El mérito y la capacidad desde la libertad y el derecho.


¿Como medir el mérito y la capacidad en política? Últimamente leo mucho sobre estos dos conceptos en política. Y está bien ese debate... pero al menos para mí está superado y solucionado. Otra cosa es que se tengan reticencias para ponerlo en marcha por parte de muchos detractores que no cumplen la verdadera condición de mérito y capacidad en política, pero que creen que sí lo hacen por cumplir con ellos para otros ámbitos.

El derecho de participación en el sufragio pasivo tiene dos grandes axiomas en España: la libertad y el derecho de cualquier persona española a participar y ser elegido como representante público, y los partidos como canales de provisión de liderazgos políticos para la sociedad y las administraciones.

Por tanto, el mérito y la capacidad, por el primer axioma, son restricciones si se hacen en cuanto a formación, lengua, raza, credo... o cualquier punto diferenciador. Y, por tanto, los partidos deben cuidar mucho esas restricciones.

Pero… ¿puede un partido filtrar quién se presenta por sus siglas? No sólo puede, creo que debe. Otra cosa es cómo lo haga, sin vulnerar derechos fundamentales recogidos en la constitución. Un partido puede poner reglas en cuanto a comportamientos, ideario, etc. Pero nunca poner cortapisas desde unos estatutos o hacer que su comité de garantías choque con los derechos fundamentales.

Y sigo preguntándome, que no me he respondido... ¿y cómo se mide y cuantifica el mérito y la capacidad?

Medir, cuantificar, en definitiva juzgar, implica un jurado y un articulado de condiciones. Ya hemos visto que las condiciones no pueden ser excluyentes, así que debe haber una igualdad de condiciones no restrictivas en cuanto a diferencias cualitativas o cuantitativas respecto de los candidatos. El mismo jurado que decide “quién va”, puede ser también una restricción, Por tanto la fórmula para medir mérito y capacidad pasa por la “autoritas”, que no la “potestas”, es decir pasa por buscar personas que sean reconocidas por muchos, conforme a su mérito y capacidad, para que representen a los ciudadanos de una región, un municipio o de España. No vale un curriculum, ser mas alta, más guapo, mejor sonrisa, hablar mejor en público... valen sólo los apoyos que tengas.

Pero los apoyos deben ser muchos en cantidad y cualidad y, en política democrática, se miden, antes que nada, en cantidad: los consensos son el resultado de acuerdos entre mayorías y minorías; y las mayorías son muchas personas decidiendo algo conjuntamente, dando una autoridad a alguien o a algo. Por tanto el mérito y capacidad en política sólo pueden trasladarse desde unas primarias. Primarias que aportarán una persona elegida por un jurado enorme, una persona electa que, después, deberá limar asperezas para ganar el consenso de todos.

Los que ganan unas primarias ya tienen mérito y capacidad en política. Los que las revalidan... esos ya lo demuestran otra vez. Por eso la forma de elegir a los mejores en la política pasa por primarias y asambleas. No hay otra forma. Lo demás es mediocridad política. Si no eres capaz de convencer "a los tuyos", como pretendes convencer "a los de fuera". Un liderazgo ganado por primarias y mantenido es la única forma de dar mérito y capacidad. Por eso se teme tanto a las primarias por aquellos que son incapaces o no tienen mérito.



Rafael Ruiz Herbello

Mi análisis de los resultados.


1) El PP logra un resultado espectacular en Galicia, pero un resultado desastroso en Euskadi. El primero les compensa: Euskadi, como Cataluña, siempre fueron colonias de ultramar para el PP. Al final, la estrategia de abrir la mano con el déficit para reactivar la economía, a la par que cansas al electorado de izquierdas dejándoles cocerse en su propia salsa de divisiones, está dando resultado. Ahora, basta con rematar a C's para lograr volver a las absolutas que tanto les gusta. 

2) Podemos/En Marea/ Elkarrekin Podemos tiene resultados aceptables. Si no fuese por las expectativas, nadie dudaría que ser el segundo partido en Galicia y el tercero en Euskadi, y primera fuerza no nacionalista, es un gran éxito para un partido nuevo. El caso vasco es de libro: voto dual, los vascos votan una cosa en las autonómicas y otra en nacional. El gallego es menos contundente, pero de nuevo, se sacan peores resultados que en las generales. No obstante el éxito, se notan signos de cansancio en el electorado de Podemos: demasiadas citas electorales y dificultades para que el proyecto se concrete en cambios (gobiernos), las divisiones internas y, por supuesto, una estrategia de PP y PSOE, de no dar agua ni espacio a podemos, que esta desgastando a los votantes menos movilizados. De todas maneras, Podemos apunta al futuro, de la misma forma que PSOE apunta al pasado. Veremos si son capaces de organizarse para que ese futuro brille. 

3) PSOE muestra a las claras cual es su proyecto actual: perder elecciones, principalmente, en las comunidades periféricas, gracias a su recién adquirida obsesión centralista. Es tentador extrapolar los resultados vascos y gallegos a todo el estado, pero no seria preciso ni justo, pero, en cualquier caso, la tendencia a la baja del PSOE está ahí. Sin Galicia, Euskadi, Cataluña y Valencia, el PSOE nunca volverá a ser ese partido hegemónico de gobierno que fue y, si la cosa sigue así, y parece que así va a seguir porque la elección es entre el centralista sanchez y la enloquecida independentista Susana Díez, el PSOE acabará siendo el partido de oposición o gobierno principal de los electorados envejecidos y central/sureños, de las castillas, andalucía y extremadura y un partido secundario en el resto del estado. 

4) C's hace tiempo que dejo de ser interesante para el stablishment. Nunca tuvo presencia en espacios como Euskadi y apenas en Galicia, pero los señores de la derecha ya se dan cuenta que los naranjas no suman ya, restan. Parada (creen) la amenaza de Podemos, ahora Cs no sirve de mucho y, parece, quieren que Ciudadanos demuestre responsabilidad, sensatez y apoyo a la gobernabilidad pasando a la irrelevancia. La operación ha terminado y C's son la nueva UPyD en apenas 2 años. 

PD: Sería irónico que los resultados tan nefastos en las comunidades periféricas fuesen utilizados como excusa por los barones centralistas del PSOE para bloquear un acuerdo con podemos y cumplir así su sueño húmedo de cargarse a Sanchez. :) Vamos, sería realmente divertido.



Ignacio Paredero Huerta
Socialista, Politólogo, Sociólogo, Activista LGTB+. La Igualdad, real y efectiva, es mi prioridad.

Mi patria es el planeta (III): Biorregionalismo

Las fronteras de los estados, que son líneas arbitrarias, atraviesan las fronteras que dibuja la naturaleza, que son fronteras vivas. Naciones y estados se superponen a biorregiones. Delimitaciones políticas, culturales, urbanísticas, se entrecruzan, se solapan con los límites naturales, que muchas veces quedan ocultos. Unos mapas esconden otros. Debajo y alrededor de las casas en línea y fábricas, calles, cloacas, autopistas, vías de tren, aeropuertos, oleoductos, gasoductos, jurisdicciones legales, fronteras políticas y administrativas, la geografía natural de la vida perdura. Comparados con los ecosistemas los sistemas humanos resultan torpes e imperfectos.

¿Qué es un estado? Según el Tratado de Paz de Westfalia de 1648, es una organización destinada al dominio de un territorio y una población. ¿Y una biorregión? Es un área geográfica con características comunes definida por sus límites naturales: clima, ríos, geología, fauna, flora, y determinada por sus ritmos propios. Tiene un significado profundo para la gente que vive en ella. En ellos hay un arraigamiento a la tierra, al lugar donde se vive y un respeto por los demás seres vivos. A la vez hay una conexión viva con las demás biorregiones. A esta conexión se le llama resonancia y origina una forma-de-vida. La biorregión es un territorio geográfico, ecológico, social, económico, a la vez que mental y emocional, que cuestiona las fronteras políticas y la organización estatal y posibilita la reconexión con el planeta.

En el contexto de la creación de una identidad planetaria, la idea de un único espacio y múltiples territorios, el biorregionalismo la materializa en una imagen: un planeta y múltiples biorregiones. En él la identidad se entiende como identificación. «Identificarse es un proceso.» Sucesiva o simultáneamente podemos estar atravesados por diferentes identificaciones, unas más fuertes que otras. La identidad, sin embargo, «es una camiseta o un tatuaje que uno no se lo puede quitar.» Ejemplos de esta identidad-camiseta son los estados-nación étnicamente homogéneos o los organismos modificados genéticamente.

Es necesario, por tanto, comenzar la transición hacia formas de organización del territorio, cuya eficacia y funcionalidad sido probada durante millones de años: las biorregiones, que nos conduzcan a la rehabitación del territorio. A convertirlo en un lugar de vida, no únicamente en un lugar de residencia. Esto significa ser parte del territorio, familiarizarnos con sus características naturales. Convertirnos en nativos del lugar. Ser conscientes de la relaciones ecológicas que operan dentro y alrededor del mismo. Establecer una cultura adaptativa a los ciclos y a las condiciones concretas del medio. Construir una forma-de-vida conectada con el entorno. Ser los amantes de la Tierra, en definitiva. Para el paradigma biorregional los objetivos sociales se contemplan desde una perspectiva ecocéntrica, a la vez que femenina, toda vez que Terra es la deidad romana equivalente a Gea, la diosa griega de la feminidad y la fecundidad. La consecución de estos objetivos está exenta de toda forma de autoritarismo, dominación o soberanía.

El biorregionalismo no es un mero ejercicio teórico de la teoría política verde. Es, como dice Josep Puig, un objetivo político útil para la construcción de una nueva organización territorial que supere los caducos criterios económico-político-administrativos sobre los que se establece la actual división territorial. Este modelo es una mirada que se inspira en criterios biocéntricos y de sostenibilidad a largo plazo, útil para definir comarcas naturales –comunidades humanas, animales y vegetales– pensadas como unidades políticas. El paradigma biorregional es una guía válida para organizar la vida de una comunidad de acuerdo con sus sistemas naturales; sus estructuras de intercambio, tanto interiores como exteriores; sus propias necesidades como comunidad; y sus propios sistemas de sostenimiento biológico a largo plazo. Es una oportunidad para una vuelta a la naturaleza. Un regreso al futuro consciente que la vuelta al pasado es imposible.


Francisco Soler 
 http://www.laopiniondemalaga.es/blogs/barra-verde/mi-patria-es-el-planeta-iii-biorregionalismo.

La revolución pasiva en España y sus contradicciones.


Estamos viviendo en España una revolución pasiva, en el sentido que le da Gramsci, por el que la Revolución pasiva (“dependiente” para Waldo Ansaldi en el contexto latinoamericano, aunque perfectamente aplicable a la periferia europea donde se ubica España). Ésta es un entramado de continuidades y cambios , de persistencias y rupturas en el conjunto de la sociedad, que la modifican (modernizan) sin transformarla radicalmente. Se trata de un proceso que reconoce el poder y los privilegios de clases o grupos tradicionalmente dominantes en regiones menos desarrolladas en términos capitalistas, al tiempo que frenan u ocluyen el potencial transformador que eventualmente pueden expresar o demandan las clases subalternas. Es una dialéctica conservación-innovación. La revolución pasiva es un proceso de transformación capitalista que resulta del acuerdo entre clases o fracciones dominantes, con la exclusión de las clases subalternas y de los sectores “jacobinos”, con empleo sistemático de violencia o coerción y con una decisiva intervención del Estado en todos los espacios sociales. Consiste en una solución “desde arriba”, elitista y antipopular que, en la mayoría de los países de la región se resuelve bajo la forma y el ejercicio de la dominación política oligárquica […]  Waldo Ansaldi aplica esta teoría a la realidad latinoamericana diciendo, “Una singularidad de los casos latinoamericanos de revolución pasiva es que ellos se dan en una situación de dependencia […] una simbiosis de economía capitalistas (regionales y europeas, incluso norteamericanas), y economías y comportamientos sociales no capitalistas. En todo caso, las revoluciones pasivas que protagonizaban las clases dominantes latinoamericanas tienen componentes que van más allá de lo estrictamente político estatal, resuelto en el modo de dominación oligárquica, y definen imaginarios sociales, símbolos, como también comportamientos colectivos, sintetizables en la expresión modo de ser oligárquico, donde la frivolidad es una nota distintiva, como lo son también la posesión y el uso de los valores fundamentales: apellidos, ocio, dinero y raza”.

En España se da un proceso parecido al descrito por Waldo Ansaldi para América Latina, ya que España pertenece al mundo dependiente dentro de la UE. Como bien sabemos, desde los años 2009 hasta la actualidad, hemos ido viviendo la aplicación de la contrarreforma neoliberal contra los aspectos sociales de la Constitución del 78, y contra el modelo social europeo de postguerra (que llegó a España a principios de los 80 y se ha desarrollado en menor medida debido a la Dictadura). El consenso que había respecto a la Transición y a la Constitución fue roto por parte de la Derecha de este país. La pauperización de la Constitución y de la soberanía nacional se muestra con todo su esplendor con el giro que da Zapatero en 2009-11 hacia posiciones neoliberales, obligado por la TROIKA que amenazó con imponer un tecnócrata, y con la imposición por parte del PSOE y el PP de la “regla del oro del déficit” y la prioridad absoluta del pago de la deuda en nuestra Constitución. Como sabemos, dicho compromiso destierra la posibilidad de hacer una política contracíclica en un contexto de crecimiento ridículo y obliga a consumir gran parte del presupuesto de forma prioritaria para el pago de la deuda por encima de cualquier otra necesidad que tenga el Estado y la ciudadanía.

Este proceso, sin embargo, ha sido contestado desde mayo del 2011, pasando por las huelgas generales y parciales protagonizadas por los sindicatos, o las Marchas de la Dignidad, y ha erosionado el apoyo de los principales partidos de este país que han gobernado hasta entonces (PP, PSOE, CIU, etc.). La corrupción que ha saltado a primera plana día si y día también ha ayudado a agrandar la situación de crisis del bipartidismo que hemos vivido en los últimos años. Como la realidad es compleja, y las soluciones nunca son fáciles, a pesar de la brecha abierta estos años, España se encuentra en una situación de callejón sin salida. Las fuerzas que se denominan del cambio no son capaces de imponer una solución a los problemas derivados de la crisis, ni las fuerzas conservadoras tienen la suficiente fuerza para mantener el ritmo (ya bastante avanzado) de aplicación de la revolución pasiva. Aunque, hay que precisar, que al estar en el poder, el PP puede continuar implementando el modelo chileno (impuesto por Pinochet y los Chicago boys (3) en Chile a partir del golpe de Estado del 73 contra el gobierno de Salvador Allende) en España a mucha menor velocidad (y con el inestimable apoyo de la UE).

Sin embargo, este proceso se ve atravesado por contradicciones graves que se condensan en la investidura al nuevo presidente de este país, y que demuestra la autonomía relativa de los partidos políticos de los intereses del Bloque oligárquico de poder. Esta autonomía relativa provoca que la solución ideal de los poderes fácticos, la Gran coalición en sus múltiples facetas (ya sea en diferido, con abstención del PSOE, o directa, acuerdo PP-PSOE-C´S), no se pueda ensayar, a pesar de que se intente imponer dicho rumbo a través de la presión interna (barones) y externa (prensa y círculos económicos) al Secretario General del PSOE y a su equipo.

La revolución pasiva en España trae aparejadas las siguientes medidas ya ensayadas en otros países, y que pueden ser resumidas en el “consenso de Washington” (4), a saber: Semi-privatización del Estado del Bienestar y otras empresas o servicios del Estado (como RENFE o AENA) dadas a grupos empresariales preferentemente afines. Aumentar la tasa de ganancia y disciplinar la mano de obra a base de precarizar el empleo, reducir derechos, atacar a los sindicatos, acabar con la negociación colectiva, etc. Incitar a que ciudadanos pasen del sistema público de pensiones, de Sanidad o Educación, al concertado o privado a base de beneficiar fiscalmente a los consorcios empresariales, a la vez que se empeora el sistema público. Que el sistema impositivo sea regresivo y beneficioso a las clases altas y a las grandes empresas, mientras grave a clases medias y bajas con más dureza. Reducir la proporcionalidad del sistema electoral a la búsqueda de uno como el británico. Que el Estado funcione como una empresa privada (que en gran parte se ha conseguido), con la misma filosofía de gestión. Volver elitista la Educación Universitaria, intentando derivar con varias reformas a parte de los estudiantes a la FP (entre ellos la subida de tasas). Reducir normas ambientales para no “perjudicar” a los negocios, aumentar la desigualdad de clase, de género y de raza (con los inmigrantes no europeos), etc. Por supuesto, realizar las medidas de forma que sean muy difíciles de revertir  o imposibles (como se está comprobando en los ayuntamientos llamados del “cambio”) con el apoyo de la UE como paraguas e impulsor de la agenda (como se puede comprobar en la legislación que aprueban la Gran Coalición allí). Al que hay que añadir un proceso iniciado por el PP de re-centralización que ha hecho estallar uno de los conflictos más graves en la España contemporánea como es la Cuestión catalana, que está mediatizando de forma importante la agenda política española, y que las consecuencias pueden ser imprevisibles.

Las consecuencias son claras; Un país donde la oligarquía se impone a la ciudadanía. Un país más desigual. Un país con la riqueza polarizada, con mucha pobreza y un grupo de ricos muy ricos. Un país donde la democracia se ve vaciada de contenido y el sistema político pierde credibilidad dificultando, paradójicamente, cualquier posibilidad de cambiar el sistema.

Por supuesto, el Bloque Oligárquico de Poder “concederá” en esta Transición de una democracia con tintes sociales a una democracia autoritaria y antisocial, varias de las medidas que en la calle se han exigido a los gobernantes. Por supuesto, estas medidas serán las que menos afecten al núcleo duro del poder, las más cosméticas, que se ven englobadas con claridad en el “regeneracionismo” al estilo Joaquín Costa, que su mayor defensor (aunque no sólo) es Ciudadanos. Estas medidas, como buena revolución pasiva, no cambiarán la esencia del nuevo Régimen que se está construyendo sobre las ruinas del Régimen del 78, al que a este paso vamos a terminar echando de menos.

Los distintos actores políticos están en el centro de las contradicciones de la aplicación de esta revolución pasiva en España, ya que los intereses de los respectivos partidos no coinciden, en gran parte, con lo que necesita el Bloque Oligárquico de Poder, ni con la solución (la Gran Coalición) que hemos mencionado antes.

 Por la Derecha:

1. El PP apuesta claramente por continuar aplicando la revolución pasiva en España, pero capitaneada por ellos mismos. El PP está en un situación difícil ya que Rajoy no quiere dimitir para facilitar la investidura, ni hay forma de poder echarlo con un golpe en el interior del partido, y está acosado por casos de corrupción que complican el apoyo de otros grupos a su fuerza política. La jugada de las anteriores elecciones anticipadas le salió bien ya que logró recuperar apoyos a costa de C´S y vio debilitarse a los otros partidos en liza (Podemos y el PSOE). La campaña de polarización le sentó bien al PP, y un nuevo adelanto electoral probablemente le ayude a segar un poco más la hierba de los pies de C´S y permitirle ir acercándose poco a poco a la mayoría absoluta, ya que tienen un electorado bastante movilizado y pueden vender que son la estabilidad frente al resto. En este proceso de la primera investidura fallida han aprovechado para hacer tragar quina a Albert Rivera con el acuerdo entre los dos, con varias humillaciones de por medio, y está colocando a C´S en la órbita del PP sin regenerarse realmente. El PP espera que dos bacatazos electorales del PSOE, más la rebelión interna de la vieja guardia más los barones, obligue a Sánchez a abstenerse y logren mantener la presidencia del gobierno. Por supuesto culparan a Sánchez del posible adelante electoral y están consiguiendo, junto a los medios de comunicación, establecer una presión inédita sobre el jefe de la oposición.

2. C´S está en una situación muy difícil. Después de un intento fallido de llegar a un gobierno con el PSOE, pero que permitió atar en corto a Sánchez e impedir un acuerdo con Podemos, han acabado en otro intento fallido de investidura con el PP. El primer intento le costó votos, y el segundo, sin que el PP se regenerase, le costará votos también. C´S está en el dilema de convertirse en la muleta del PP, o de tratar de volar a solas para intentar ir sustituyendo poco a poco al PP. C´S, vivo reflejo del IBEX-35 y sus intereses, intenta que los partidos “constitucionalistas” (PP, PSOE y ellos) alcancen un acuerdo de Gran Coalición, ya sea en diferido (con abstención del PSOE) o directamente (en gobierno tripartito) para seguir aplicando el programa neoliberal de contrarreformas. El problema que se encuentran es que Sánchez no quiere pasar a la historia como el enterrador del partido, y el problema que tienen ellos es que en un acuerdo demasiado complaciente con los “populares” puedan quedar desdibujados y vayan poco a poco menguando y sus votos regresando al “hermano mayor”. C´S está entre la espada y la pared, elegir ser muleta del PP, con lo que ello conlleva, o explorar un gobierno alternativo, que puede hacerle perder votantes y apoyos en el Ibex.

Por la izquierda:

3. El PSOE condensa todas las contradicciones presentes de nuestro tiempo político. Es a la vez parte de la solución y del problema. A la vez pacta con Podemos (por ejemplo en Catilla la Mancha o Valencia), y con C´S (en su bastión, Andalucía). A la vez tiene un proyecto federal y una pulsión cuasi-centralista, que le está haciendo perder votos en las regiones periféricas como Cataluña, Euskadi, Navarra, Galicia y Valencia. El PSOE tiene una crisis sin precedentes, ya que comenzó a ejecutar los recortes y no ha realizado una autocrítica seria al respecto, ha ido cambiando de Secretario General y cosechando malos resultados tras malos resultados. Lo que le ha salvado es que ha logrado acceso a CCAA y ayuntamientos donde hacía mucho tiempo que no alcanzaba (como Valencia ciudad y CCAA). Sánchez tiene un difícil juego, tratar de armar un gobierno alternativo al PP con una parte del partido en contra (algunos barones y la vieja guardia socialistas), parte del partido que juega a la abstención para que Rajoy gobierne, pero con la casi imposibilidad de armarlo con los partidos independentistas. El Referéndum para el PSOE es imposible de asumir, ya que el Centro y Sur del partido se opondría frontalmente, incluso su militancia.

Sánchez está recuperando algo de espacio hacia su izquierda gracias a mantener el principio del “NO” a Rajoy, pero puede verse debilitado por el frente mediático (que carga contra él como el causante del bloqueo), al igual que por un revés más que previsible en Euskadi y Galicia, donde, barones como Susana, pueden tener la tentación de derribarle y sustituirle en el liderazgo del Partido. El PSOE se ve encerrado en la paradoja de ser parte del “Régimen del 78” y de impugnar parte de la política neoliberal aprobada en los últimos tiempos. Esta contradicción se ve claramente reflejada en este proceso de investidura, con pulsiones en dos direcciones totalmente opuestas que pueden amenazar con fracturar el partido de forma irremediable. En las próximas semanas, el equipo dirigente del PSOE (bastante débil) deberá de elegir entre lanzarse a la aventura de formar un gobierno con muchas dificultades o abstenerse con otra investidura del PP y ver como el PSOE se rompe por la izquierda y convierte las heridas abiertas del socialismo español en una riada de votos que se pierden por todos los orificios del partido. El PSOE se enfrenta al dilema de la socialdemocracia europea, ser acompañante de la derecha en el camino de destruir lo que esa socialdemocracia construyó en el pasado, o ser parte de la solución de la crisis andando por otro camino.

4. Unidos Podemos se encuentra también en una encrucijada. Por un lado, las dificultades de definición de un proyecto entre una pulsión populista cuasi-desideologizada (Errejón) y una pulsión izquierdista (Pablo e IA) que amenazan con fracturar el partido si no se busca una solución de compromiso. Unidos Podemos también tiene problemas con la cuestión nacional y el referéndum catalán, ya que, el “derecho a decidir” les da votos nacionalistas en las Comunidades históricas, a la vez que estanca el crecimiento en el resto, estando en una situación al revés que el PSOE. Unidos Podemos se encuentra con la contradicción  entre su discurso de política de alianzas parlamentarias (apoyo a un gobierno de coalición con el PSOE) y su práctica (de confrontación con el PSOE), que dificulta o imposibilita alcanzar un acuerdo con el PSOE (como pasó en la investidura pasada). Unidos Podemos deberá de elegir si confrontar con el PSOE a la espera de un improbable sorpasso en unas terceras elecciones, o tratar de alcanzar un acuerdo con el PSOE manteniendo perfil propio (evitando la táctica de Anguita, por un lado, y la de Gaspar Llamazares, por el otro). Las contradicciones en el propio Podemos pueden mediatizar la respuesta que dé el partido a esta situación. Si Podemos se ensimisma en una guerra interna será visualizado como un partido más y probablemente pierda votos a favor del PSOE en una nueva convocatoria electoral (salvo que el PSOE pacte con el PP). Las ansias de alcanzar el gobierno a toda costa, y de proponer un gobierno de coalición para el que no dan los números no facilita salir de los dilemas de la “izquierda a la izquierda” del PSOE que vuelven como una maldición desde los años 90. Hay que insistir que uno puede pactar sin diluirse si uno sabe mantener perfil propio como hizo el PCE durante mucho tiempo, y logra que la ciudadanía se entere de como cambia la práctica institucional y mejora sus vidas estando ellos en el gobierno o en la oposición apoyando un gobierno, sin tampoco renunciar a la legítima competencia electoral por intentar quedar más arriba del PSOE y poder gobernar. El experimento Podemos puede fracasar si la guerra interna se coloca por encima de la política en mayúsculas, como si el ansia del sorpasso, el tacticismo y sacrificar todo a la llegada rápida al poder se coloca por encima de la visión a medio plazo y la necesidad de clarificar el proyecto y las estrategias. Si Podemos fracasa iremos a una situación donde el desierto quedará para los tártaros y será muy difícil construir nada nuevo.

Las posibilidades de un gobierno alternativo: 

Además de la Gran Coalición, ya sea directa o en diferido, de la que ya hemos hablado, o repetir elecciones en diciembre donde probablemente se refuerce los partidos del bipartidismo (que ha fenecido) a costa de los nuevos con más baja participación, existen dos fórmulas de gobierno con sus problemas que ahora relataremos. Hay que señalar que aunque el bipartidismo haya muerto, los partidos del bipartito (PSOE y el PP) siguen siendo necesarios, y lo van a seguir siendo durante mucho tiempo, para poder conformar cualquier tipo de gobierno, y eso hay que tenerlo claro.

La primera opción de gobierno es en la que insiste Unidos Podemos con dos variantes: A) PSOE (85)+Unidos Podemos (71)+ERC (9)+PNV (5)+PDC (8)= 178 (mayoría absoluta en 176). B) PSOE (85)+Unidos Podemos (71)+PNV (5)= 161 a favor. Abstención de C´S y PDC. Votos en contra del PP y resto de nacionalistas (138).

El problema es que ERC prefiere realmente a un gobierno del PP en el poder con el que poder chocar (un nacionalismo necesita a otro) y así poder seguir con la ruta hacia la independencia y no van a aceptar (cosa que puede ser que PDC si acepte) votar “si” sin un referéndum aceptado por parte del Estado. Además, como señalamos antes, es muy complicado que en el PSOE acepten dicha opción ya que podría partir por dos el partido.

La opción con la abstención de C´S, y un gobierno de coalición con el PSOE, sería imposible ya que C´S no se puede permitir el lujo (sin herirse de muerte) de permitir un gobierno PSOE-Podemos con el apoyo de los nacionalistas a los que ha jurado combatir. Con lo cual está descartada.

La segunda opción es compleja, ya que requiere los votos a favor de C´S y Unidos Podemos sin entrar ninguno en el gobierno, que es lo que pretende el equipo dirigente del PSOE: PSOE (85)+ Unidos Podemos (71) + C´S (32)= 188 a favor lo que daría mayoría absoluta sin la necesidad del concierto con los nacionalistas. El problema es que C´S está muy entregado al PP (y al Ibex-35) pero podría tener miedo de una repetición electoral y ceder en última instancia si Unidos Podemos no está dentro del gobierno. A Unidos Podemos le permitiría ir solucionando sus problemas y construyendo el partido, mientras pasa a la oposición y vota a favor a cambio de varias medidas estrella de su programa, sabiendo que no hay correlación de fuerzas en el Parlamento actual para una ruptura completa con la austeridad impuesta por Europa, pero si hay margen para echar muchas leyes del PP al basurero de la historia mientras se rearma para otro ciclo convulso que se avecina. A fin de cuentas el gobierno que salga va a ser débil y difícilmente durará más de un año (hasta la aprobación de los próximos presupuestos generales del Estado) en un contexto de profundización de la crisis y de nuevos recortes venidos de Europa.

Posiblemente la única posible solución a este embrollo, que detendrá un tiempo el proceso de revolución pasiva que estamos viviendo en España, sea un gobierno en minoría del PSOE apoyado en la investidura desde fuera por el Unidos Podemos y C´S (además de otros nacionalistas), donde luego se negocie ley a ley, y se rearmen las fuerzas. Unas terceras elecciones no ayudarán a agrandar la ventana de oportunidad, la cerrarán más si cabe y con ello la posibilidad de lograr un cambio real en este país, y una salida a la izquierda de esta crisis.



Por Pedro González de Molina Soler.



Notas a pie de página:
  1. Antonio Gramsci, “Los cuadernos de la cárcel: Pasado y presente”. Editorial Casa Juan Pablos, México, 2009.
  2. En Waldo Ansaldi, “La democracia en América Latina, un barco a la deriva”. Editorial Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2007.
  3. Los Chicago boys: https://www.youtube.com/watch?v=VDRBaw3DrdI
  4. El consenso de Washington:  https://es.wikipedia.org/wiki/Consenso_de_Washington

Economía circular


La economía circular imita a la naturaleza. Es un modelo que tiene por objetivo reducir la entra de recursos y la producción de desechos. En él los materiales establecen un bucle que repite su entrada en el circuito de producción de manera repetida. Esta reutilización de materiales disminuye el consumo de recursos naturales vírgenes. Se trata de abandonar la filosofía de usar y tirar y, con ella, el consumo sin límites como medio para alcanzar el progreso social.

La razón de ello es que la asignación de recursos naturales solamente basada en criterios de eficiencia económica, como ha ocurrido hasta ahora, es insostenible ambientalmente. El uso de los recursos con un criterio lineal (entrada en el sistema de producción, transformación y obsolescencia programada sin reutilización) nos ha llevado a un sobreaprovechamiento del medio ambiente, cuya consecuencia es que los recursos renovables son utilizados por encima de su tasa de regeneración; los recursos no renovables son explotados sin tener en cuenta sus existencias limitadas; y la capacidad de asimilación de la biosfera está siendo gravemente sobrepasada. Esta sobreutilización, a su vez, ha afectado gravemente a la función de sustento de vida de los sistemas naturales, con alteraciones a escala global como la disminución de la capa de ozono, el cambio climático o la pérdida de biodiversidad.

La afectación de los sistemas de sustento de la vida originada por la depredación de los recursos naturales, ha desvelado la necesidad de articular dos realidades enfrentadas: la biosfera y la economía. Una manera de enlazar los dos aspectos de la realidad es introduciendo del concepto de circularidad. Esta concepción redefine la economía, la transformarla en bioeconomía, al reglar la estrecha relación que existe entre economía y medio ambiente. Esta evolución de la concepción de la economía permite poner el foco en aspectos hasta ahora ignorados por la teoría económica: la equidad intra e inter generacional; los problemas de irreversibilidad e incertidumbre que la adopción de decisiones causan a las generaciones futuras; y las dinámicas complejas de los sistemas naturales.

Economía circular significa economía baja en recursos, producción limpia, empleo verde, uso intensivo de mano de obra, decrecimiento económico socialmente sostenible, política fiscal verde, uso eficiente de los recursos y servicios ambientales. Su finalidad es evitar la destrucción del capital natural y mantener la cantidad y calidad del mismo, para la generación presente y para las futuras, pues sin él la sociedad humana no es posible. Este modelo económico, a la vez, repudia la injusticia social, ya sea por el desigual acceso a los recursos, ya sea por la desigualdad de acceso a los servicios naturales: aire puro, agua limpia y tierra sin contaminar, que produce el sistema productivo. Un desarrollo que quiera ser sostenible tiene una relación inversa con la desigualdad.

Para hacer posible el nuevo modelo de economía circular, hace falta, por tanto, como dice Marcellesi, que «cada persona y cada sociedad» repiensen «de forma individual y colectiva el sentido de nuestra existencia y, por consiguiente, nuestro lugar adecuado en la naturaleza (…). Una reconversión ecológica de la economía y de la sociedad supone, contestar de manera democrática a las siguientes preguntas: ¿por qué, para qué, hasta dónde y cómo producimos, consumimos y trabajamos?». Exige la participación de todos.


Francisco Soler
http://www.laopiniondemalaga.es/blogs/barra-verde/economia-circular.html

Algunas notas de la crisis de la democracia en España (II).


En el artículo anterior (1) desgranamos las causas generales de la crisis de la democracia haciendo hincapié en el papel que juega la UE realmente existente. ¿Cómo afecta dicha crisis de la democracia a España? ¿Cuáles son sus causas?

Para comenzar, hay que precisar que la idea de la democracia no está en crisis, ya que posiblemente sea la palabra más mencionada desde 2011 hasta la actualidad incluso en conversaciones comunes. Lo que está en crisis es el modelo político heredado de la Transición a la democracia de 1978. También está puesto en cuestión el modelo liberal-representativo del que la Constitución del 78, y el Estado actual, es en gran parte heredero.

Como dijimos en el anterior artículo, la crisis de la UE está afectando con dureza, sobre todo a los países del Sur. Años de establecimiento de un consenso neoliberal sostenido por las “familias” mayoritarias dentro de la UE (liberales, conservadores y socialdemócratas) ha ido penetrando en los distintos países a base de reglamentos, directivas, tratados, etc., aplicando medidas que de ser aprobadas por un Parlamento nacional en exclusiva encontrarían muchísima más resistencia. Incluso cuando los tratados son rechazados por la población en referéndum, estos son anulados por las mayorías gubernamentales que los aprueban en el Parlamento y los aplican. Poco a poco la UE plagada de intereses económicos a su alrededor (lobbys) y su arquitectura institucional monstruosa, ha ido vaciando de poder las democracias nacionales en favor de la propia UE y de los intereses privados de las grandes empresas europeas. Con los golpes de Estado dados con los memorándums en la mano contra Italia, Grecia, Chipre, etc., han ido socavando cualquier noción de democracia en la UE y en los Estados miembros, cosechando (la UE) cada día más rechazo. El sueño de los padres fundadores de la CEE está muerto hoy en día.

Si el contexto internacional en Europa no ayuda, la situación dentro de los países no es mejor. En España, por ejemplo, constituimos una democracia liberal-representativa homologable a las democracias de alrededor, aunque con 40 años de atraso respecto al desarrollo del Estado del Bienestar, y con cargas heredadas del pasado franquista (muchas no resueltas a día de hoy), que han supuesto un lastre a la hora de consolidar una democracia representativa “avanzada”. Sin embargo, sobre todo tras los años del “pelotazo urbanístico” sufrimos un empobrecimiento de la política y de la vida pública de este país que se creyó rico a base de vivir de la deuda,  que es una de las causas de nuestra variante de crisis económica. Este país ha funcionado con los consensos heredados de 1978, y de una visión ciertamente idílica de la Transición de la Dictadura a la democracia, pero dicho consenso entró en crisis en el año 2010-11 con el gobierno en minoría del PSOE.

La UE, con el acuerdo del Bloque oligárquico de poder en España, decidieron imponer un rumbo al país en contra de la voluntad del PSOE y del presidente del gobierno. Zapatero, como hicieron Papandreu (Grecia) y Sócrates (Portugal), capituló rápidamente ante la TROIKA y Berlín y dio el famoso giro de 2009-10 que inauguró el período de “contrarreformismo neoliberal suave”, que abrió las puertas al “contrarreformismo neoliberal duro” del PP. ¿Qué significó esto? Que tras la contrarreforma Constitucional de 2011 que abría el candado (para luego cerrarlo) de una Constitución blindada hasta ese momento, comenzaba la era de la enmienda a la parte del pacto social de la Transición. La Derecha española más dura, y los poderes que la sustentan, deciden en común acuerdo con la UE (y la oligarquía europea), acabar con lo cedido y perdido en batallas durante la Transición y legislaturas posteriores.

Si nos fijamos antentamente a las distintas medidas aprobadas por el PSOE y el PP, que muchas de ellas eran anunciadas en los “libros” (blanco, verde, etc.) que aprobaba la UE con el apoyo de la Gran Coalición que allí gobierna, vemos en qué dirección va esta época de contrarreformas. Resumiendo mucho va dirigido a desguazar el Estado del Bienestar de posguerra (conquistado aquí a principios de los 80), reducir los derechos de los trabajadores precarizando el mercado laboral, asfixiar a los sindicatos, repartir negocios a través del Estado y vender empresas y/o servicios públicos a grupos económicos afines (lo que David Harvey llama “acumulación por desposesión”), etc. Estos hechos, desde una óptica republicana-democrática, van dirigidos a transformar el Estado social-burocrático, con su sistema liberal-representativo, en un Estado gendarme, con un sistema de pseudodemocracia autoritaria de representación. En este Estado gendarme, el poder reside más en los grupos económicos y oligárquicos, y en la burocracia de la UE, que en los parlamentos democráticamente electos.
Asistimos, por lo tanto, a una contradicción entre Democracia y Capitalismo (en su última vertiente financiarizada), que pareció resuelta durante los años dorados del Capitalismo (1949-73), y que esta (la democracia) ha entrado en una crisis continúa desde principios de los 70. Esto es una cuestión global. Podemos observar con facilidad como la democracia va retrocediendo ante las fuerzas del Mercado, y ante el hiperindividualismo disolvente de las sociedades postmodernas.

Desde 2010 el PSOE ha entrado en una fase de crisis continúa tras las medidas aplicadas por Zapatero de la que no se ha logrado recuperar. En parte porque no ha habido ninguna autocrítica desde el sector oficial del partido sobre dicho período, y en parte porque tiene una crisis de función social al dejar de ser el partido que había encarnado (en parte de forma aparente y en parte de forma real) el estandarte del progreso y los avances sociales y cívicos de este país. De dicha situación de crisis surgió el 15M que propugnó, en un primer momento, la búsqueda de la limpieza en la Res Pública, la democratización del Sistema que era refractario a las demandas populares, y que las personas que habían sido expulsadas del sistema fuesen readmitidas. Por supuesto, 15M hubo muchos después del primer impulso y fue teniendo derivaciones de la que la más mayoritaria fue aquella que propugnaba una especie de programa socialdemócrata clásico, con una fuerte democratización del Estado y algo de ecologismo y feminismo.

El Régimen del 78 también ha entrado en crisis por causa del estallido del modelo territorial. El Estado de las Autonomías se ha ido agotando, y los recortes en las asignaciones a las CCAA (mientras el Estado central absorbe la mayor parte del presupuesto), más los planes de recentralización del PP, sumado a los recortes al Estatut por parte del Constitucional, y los recortes en general junto a la crisis económica, hizo estallar la Diada de 2011 a la que se sumó (para dirigirla) CIU en cuanto el PP le negó al Presidente Mas el sistema fiscal al estilo vasco. A partir de ese momento, el problema catalán ha condicionado, en parte, la agenda política. El PP y C´S tienen clara su postura (recentralizar a ser posible), como una parte del PSOE que quiere mantener el status quo de las Autonomías mientras otra parte del PSOE quiere avanzar hacia el federalismo. Los independentistas de viejo (ERC y CUP) y nuevo (PDC, antigua CDC) cuño tienen claro que quieren avanzar hacia la independencia con muchas contradicciones, sobre todo PDC que tiene un alma “pactista” a lo Pujol en los 90 y otra alma “indepe” surgida al calor de la nueva ola. Sin embargo, las denominadas fuerzas del cambio en Cataluña (ICV, Barcelona en Común, EUIA, etc.) no tienen claro que quieren hacer más allá de aplicar un método democrático como es el referéndum, y esa confusión fruto de la división en su seno. Por un lado, es su fortaleza (capacidad de poder captar votos de las CUP para las generales) y por el otro, es su debilidad (no tener proyecto propio que lo desdibuja y que puede ser una contradicción mayor). Cualquier solución para la crisis actual de la democracia en España pasa por la solución de la cuestión nacional.

Pasa igual con la cuestión social. En un contexto de un país cada día más empobrecido y desigual, con una fuerte polarización de la riqueza en España, con un aumento de la precariedad laboral mientras una minoría tiene seguridad en el empleo, con un Estado del Bienestar depauperado, con el aumento de la pobreza y la exclusión, etc., cualquier proyecto de izquierdas debe pasar por resolver lo máximo posible la cuestión social.
Ni que decir de la cuestión ecológica, de la justicia fiscal, de la búsqueda necesaria de la igualdad entre hombre-mujer, etc. En todo ello se ha ido retrocediendo desde que se ha iniciado este proceso de contrarreformismo neoliberal, y eso ha ido empobreciendo la democracia, y por consiguiente también habría que resolverlo.

Llegados a este punto podemos esbozar que es necesario construir un proyecto nacional-popular que intente responder a las diversas cuestiones arriba mencionadas, y que eso permita, probablemente con un proceso constituyente hacia una nueva Constitución, construir un nuevo “contrato social”, avanzando en la democratización del Estado y de la economía (en el sentido socialista), implementando un modelo económico alternativo más justo socialmente (y ecológicamente sustentable), etc. O lo que viene a ser lo mismo, la necesaria construcción de un nuevo proyecto de país, donde se debería de debatir las grandes cuestiones planteadas en este siglo XXI.

Es necesario revertir el proceso de contrarreformismo neoliberal, que intenta adecuar el Estado y a las personas a una forma de actuar empresarial, que establece una sociedad más desigual polarizada en una minoría de privilegiados frente a una gran masa de desheredados y algunas capas medias. Es necesario derrotar un modelo que apuesta por el derroche y la irracionalidad en al producción y el consumo y que está destruyendo la naturaleza que es la base de cualquier sociedad. Es necesario plantar cara a la injusticia por dignidad. Los neoliberales ocupan el Estado para transformar la sociedad y el Estado mismo, debemos hacer lo mismo, ocupar el Estado para transformar la realidad en la contraria a un sistema que ejerce una gran cantidad de violencia estructural sobre una mayoría social.

El presente y el futuro nos va en ello. No nos rindamos.



Pedro González de Molina Soler.



Notas a pié de página:
(1):https://accionpoliteia.blogspot.com.es/2016/08/algunas-notas-de-la-crisis-de-la.html


El TTIP, contra nuestras necesidades

Imagen: Stefan Roth

Nos enfrentamos a una crisis global que es a la vez democrática, socio-económica y ecológica. De ahí que cualquier herramienta comercial que negocie la Unión Europea tendría que mejorar la calidad democrática de nuestra sociedad, disminuir la desigualdad y la brecha entre los más enriquecidos y más empobrecidos, y combatir de forma eficiente el cambio climático. Sin embargo, el TTIP va exactamente en el sentido contrario de estas premisas básicas.

Primero, el TTIP propone crear un tribunal de arbitraje privado para resolver desencuentros entre empresas y Estados, el llamado ICS por sus siglas en inglés (Investment Court System). Este caballo de Troya de las multinacionales permitiría, por ejemplo, que un Estado tenga que indemnizar potencialmente a una empresa por querer aumentar el salario mínimo (como ha pasado en Egipto), por prohibir el fracking en su territorio (como en Quebec) o por querer defender la salud pública contra la industria del tabaco (como en Australia). Además, pretende crear el mecanismo de Cooperación Reguladora que permitiría a las grandes corporaciones presionar a los gobiernos y a la propia UE en la elaboración de cualquier ley que les afecte. Se trata de una pinza pre y post-legislativa perfecta para aumentar el poder de las multinacionales frente a las instituciones democráticas de la UE y sus Estados Miembros.

Segundo, el TTIP es un peligro para el empleo. Según un estudio de la Universidad de Tufts en Boston, el único realizado bajo un modelo económico de Naciones Unidas que toma en consideración variables como el desempleo y la desigualdad -ausentes en los estudios de la Comisión Europea-, el TTIP supondría la pérdida de 600.000 empleos en toda Europa. Recordemos que la puesta en marcha del NAFTA (tratado de comercio e inversiones entre Estados Unidos, Canadá y México) supuso la pérdida de 1 millón de empleos en EEUU.

Los derechos de las personas también se verían directamente afectados por la propia dinámica de este tipo de tratado:

• En caso de haber una “convergencia normativa” entre las partes del acuerdo, en Europa se hará a la baja en lo que afecta a las políticas y regulaciones en materia de derechos sociales, laborales, medioambientales, etc, ya que resulta difícil de imaginar que EEUU adecue las suyas a las europeas.

• En caso de aprobación del TTIP sin convergencia, habrá un dumping social, laboral, y medioambiental, es decir, las empresas transnacionales intentarán abaratar sus costes, trasladando su producción a lugares con menor protección.

Tercero, el TTIP está en total contradicción con el acuerdo climático de París que supone una descarbonización de la economía europea en 2050 y por el que la UE se ha comprometido como primer paso a reducir un 40% las emisiones de CO2 en 2030. Sin embargo, además de que el aumento del comercio transatlántico va acompañado de un inevitable aumento del transporte transatlántico aumentando considerablemente las emisiones, el TTIP favorece las energías fósiles (petróleo, gas no convencional, arenas bituminosas, etc.) y pone trabas a las energías renovables. Resultado según un estudio de Ingeniería Sin Fronteras: hasta 6.000 millones de toneladas de CO2 suplementario, más de 200% en 2030 respecto a los niveles actuales.

Frente a este callejón sin salida que representa el TTIP (y también el CETA con Canadá), es necesario establecer estrategias alternativas de cooperación entre la UE, EEUU y demás países desde una economía centrada en las personas y nuestro entorno. Un buen acuerdo permitiría reforzar el poder de nuestras instituciones democráticas frente a las multinacionales, poner fin a los paraísos fiscales y a la economía de casino, impulsar reglas comerciales que respeten los derechos humanos, el trabajo digno y los ecosistemas, y permitiría acelerar la transición ecológica de la economía en base al acuerdo climático de París. Frente al TTIP, hay sin duda alternativas democráticas, solidarias y ecológicas.






Florent Marcellesi, Coportavoz de EQUO en el Parlamento Europeo