El
texto que se presenta se basa en un estudio que intenta dar a conocer
quiénes son nuestros diputados, cómo llegan al Parlamento, qué
hacen allí y qué piensan sobre asuntos relevantes para la
ciudadanía y la vida política andaluza y española.
Se
trata de un trabajo pionero que se basa en una encuesta presencial a
una muestra de 60 parlamentarios/as andaluces y que forma parte de un
estudio más amplio en el que se ha entrevistado, por primera vez en
España, a 580 diputados autonómicos, senadores y miembros del
Congreso.
El
perfil social de los parlamentarios es el de un varón (54%) de
mediana edad (47 años), casado, con al menos un hijo y nacido en
Andalucía. Ha estudiado en centros públicos, tiene una carrera
universitaria, suele ser abogado o docente, creyente e implicado en
acciones cívicas durante su juventud. Entienden que su profesión
previa les ha ayudado a manejarse en la arena política y que,
también, la experiencia en la política puede ayudarles en su vuelta
a la vida habitual en términos de gestión de la realidad,
conocimientos legales, y una visión más global.
Los
diputados/as suelen atribuir a los líderes regionales y locales la
mayor capacidad para configurar las listas electorales, aunque
también entienden que la selección que se desarrolla en los
partidos suele combinar elementos democráticos y meritocráticos. La
vocación política deriva fundamentalmente de la socialización
familiar (39% tienen familiares dedicados a la política) y de
experiencias personales y colectivas (como la transición o la lucha
contra la dictadura) en combinación con la voluntad de servicio
público y de trasformación de la realidad. A poco más de un tercio
les gustaría repetir, y un 42% prefiere la vida política municipal
para el futuro (especialmente entre las mujeres). Los
parlamentarios/as resienten la perdida de privacidad, la falta de
posibilidades de conciliar la vida familiar con la parlamentaria y la
intensidad de su trabajo.
Los
diputados/as suelen tener contactos frecuentes con la sociedad civil
y lo más habitual es que se les contacte por medios informáticos
(correo electrónico, redes sociales) o por teléfono. En términos
generales, entienden que deben tratar de descubrir lo que piensan los
electores y trasladarlo a la cámara (61%) y una buena porción (58%)
entiende que se debería acceder a los parlamentos por la valía
personal de los individuos, no por la existencia de cuotas (58%),
aunque casi la mitad (47%) entiende que las cuotas deben ser medidas
temporales, reducen la subrepresentación de las mujeres (58%) e
incrementan la legitimidad de los parlamentos (67%)
La
mayor parte de diputados/as (85%) acepta la disciplina de partido
aunque prefieren hacer constar su opinión discordante y, en el caso
de que se decida abandonar el partido, el 98% cree que se debería
renunciar al escaño para que lo ocupe otra persona. A partir de las
percepciones de los entrevistados/as se comprueba que el sistema
electoral proporcional basado en listas cerradas y bloqueadas tiene
dos efectos principales: por un lado, genera una elevada disciplina
de partido y grupos parlamentarios cohesionados; por otro, produce
una forma específica de profesionalización política en el interior
de los partidos con niveles relativamente bajos de especialización
legislativa (“amateurismo legislativo”), como consecuencia de la
alta tasa de rotación parlamentaria en las carreras políticas.
No
hay duda de que los diputados se sienten españoles y andaluces
(83%), ilustrando una identidad dual poco reconocida por el
nacionalismo. Para la gran mayoría (83%), ser andaluz es algo
especial, particularmente para los más jóvenes, y este “ser
especial” se concreta en una cultura, un sentimiento de
pertenencia, una identificación con un colectivo en combinación con
sentimientos de orgullo y satisfacción. El nacionalismo andaluz es
más bajo (2.99 de media) que el español (4.59), aunque lo que
impera es un cierto regionalismo (5.76) que casa con la identidad
dual. Hay un cierto agravio histórico que no empuja hacia una
reivindicación de más competencias entre los diputados/as, aunque
sí un cierto descontento con el nivel de financiación (67%)
La
cámara andaluza tiene una media ideológica del 4.37. Aunque hay
diferencias por partidos, como es de esperar (IU 2, PSOE 3.2 y PP
5.7), existe congruencia entre la ideología media de los diputados
de un grupo y la que atribuyen a su partido. La ideología de los
diputados está estrechamente vinculada a la de sus familias, lo que
permite hablar de una cierta reproducción ideológica. Hay una
cierta coincidencia en las causas del desprestigio de la política,
que la achacan a la corrupción de algunos políticos, la crispación
de la vida política cotidiana y las críticas de los medios de
comunicación. Estos factores también son referidos como los más
importantes para explicar la desconfianza hacia los partidos, en
combinación con la acusación de la falta de contacto con los
problemas reales de la gente.
La
gran mayoría de los parlamentarios/as (84%) cree que debería
reformarse la Constitución, especialmente en lo que se refiere a la
Corona (sucesión), la organización territorial del Estado y el
Senado. Más de tres cuartas partes de los diputados/as creen que el
Senado debería convertirse en cámara de representación
territorial, aunque más de dos tercios creen que deberían ser
elegidos por el sistema actual o uno similar.
Europa es la
asignatura pendiente de los diputados/as andaluces. España es uno de
los grandes receptores de las ayudas comunitarias en Europa. De la
misma manera, tanto el Estado central como los representantes de las
comunidades autónomas están muy presentes en las instituciones
comunitarias. Sin embargo, apenas hay indicios de este proceso de
“europeización” entre los diputados/as españoles. Dichos
representantes colaboran poco con sus homólogos extranjeros. Además,
pocos perciben las instituciones de la Unión Europea como una
posible salida laboral. A la postre, la mayoría de sus señorías se
muestra muy pesimista en cuanto al papel de los parlamentos españoles
en la esfera europea. A fin de cuentas, la buena imagen de la que
goza la integración europea en España parece más motivada por un
cierto desconocimiento que por un interés real.
Xavier
Coller (Universidad Pablo de Olavide) y Antonio M. Jaime (Universidad
de Málaga), editores.
Se
puede encontrar más información sobre este estudio y los profesores
que lo realizan en la dirección www.upo.es/democraciayautonomias
(ver la sección “proyectos”, apartado “encuesta a
parlamentarios”). Para más información sobre los datos concretos,
contacte con xaviercoller@upo.es
o con amjaime@gmail.com
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Notas
(1)El
texto ha sido editado por el Parlamento de Andalucía y consta de
ocho capítulos donde se tratan aspectos como el perfil social, la
selección y el reclutamiento de los parlamentarios/as, las
motivaciones para dedicarse a la política, las formas de
representación, el desarrollo de las tareas parlamentarias, la
identidad colectiva, la reproducción ideológica y las explicaciones
de la desconfianza hacia la política, y las relaciones con Europa.
En algunos de estos asuntos hay diferencias por partido y género que
son relevantes, pero probablemente menos de lo que se podría
esperar. El resumen que se facilita no entra en estas diferencias
sino que da una visión global de algunos aspectos tratados en el
libro. Los datos se basan en una encuesta presencial realizada a una
muestra representativa de 60 diputados. El trabajo que se presenta
tiene una dimensión académica y divulgativa, con profusión de
tablas donde el lector/a, ayudado por el análisis de profesores de
distintas universidades andaluzas, podrá extraer sus propias
conclusiones.
Se
puede descargar en el siguiente enlace
4 comentarios:
A falta de ver el documento íntegro del estudio este resumen me parece que puede llevarnos a una trampa. Sin segregar datos por grupos parlamentarios expresa poco y puede engañar mucho.
Hay que leerse el estudio (en realidad, con ojearlo basta) para ver que los autores dividen siempre la muestra por partido y sexo. En un resumen como el publicado no se puede (ni se debe) entrar en muchos detalles sino dar la imagen general para que el público que lo desee profundice en las diferencias leyendo (u ojeando) el texto. Pero si uno se queda solo en la superficie del post, ignorando el estudio, no captará nunca los matices. Es necesario profundizar. Saludos y gracias por el comentario.
Cualquiera que conozca internamente (y no de cara al exterior) el Parlamento de Andalucía, sabe que los resultados de este estudio, difieren de lo que allí se percibe. En mi opinión, esto puede ser debido a la diferencia entre las actitudes manifestadas y los comportamientos reales, es decir, la mayoría de los parlamentarios no dicen la verdad, escudándose (como siempre) en todo aquello que creen es políticamente correcto. Saludos.
Para afirmar que los resultados de este estudio no son correctos o que difieren de la realidad, deben aportarse evidencias . De lo contrario, con todos los respetos a todo el mundo, nos quedamos en un postureo estéril que no nos conduce a nada. Presentemos evidencias de que lo que se concluye en el estudio no es real y abramos un debate al respecto. De lo contrario, estamos ante discusiones estériles. Saludos.
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