Hay una
máquina que se puso en marcha hace unos años y que con la crisis
está cogiendo impulso. Existe desde hace un tiempo un lobby con
mucho poder económico y político que defiende el fin de uno de los
grandes logros sociales de las últimas décadas: La salud pública,
universal y de pago a través del sistema impositivo. La cual es una
forma de democracia también, aportando igualdad de coberturas
sanitarias, acceso a los avances científicos de la medicina y
esperanza de vida similar para toda la población...
Si la
muerte nos iguala a todos, la sanidad pública intenta hacerlo
también mientras estamos vivos. (Igualarnos no matarnos,
malpensados).
España (sea lo que sea que cada cual quiera leer ahí) tenía entre
sus logros más reconocidos internacionalmente su sistema público de
sanidad. Situado entre los mejores del mundo por su calidad de
cobertura y por la amplitud de la misma. Nunca ha sido un sistema
exento de lagunas, pero en general primaban los aciertos y el
consenso general de que era un pilar de los avances sociales logrados
en el final del siglo XX. Personalmente he podido comprobar en varios
encuentros de la Unión Europea cómo nos miraban con envidia desde
Inglaterra u Holanda a este respecto y en especial cuando se observa
el acceso a la sanidad de las personas con mayor situación de
exclusión. Qué decir del asombro que despertábamos en otros lares
como América.
En plena
ebullición de espíritus nacionalistas enfrentados por el tema de la
soberanía en Cataluña, aparece la noticia de que el Hospital Clìnic
de Barcelona deberá
privatizar parte de sus servicios por imposición de la Consejería
de Salud catalana.
Esto
implica que más de medio millón de almas (catalanas, españolas o
togolesas) serán atendidas en servicios rentables y explotados por
una multinacional de la sanidad privada vinculada con los partidos
conservadores de uno y otro lado del Ebro.
El lobby
del que hablaba antes logra poco a poco sus objetivos, especialmente
allí donde los responsables políticos forman parte del grupo y
juegan a desmontar el sistema público cediendo negocios consolidados
a multinacionales para que saquen beneficio de nuestra vida, en el
sentido literal del término. Este lobby ha funcionado como es lógico
en muchos frentes, también y especialmente en el de la comunicación.
Primero
han tenido que convencernos de lo mal que funcionaba todo, del dinero
que perdíamos, de lo malo que era el Estado, del derroche que
existía. Han logrado que enfoquemos los servicios públicos y sus
trabajadores no como un sistema que necesitaba mejorar, si no como
sistema pernicioso a extirpar de la sociedad. Entre otras cosas
devaluando la imagen de la política. Curiosamente no
pocos políticos conservadores tienen
intereses personales en las compañías privadas de
sanidad.
Parte de
ese discurso en torno a los gastos desmesurados del sistema público
ha cogido la figura de los inmigrantes irregulares como culpables.
Bajo premisas falsas, como que los inmigrantes irregulares no pagan
impuestos, se ha creado un esquema de pensamiento que ha permitido al
actual Gobierno español aprobar una reforma sanitaria encaminada a
reducir a la mínima expresión la sanidad para personas en situación
administrativa irregular. Esto no es solo un problema para ellos, es
un problema social al facilitar que un porcentaje significativo de la
población residente en España carezca de seguimiento sanitario.
¿Seguro que eso es lo que más nos conviene a todos?
Médicos
del Mundo lo ha desarrollado muy bien en su Informe Semáforo.
En él se visualiza que no todas las comunidades autónomas tienen la
misma visión del tema. Las hay que defienden a pesar del esfuerzo
que les supone, un modelo de sanidad universal. Otras aprovechan el
cambio de normativa nacional para dejar de atender a la población
irregular.
Por algo le han llamado Informe Semáforo.
Por otro
lado y ante esta oleada de privatizaciones y recortes de la inversión
pública en sanidad, se ha generado un movimiento de profesionales y
ciudadanos que se organizan para defender el modelo de sanidad de
gestión pública y universal. Entre convocatorias de movilización,
huelgas y artículos de prensa, algunas de estas asociaciones
agrupadas en la Federación
de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública han sacado el
X Informe de los Servicios Sanitarios de las comunidades autónomas.
El informe, técnicamente correcto dados los medios con los que
cuentan sus autores, muestra cómo el mismo Real Decreto que
posibilita dejar de lado la atención a personas inmigrantes
indocumentadas, también devalúa la calidad de la atención al
conjunto de la población. Nuevamente se establece una categorización
de las CC.AA. en función de la calidad de sus servicios para la
población general dividiéndolos en cuatro niveles según distintos
parámetros.
Elaboración propia a partir de X
Informe Servicios Sanitarios de CC.AA
|
Comparando
ambos documentos y los mapas de atención sanitaria que arrojan, si
bien no idénticos, dan lugar a establecer correlaciones. A mayor
nivel de calidad de la sanidad pública general, mayor amplitud de
cobertura a la población indocumentada. Existen excepciones en una u
otra dirección como Aragón, Cantabria o La Rioja, pero son las
menos y en parte se explican por cambios políticos en los últimos
años. La sanidad pública o es para todo el mundo o no puede ser de
calidad. Precisamente porque entendiéndola como algo público, se
entiende también como algo pensado para el bien común y no la
especulación del capital privado.
Una vez más debemos preguntarnos qué existe detrás de los
discursos que cargan sobre los excluidos las culpas de un modelo
económico que se tambalea. ¿Pelear por los recursos o pensar quién
sale beneficiado cuando todos perdemos?
José Miguel Morales
8 comentarios:
Yo creo que hay ciudadanos que discriminan entre servidores públicos eficientes y comprometidos y los que no. También discrimina entre administraciones necesarias o innecesarias, así como entre enchufados y gente que logró la plaza por oposición. Pero antes de los recortes, la enseñanza era un fracaso, la sanidad con retrasos de meses , la justicia en desbandada y era obvia la necesidad de ajustes en la productividad de algunos, productividad y dedicación a aproximar a la empresa privada, así como revisar el estatus de funcionario, etc etc. No es bueno generalizar ni victimizar.
Por dios!!!!!!
Que razón tienen cuando los pilares de este país se dejan a las autonomías, por eso estamos tan divididos, porque en sanidad, todas las autonomías no funcionan lo mismo, ni la cultura ni enseñanza, cuando pienso que estos tres pilares nunca deberían haber salido del gobierno central, pero esto les interesaba a ellos por eso de no tener al ciudadano luchando por la misma causas, solo por tos casos los ciudadanos estamos retrocediendo muchísimos años atrás, porque ni nosotros mismos nos ponemos de acuerdo, porque nuestro derechos sociales no pueden ser los mismos.
Recuerdo que cuando estuve en 1998 en EEUU, yo hablaba con orgullo del sistema sanitario público español. Los americanos me miraban con envidia. Ahora sería distinto porque tener algo muy bueno y perderlo es peor que no haberlo tenido nunca.
Ay, la coletilla "antinacionalista" esta traída un poco por los pelos, no? Lo que llaman "externalizaciones" (o subcontratas) lo vienen practicando administraciones de uno u otro signo (valga Andalucia de ejemplo) desde tiempo inmemorial... Eso si, estoy de acuerdo en que lo más parecido a un conservador "nacionalista" (por vison, intereses, etc) es un conservador "españolista" aunque mucho me temo que la analogía no sirve para los que se encuentran en la otra orilla.
No, no creo que esté traído por los pelos. El Nacionalismo, de cualquier tipo es el caldo de cultivo de la xenofobia. El Nacionalismo se construye frente al resto del mundo, no junto al otro. Frases como "Los Españoles Primero" nos distraen tremendamente del verdadero problema.
Me gusta el artículo que se cita al principio del post porque en pleno debate con el jaleo de la Diada, centra el foco de atención en lo que creo que es relevante. Catalán, español o europeo, se está desmontando un sistema de sanidad universal y público en beneficio de empresas privadas. Para eso resulta imprescindible que se haga a la población mirar para otro lado, lo que se logra buscando culpables de otro sitio. Por ejemplo las personas inmigrantes.
Menos banderas y más servicios públicos y universales.
Creo que fue Pujol (padre, antes de que sus vástagos salieran a la luz) el que dijo aquello de que "catalanes son los que viven y trabajan en Catalunya"...una declaración de intenciones a la que no han llegado todavía en otros lares (o desde otras ópticas más progresistas)
Gracias por comentar.
También Gallardón decía "Si vienes a Madrid, ya eres de Madrid". Los discursos salen baratos y ayudan a distraer la atención. ¿Tenemos mejor o peor calidad de vida? ¿Es por culpa de los otros o por hacer de los servicios públicos un negocio privado? Eso es lo que me inquieta.
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