Extracto de La Ilíada. Canto IX. Discusión entre Agamenón y Diómedes,
sobre qué hacer con el rebote de Aquiles y los Troyanos viniéndose
arriba.
"...Levantóse Agamenón, llorando, como fuente profunda
que desde altísimo peñasco deja caer sus aguas sombrías; y, despidiendo
hondos suspiros, habló de esta suerte a los argivos:
¡Oh amigos,
capitanes y príncipes de los argivos! En grave infortunio envolvióme
Zeus Crónida. ¡Cruel! Me prometió y aseguró que no me iría sin destruir
la bien murada Ilio y todo ha sido
funesto engaño; pues ahora me manda regresar a Argos, sin gloria,
después de haber perdido tantos hombres. Así debe de ser grato al
prepotente Zeus, que ha destruido las fortalezas de muchas ciudades y
aún destruirá otras, porque su poder es inmenso. Ea, obremos todos como
voy a decir: Huyamos en las naves a nuestra patria tierra, pues ya no
tomaremos a Troya, la de anchas calles.
Así dijo. Enmudecieron todos y permanecieron callados. Largo tiempo
duró el silencio de los afligidos aqueos, mas al fin Diómedes, valiente
en el combate, dijo:
¡Átrida! Empezaré combatiéndote por tu imprudencia, como es permitido hacerlo, oh rey, en el ágora, pero no te irrites. Poco ha menospreciaste mi valor ante los dánaos, diciendo que soy cobarde y débil, lo saben los argivos todos, jóvenes y viejos. Mas a ti el hijo del artero Crono de dos cosas te ha dado una: te concedió que fueras honrado como nadie por el cetro, y te negó la fortaleza, que es el mayor de los poderes. ¡Desgraciado! ¿Crees que los aqueos son tan cobardes y débiles como dices? Si tu corazón te incita a regresar, parte: delante tienes el camino y cerca del mar gran copia de naves que desde Micenas lo siguieron; pero los demás melenudos aqueos se quedarán hasta que destruyamos la ciudad de Troya. Y, si también éstos quieren irse, huyan en los bajeles a su patria; y nosotros dos, yo y Esténelo, seguiremos peleando hasta que a Ilio le llegue su fin; pues vinimos debajo del amparo de los dioses."
Prefiero estos dioses de Diómedes a los que clama Lambán. Los prefiero a los sondeos del Crónida que hacen dar golpes de timón como fuegos fatuos... es la autoritas en estado puro la que habla en el ágora en boca de Diómedes... en fin.
Agamenón sigue vivo... pues Agamenón es "el sentido común cobarde impuesto". Agamenón es esa parte que teme perder. Que no arriesga. Que tiene poder pero no autoridad. Y que necesita el Poder para poder ejercer la autoridad. Pues no es respetado por quién es, sino por lo que es. Menos mal que Diómedes le echó valor, si no la leyenda hubiera sido otra y Eneas no hubiera llegado a Roma.
Diomedes es "el valiente sentido común de una idea compartida". Agamenón se hubiera cargado el ágora... pero nunca lo hubieran dejado... eso de que te llamen débil, desgraciado y cobarde siendo el que parte el bacalao tiene que escocer. Al menos Agamenón tiene el cuero duro... que ahora son de pieles finisimas y pitiminí.
Buenas noches seáis lo que seáis. Sigo releyendo clásicos.
¡Átrida! Empezaré combatiéndote por tu imprudencia, como es permitido hacerlo, oh rey, en el ágora, pero no te irrites. Poco ha menospreciaste mi valor ante los dánaos, diciendo que soy cobarde y débil, lo saben los argivos todos, jóvenes y viejos. Mas a ti el hijo del artero Crono de dos cosas te ha dado una: te concedió que fueras honrado como nadie por el cetro, y te negó la fortaleza, que es el mayor de los poderes. ¡Desgraciado! ¿Crees que los aqueos son tan cobardes y débiles como dices? Si tu corazón te incita a regresar, parte: delante tienes el camino y cerca del mar gran copia de naves que desde Micenas lo siguieron; pero los demás melenudos aqueos se quedarán hasta que destruyamos la ciudad de Troya. Y, si también éstos quieren irse, huyan en los bajeles a su patria; y nosotros dos, yo y Esténelo, seguiremos peleando hasta que a Ilio le llegue su fin; pues vinimos debajo del amparo de los dioses."
Prefiero estos dioses de Diómedes a los que clama Lambán. Los prefiero a los sondeos del Crónida que hacen dar golpes de timón como fuegos fatuos... es la autoritas en estado puro la que habla en el ágora en boca de Diómedes... en fin.
Agamenón sigue vivo... pues Agamenón es "el sentido común cobarde impuesto". Agamenón es esa parte que teme perder. Que no arriesga. Que tiene poder pero no autoridad. Y que necesita el Poder para poder ejercer la autoridad. Pues no es respetado por quién es, sino por lo que es. Menos mal que Diómedes le echó valor, si no la leyenda hubiera sido otra y Eneas no hubiera llegado a Roma.
Diomedes es "el valiente sentido común de una idea compartida". Agamenón se hubiera cargado el ágora... pero nunca lo hubieran dejado... eso de que te llamen débil, desgraciado y cobarde siendo el que parte el bacalao tiene que escocer. Al menos Agamenón tiene el cuero duro... que ahora son de pieles finisimas y pitiminí.
Buenas noches seáis lo que seáis. Sigo releyendo clásicos.
Rafa Ruiz Herbello
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