay vida feliz más allá del crecimiento económico. Esta es la apuesta.

EPÍLOGO: ¿Cambio o continuidad?

Vivimos una época que nos plantea desafíos significativos que transformarán el mundo en que vivimos, uno de ellos existencial: el calentamiento global. Y para superar el reto hemos de hacerle frente con otra perspectiva completamente diferente a la de hoy, porque en caso contrario perderemos la partida.

Esa perspectiva diferente comienza por más democracia. Por exigir a los cargos electos, a todos, que expliquen a la ciudadanía cómo van a evitar que la temperatura se incremente en más de 1,5ºC. Que digan por qué deberíamos renunciar a dicho objetivo, si al hacerlo aumenta significativamente el riesgo de desencadenar reacciones en cadena más allá del control humano.

¿Por qué ninguna fuerza política ha pedido esta explicación públicamente?

Continúa, con una fuerza política que lleve a cabo su acción política de manera «lo suficientemente realista», proponiendo las reglas, normas y pautas que realmente necesitamos para afrontar el calentamiento global y la crisis energética, sin seguir cayendo, como hasta ahora, en falsas soluciones que nos hagan perder un tiempo que no tenemos.

Y prosigue, con dicha fuerza política dirigiéndose a las personas para formar alianzas y rechazando las etiquetas políticas convencionales. Porque la lucha contra el calentamiento global no es una cuestión de ideológica, sino de supervivencia. Esto no parece haberse entendido en la COP27, que se ha cerrado sin lograr un llamamiento expreso a eliminar el uso de todos los combustibles fósiles.

Esta fuerza política surge, en definitiva, porque las fuerzas políticas presentes en las instituciones han elegido no cambiar y continúan defendiendo ideas preconcebidas (como la transición energética que se ha diseñado) que se han demostrado que son falsas y lo pondrán todo patas arriba.

Si queremos impulsar España en este instante crucial, si queremos resituarla en el contexto europeo y hacerla un referente de la acción climática debemos dejar atrás las tribus y los particularismos. Es hora de construir entre todos, de ayudar a que tengamos unas fortalezas estratégicas que nos permitan una mayor y mejor adaptación. No de empujar aún más el país hacia el despeñadero climático y la segunda división.

Dentro fuera. In out. Será lo que tus dedos decidan. ¿Qué vas a elegir: declarar la guerra contra el calentamiento global o seguir haciendo negocios con el cambio climático? ¿Cambio o continuidad?



Francisco Soler

Co-portavoz

Cambia-Partido del Clima




Viabilidad & sostenibilidad

 

Ya no vale la frase: ha habido otras crisis, esta se solucionará también. No solo nos jugamos algo o mucho, hoy nos lo estamos jugamos todo. Por eso la alternativa es establecer un nuevo marco o dejarlo todo como está. Y en esta última opción también se incluyen los cambios cosméticos, los lavados verdes de cara, que no sirven para nada.

Pero hemos elegido no cambiar —a pesar de la preocupación que decimos sentir— y continuamos instalados en ideas preconcebidas que se han demostrado que son falsas y lo pondrán todo patas arriba como: el chau chau sostenible, todas las transiciones —energéticas y ecológicas— que tanto publicitan, el creernos concienciados por comer menos carne, tener coches eléctricos o reciclar, aunque eso sí, cogemos el avión porque no podríamos viajar si no lo hacemos. Somos cuñaos ambientales.

Si unimos a lo anterior la «creencia errónea (…) de que la población no está preparada para escuchar nada más difícil que chorradas micro-consumistas» (G. Monbiot), el resultado de todas estos silencios, concienciaciones y transiciones «imposibles» es que cada año las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando. No lo digo yo, ahí están los datos del IPCC y de otros organismos. Así pues, rompamos el silencio y hablemos claro de una vez. Manifestémonos. Protestemos. Exijamos a nuestros gobernantes que hagan lo que los científicos están reclamando que se haga, si queremos que España siga siendo habitable dentro de unos años.

Hay que decirlo alto y claro, como muchos lo están haciendo, Antonio Turiel entre otros: las soluciones que se están implementando para adaptarnos a la crisis climática no funcionan, ni funcionarán, porque «el problema está mal planteado». Y la consecuencia de este planteamiento erróneo es que damos una orientación equivocada a los problemas y retos que debemos afrontar: calentamiento global, descenso energético y mineral forzado y problemas financieros y sociales.

¿Cuál es el mal planteamiento que es origen de esta crisis múltiple? Creer que el sistema económico puede crecer infinitamente en un planeta cuyos recursos son finitos, limitados, lleva dentro su propia inviabilidad, no solo su insostenibilidad. Para explicar el porqué de esta inviabilidad, mezclándolas con las mías, tomaré prestadas otra vez las palabras de Antonio Turiel.

Nuestro sistema económico necesita el crecimiento para funcionar, es un yonqui del crecimiento, porque sin este no hay beneficios, es decir, retorno de la inversión. Si no se crece un 2ª anual el paro no baja, los bancos no dan créditos y las empresas no invierten. Vamos de un ciclo recesivo a otro con pequeños intervalos de calma, en una crisis que comenzó en 2007 y que no va a acabar nunca. Y cada vez que empecemos recuperarnos económicamente y remontar nos toparemos con el techo de la energía: principalmente de petróleo. Un techo que además es descendente, lo que significa que cada vez que intentemos subir (recuperación económica) chocaremos con un techo que está cada vez más bajo y que hace que en realidad estemos más abajo («descenso energético forzado»). Eso significa que esa recuperación cada vez beneficiará a menos gente. Pero el techo está compuesto también de otras cosas: de emisiones de gases de efecto invernadero por ejemplo, que aunque también deberían descender, el crecimiento económico las mantiene crecientes.

Por eso los problemas reales de la gente continúan y continuarán sin resolverse y se agravarán a medida que el calentamiento global y la menor disponibilidad de energía y materias primas, de agua, de productividad de los suelos, de biodiversidad, se vaya amplificando, pues las soluciones que se están dando para hacer frente al calentamiento global son respuestas diseñadas en una época de energía barata y abundante que ignoraba el calentamiento global.

Si existen dudas sobre la ineficacia de las soluciones que estamos implementando observemos como ha ido evolucionando el lenguaje de la Comisión Europea, desde principios de siglo hasta hoy, para hablar del calentamiento global y que es el relato de un fracaso. Comenzó en la década de los 2000 hablando de «lucha» contra el cambio climático. En la década del 2010 dejó atrás el término «lucha» y empezó a hablar de «mitigación», asumiendo la imposibilidad de contrarrestar el calentamiento global, pero buscando, al menos, reducir sus efectos. Hoy la Comisión Europea ya no usa ninguno de los términos anteriores sino que habla de «adaptación»: no vamos a poder evitar el calentamiento global y sufriremos sus efectos a gran escala (véase el verano de 2022 que llevamos de calor, sequía e incendios), por tanto, debemos prepararnos y realizar los cambios necesarios para que sus efectos sean los menos dañinos posibles, metamorfosis que exigirá una cantidad creciente de recursos.

¿Entonces que hacer? La solución a esta crisis múltiple: climática, energética, mineral, económica y social, no puede basarse únicamente en la sustitución de la energía empleada para seguir explotando sin freno el resto de los recursos naturales. La alternativa no es poner parches sino aceptar que debemos dejar atrás este modelo económico inviable y adoptar las decisiones que están exigiendo los científicos.

Dicho de otra manera: en la era del «fin de la abundancia» (E. Macron) hemos de debemos superar el mito de la sostenibilidad para encarar una nueva era: la de la viabilidad. La viabilidad medida de certidumbre empírica de éxito (solución) o fracaso (lo que hay que desechar); mientras que la sostenibilidad no es más que una vaga declaración de intenciones que quiere hacernos creer que el crecimiento económico presente no afectará a la capacidad de crecer en el futuro (parche). Ésta no es más que un remiendo para que todo siga igual (crecimiento), una estrategia de marketing para vender como solución lo que no es. Los datos de continua subida emisiones, de temperatura, calor, sequías, lo dicen claro: lo que hacemos no sirve.

Y aunque la viabilidad debería ser el camino por el que transitar, la mayoría de las fuerzas políticas del arco parlamentario —para no perder votos y mantenerse en el poder mientras llega una tecnología milagrosa que los salve— apuestan por la sostenibilidad: por el pegote del «crecimiento verde y sostenible» de la ley de cambio climático. ¿Y si esa tecnología no llega o simplemente no existe? Una parte de quieres la elaboraron y aprobaron piden, menos de 2 años después, su modificación por insuficiente. Las decisiones que no tomemos hoy tendremos que adoptarlas más adelante con dureza multiplicada, con el peligro añadido de que nuestra humanidad otra vez sea puesta a prueba.

Francisco Soler

FonRedess acompaña a Bee Free con ayuda reintegrable para la puesta en marcha de la Agencia BEE FREE Sociedad Cooperativa Andaluza.



Bee Free Comunicación y Eventos es una agencia de comunicación, marketing y eventos de Málaga capital. Vamos a entrar no solo en el nicho de mercado de las agencias de comunicación y marketing digital, sino que vamos a especializarnos en un sector que a día de hoy no termina de implantarse en el mundo digital, como es el sector turístico en la Costa del Sol. Aprovechando el auge de la cultura en Málaga y el crecimiento del turismo en la Costa del Sol, ofreceremos otro de nuestros servicios exclusivos, los eventos eco. Eventos culturales con sello ecológico que engloban todo lo relacionado con el arte y el entretenimiento en una localización peculiar.

Además, nos dirigimos a PYMES de la provincia de Málaga para hacerles visibles en el mundo digital. De este modo les ofreceremos nuestros servicios de comunicación y marketing digital para que puedan avanzar en la era de la tecnología y exponerse directamente en este escaparate mundial.

Nuestros servicios en comunicación se adaptan a todas las necesidades de nuestros clientes, ya que nuestra filosofía consiste en integrarnos en sus equipos y formar parte de ellos como su Departamento de Comunicación, con total transparencia e implicación, para así desarrollar cada objetivo y llevarlo a cabo tal y como el cliente desea, optimizando al mismo tiempo cada acción para conseguir los mejores resultados. Vemos el marketing del mismo modo, desde el punto de vista del cliente: analizamos cada empresa, cada producto y cada necesidad para así, codo con codo, poder establecer objetivos de marketing reales, claros y viables. Adaptamos a las empresas al mundo digital a través de estrategias de marketing digital y O2O. Las reciclamos y les damos las herramientas necesarias para crecer en esta nueva era.

Ayudamos a que los pequeños hoteles vean impulsada su actividad en temporada media-baja, realizando eventos focalizados en actividades de ocio y cultura, para todo tipo de públicos de forma asequible , amena, original y dinámica.

Aumentaremos los ingresos en dichos establecimientos hoteleros en temporada media-baja a través de vías inusuales para los alojamientos turísticos.

Esto supone un impulso al turismo puesto que se tratan de actividades nuevas, enfocadas a los visitantes de Málaga así como a sus propios habitantes, lo que genera una nueva opción ocio-cultural que no se encuentra explotada en el mercado actual.

Valores: Pasión. Transformación, cambio y adaptación, reciclaje en todos los sentidos. Fomentar el patrimonio cultural inmaterial mediante eventos. Responsabilidad, transparencia y confianza.

 

 Más información en https://agenciabeefree.com/

 

 FonRedess acompaña a Bee Free con ayuda reintegrable de 2400€ para cubrir necesidad temporal de circulante derivada de la puesta en marcha de la Agencia BEE FREE Sociedad Cooperativa Andaluza.

 


Comunicación FonRedess http://fonredess.org/

 

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FonRedess acompaña a Visavi con ayuda reintegrable para desarrollar proyecto: I Encuentro Slow Tourism- viaja lento y defiende el turismo sostenible

La Asociación " Una visión mas Saludablede la Vida" (Visavi), realiza programas de actividades para fomentar el respeto al entorno natural de los municipios:

- Desarrollando potenciales creativos, individuales y colectivos de forma interactiva que permiten el bienestar físico y mental.

- Buscando que los participantes disfruten independientemente de la economía, edad o condición física que tengan.

- Contribuyendo a la divulgación y conservación del medio rural.

- Promocionando el Desarrollo sostenible, respetando la cultura local.

- Consiguiendo que la cultura del BIENESTAR tenga una dimension mas amplia, respetuosa y no se ciña unicamente a lo material, sea más de lo que entendemos por vivir de forma cómoda y a espaldas del medio ambiente y de las personas.

Entre las actividades que desarrolla Visavi se encuentra el proyecto "Slow tourism" Viaja lento y defiende el turismo sostenible, que tiene las siguientes características:

Objetivos generales:

1. Sensibilizar y movilizar la filosofía del "Slow travel" o "viaje lento", concepto europeo en la defensa del turismo sostenible.

2. Implementar el "Slow tourism" en el sector del Eco-turismo, un destino Slow Inteligente que usa la capacitación, la formación, la tecnología y el trabajo en red para crear oportunidades de empleo en los municipios rurales de Granada.

Objetivos específicos:

1. Seleccionar a 9 empresas de los municipios de las tres comarcas del Geoparque de Granada en referencias a las actividades del segmento Slow Travel.

2. Crear el grupo de trabajo entre la Asoc. Visavi, los empresarios y las entidades públicas.

3. Creación de materiales audiovisuales.

Actividades:

1. Diseño y puesta en marcha de actividades de participación con las empresas del sector del "Slow tourism".

2. Creación de un ciclo de vídeo reuniones con el propósito de puesta en común de conocimientos sobre "Slow tourism", así como desarrollo y creación de productos conjuntos en el sector del "Slow tourism".

3. Elaboración de materiales audiovisuales de Video-marketing para RRSS y medios de comunicación.

La metodología usada aplica el programa Flow InOut, una innovadora metodología vivencial basada en los últimos avances en neurociencia para entender fenómenos complejos de management:

Fase 1 (FEBRERO) Creación conjunta de productos turísticos "Slow tourism":

Vídeo reunión con el propósito de puesta en común de conocimientos sobre el segmento "Slow tourism". Un día de la semana del 7 al 10 de febrero (HORARIO DE MAÑANA).

- Identificación de las actividades ya creadas en la comarca.

- Análisis de los recursos y productos turísticos por el grupo de trabajo.

Fase 2 (MARZO) "Creación de material promocional del segmento turístico "Slow tourism":

- Elección de las actividades.

- Grabación de las experiencias 4 días en la semana del 15 al 20 de marzo.

- Creación de materiales de Video-marketing de las sensaciones, que cree un vínculo exponencial entre los eco-turistas y los recuerdos que puedan crear. Semana del 21 al 27 de marzo.

Fase 3 (FINAL DE MARZO) “Presentación pública”.

Encuentro de profesionales e Instituciones para la promoción del TURISMO SLOW: Análisis del

trabajo y conclusiones del Grupo de Trabajo y Presentación de vídeos Promocionales. Semana del 28 al 31 de marzo.

FonRedess acompaña a Visavi con ayuda reintegrable de 5000€ para hacer frente a gastos de gestión del proyecto I Encuentro Slow Tourism- viaja lento y defiende el turismo sostenible.


 

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FonRedess acompaña a Surgencia Upwelling Social con ayuda reintegrable para desarrollar el proyecto Empleo Joven Ecosocial Especializado

 Surgencia es una empresa andaluza especializada en el diseño, gestión y evaluación de proyectos socioambientales donde destaca la dimensión participativa.

Incorporando las 4 dimensiones de la sostenibilidad: 1. Ecológica. 2. Social. 3. Económica y 4. Espiritual o visión del Mundo y nos nutrimos de un enfoque de permacultura, facilitación de grupos y diseño holístico (como Dragon Dreaming).

Diseñamos ad hoc proyectos para clientes públicos, privados y del tercer sector, a quienes ayudamos a ejecutar proyectos en los que la participación de agentes de cualquier naturaleza o de la ciudadanía son pieza clave: procesos participativos; comunicación ambiental; educación ambiental; formación y capacitación; organización de eventos especializados (congresos, conferencias, jornadas, seminarios).

 

Realizamos consultoría y asesoramiento en el ámbito ecosocial, gestión de proyectos sostenibles y dinámica de grupos (facilitación de grupos; gestión de proyectos; trabajo en equipo; emprendimiento ecosocial; dinamización de procesos participativos; permacultura; agroecología; etc.).

Uno de nuestros desafíos presentes es recrear y consolidar nuestro equipo profesional sumando jóvenes que acceden por primera vez al mundo laboral y traen frescura, nuevas habilidades y destrezas complementarias, promoviendo la diversidad humana dentro y fuera de Surgencia. 

 

  Mas información en http://www.surgencia.net/

La financiación ética y colaborativa es una de las visiones con las que rediseñamos El Mundo, y FonRedess un instrumento útil y muy bienvenido en esta importante tarea.

FonRedess acompaña a Surgencia Upwelling Social con ayuda reintegrable de 5000€ para hacer frente a gastos de gestión del proyecto Consolidación de empleo juvenil especializado en el sector socioambiental.


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MODELO NEOLIBERAL DE INTERVENCIÓN EN LOS SERVICIOS SOCIALES.

 

¿Cuál es el modelo de Intervención en los Servicios Sociales que queremos l@s profesionales que trabajamos en éstos? ¿Qué modelo quieren l@s ciudadan@s? ¿Y nuestr@s representantes políticos, hacia dónde dirigen sus estrategias en este sentido?

Parece claro que desde la profesión, y desde gran parte de la ciudadanía, la defensa de lo público es una cuestión innegociable y que la apuesta por unos Servicios Sociales públicos y de calidad es firme. Así lo contempla, en Andalucía, la Ley 9/2016, de 27 de diciembre, de Servicios Sociales.

Pero no queda tan claro lo que quieren las personas que plantean las políticas Sociales municipales, autonómicas y estatales, observándose una progresiva privatización de los Servicios públicos y el desmantelamiento del modelo de Bienestar.

En los Servicios Sociales hemos pasado de la Beneficencia a un modelo de Intervención centrado en los Recursos que se inició en 1988 con la puesta en marcha del Plan Concertado de Prestaciones Básicas de los Servicios Sociales. Este modelo de Intervención centrado en los Recursos, lejos de ser superado por la implantación de otro Modelo de Intervención centrado en las Personas en el que la calidad en la intervención fuese el pilar fundamental en el que se basara su desarrollo, se ha reforzado e, incluso, revertido hacia modelos más cercanos a la Beneficencia que a la Justicia Social.

Durante muchos años, en el Ayuntamiento de Sevilla, l@s profesionales que trabajamos en los Servicios Sociales, nos hemos quejado del modelo de Intervención centrado en los Recursos que se ha venido aplicando desde hace años y que tras la crisis sanitaria de 2020 provocada por el COVID supuso la implantación de una versión más estricta del mismo, más dura, áspera e impersonal, que potenciaba, sobre todo, la gestión de más recursos para dejar en un segundo plano la intervención de calidad del profesional y en un tercer plano la figura del usuari@, sobrecargando de tareas burocráticas de manera inexplicable a l@s profesionales.

Este modelo, defendido por la Dirección General del área de Servicios Sociales y por algunas jefaturas, responde claramente a un modelo Neoliberal que prioriza el número y la cantidad de resultados por delante de la calidad de la intervención. El éxito de este modelo Neoliberal depende de la cantidad de intervención que se realice y de los recursos que se apliquen. Para esto, el papel del profesional se reduce a ser gestor de recursos y especialista en tareas administrativas.

Para que el éxito de este modelo se haga efectivo, el razonamiento que dan sus defensor@s esta basado en la perversión y adulteración de la citada Ley de Servicios Sociales de Andalucía, haciéndonos creer que solo existe un número determinado de artículos sagrados, intocables y prioritarios de dicha Ley que se han de cumplir y, en cambio, hay otros artículos que han sido tan demonizados, ninguneados e invisibilizados que no son exigibles.

Es decir, se fundamenta este modelo mediante la aplicación de los artículos 4, 7, 9, 26, 28, 35, 41, 42, 44 que garantizan la cobertura de las necesidades básicas, el derecho de acceso universal al conjunto de Servicios y prestaciones a los usuarios, la estructura en niveles de atención, las funciones de los Servicios Sociales comunitarios, la atención a las urgencias y emergencias Sociales, el catálogo de Prestaciones del Sistema Público de Servicios Sociales, las prestaciones garantizadas, la gestión directa por parte de los ayuntamientos, etc.

En cambio, otras jefaturas, las menos, y la inmensa mayoría de los profesionales que componen la plantilla de los Servicios Sociales del ayuntamiento de Sevilla, creemos que el Modelo Neoliberal es un modelo anticuado, inadecuado, injusto y desfasado, apostando por la implantación de otro modelo de corte más Progresista de Intervención Centrado en las Personas.

Para apoyar este Modelo de Intervención Centrado en las Personas, existen otros artículos apócrifos de la citada Ley que las personas defensoras del Modelo Neoliberal de intervención en los Servicios Sociales no han tenido a bien tener en cuenta, puesto que han adulterado y dejado la Ley de Servicios Sociales de Andalucía recortada a su antojo. Estos artículos malditos son el 4, 9, 25, 29, 31, 37, 41, 45, 46, 59, 62, 63, 78 que garantizan los objetivos de favorecer el bienestar social y mejorar la calidad de vida de las personas, unos Servicios de calidad que fortalezcan las capacidades de las personas usuarias, promover la mejora contínua de la calidad de los Servicios Sociales, ofrecer una atención individual basada en la evaluación integral de las necesidades, los recursos humanos de los centros de Servicios Sociales, elaboración de los Proyectos de Intervención Social, establecimiento de las tasas de densidad y cobertura en el Mapa de Servicios Sociales de Andalucía, establecimiento de una ratio por profesional, la calidad del Catálogo de Prestaciones, la atención integral centrada en la persona, tener el personal suficiente con la formación, titulación, conocimientos, capacidades, aptitudes y estabilidad laboral necesaria para garantizar la eficiencia, eficacia y calidad del sistema, la implicación de profesionales en la formulación de las propuestas de carácter general dirigidas a promover los objetivos de la presente ley, derecho a trabajar en un adecuado marco de relaciones laborales, el Modelo básico de intervención, la calidad de los Servicios Sociales, entre otras.

El Modelo Neoliberal de Intervención Centrado en la Gestión de los Recursos en los Servicios Sociales cumple una función de asistencialismo, de malla primaria de seguridad que impide que las personas mueran por hambre o por enfermedades cubiertas por la seguridad social. Es impensable, para un modelo de Estado Neoliberal, tener el vagón de cola lleno de personas "tercermundistas". Tod@s l@s ciudadan@s del sistema han de ser "primermundistas" en cualquier caso, mal atendidas, pero "primermundistas". Por lo que se hace necesario un mínimo de estructura social que haga este trabajo. De esa forma, es falso el axioma de que el Neoliberalismo pretende acabar con los Servicios Sociales. Debilitarlos, sí; privatizarlos, sí; eliminarlos, no.

Teniendo en cuenta que la asistencia social ha existido independientemente de si el sistema político era más cercano al capitalismo o al marxismo, no estamos ante el planteamiento de la defensa de la existencia de la protección social, sino ante el debate de la naturaleza de la misma. Estamos ante la cuestión de optar por un modelo Neoliberal de privatización y debilitamiento de los Servicios Sociales, de atenuación de la miseria y de mantenimiento de unos Servicios Sociales mínimos y gestores de recursos, u optar por un modelo Progresista de defensa de los Servicios Sociales públicos y de calidad, de atención centrada en las personas, de erradicación de la desigualdad y de lucha por la Justicia social.

Los Servicios Sociales no pueden ser una mínima red que se dedique a gestionar recursos sin intervención de calidad. Lo que se promueve con esto es la caridad y cuantos más recursos se gestionen, más caridad.

En este sentido, estamos siendo testigos, pasivos, de como la mayoría de los Servicios públicos están siendo desmantelados, debilitados. No son una excepción los Servicios Sociales. Sanidad o la Educación publicas están de igual modo siendo debilitadas hasta su mínima expresión.

La calidad, en el Estado Neoliberal, la ofrece lo "privado". Lo público está para los que no pueden permitírselo económicamente. No hay sensación de que han desaparecido. Muy al contrario, la gestión de recursos y más recursos da una errónea imagen de que los Servicios Sociales están más vivos que nunca. Porque, en resumen, de lo que se trata es de debilitar a los Servicios Sociales para que se conviertan en una mísera malla de protección para las más míseras personas.

Defender los Servicios públicos no es suficiente: es hora de recuperar los Servicios Sociales. Cuando más golpea la desigualdad, cuando más se acentúan las diferencias entre clases, cuando la situación económica se vuelve más critica, es más necesario que nunca tener una alternativa a la locura del mercado capitalista.

Hagamos valer los artículos malditos de la Ley de Servicios Sociales de Andalucía. Reivindiquémoslos.



José Manuel Chía Salas