He estado unos
días ausente de España. A la vuelta me encuentro, convenientemente
encima de mi mesa, un periódico de septiembre cuyo titular dice:
“Intermón alerta sobre los recortes. El 42% de españoles serán
pobres en 2025”. El titular me parece muy significativo y
esclarecedor. No es la crisis la que está provocando esta situación
de pobreza y crecimiento acelerado de la desigualdad. Es la gestión
política de la crisis bancaria, con su batería de medidas para
transferir fondos a los bancos en detrimento del conjunto de la
sociedad y de la propia economía productiva.
La
contrainformación de los gobiernos y los media dependientes del
poder financiero es tal que se ha extendido una gruesa manta de ruido
sobre esta realidad y la sociedad, en buena parte, parece haber
asumido que los recortes son necesarios. Esa contrainformación,
junto con la estrategia del miedo, es la que hace posible que
semejante disparate sea aceptado mal que bien por la ciudadanía y
esta no se levante de forma clamorosa y masiva para destituir a los
gobiernos que están sosteniendo estas políticas antisociales.
Los media de
masas nos han cambiado el relato. Y de tanto repetirse parece que
hayamos olvidado cómo empezó todo y quién es políticamente
responsable de que estemos como estamos. Teníamos una crisis
bancaria. Podíamos haber dejado caer a los bancos como pedían los
neoliberales consecuentes. Pero los gobiernos decidieron no hacerlo.
Con
las ingentes cantidades de dinero destinadas a salvar a los bancos
podríamos haber creado bancos públicos para que cumplieran la
función social que los bancos privados convencionales han demostrado
no estar interesados en ejercer: gestionar el ahorro y dirigirlo
principalmente a financiar a las actividades productivas.
En
lugar de eso han convertido la economía en un gran casino mundial
del que las burbujas inmobiliarias son una parte fundamental. Y los
gobiernos, que en España desde los años 80 apostaron por impulsar
sucesivas burbujas inmobiliario financieras, decidieron actuar como
si fueran gobiernos de los bancos en lugar de representantes de los
intereses de la ciudadanía.
De
tener a los bancos contra las cuerdas hemos pasado a tener a la gente
contra las cuerdas. Fue la decisión política de los gobiernos de
Zapatero y Rajoy. Ellos han puesto las bases para que tengamos 20
millones de pobres en 2025.
Estamos
reproduciendo las mismas políticas con las que se gestionó la
crisis de América Latina y que produjeron idéntico resultado que el
que estamos viendo en España y en Europa. Es algo que cualquier
ciudadano informado, cualquier periodista, cualquier asesor,
cualquier político profesional debe saber. Si las han aplicado sólo
puede ser por delito de ignorancia, cobardía o de iniquidad.
¿Cómo
podemos darle la vuelta a estas políticas? ¿Cómo hacer una
política orientada hacia el Bien Común y no hacia el interés
bancario? El 15 M les dijimos en las calles: No nos representan. Y
empezamos a construir alternativas. Pero aún no hemos sabido cómo
hacer para que efectivamente no nos representen. Nos damos cuenta de
que tenemos una democracia que sólo es funcional al casino mundial y
que está bien pertrechada para que siga siendo así.
Tenemos
herramientas que permitirían dar un salto a una democracia
verdaderamente participativa, con mecanismos de participación
directa en la deliberación y en la toma de decisiones. Lo mismo que
aplicamos la informática a la innovación en la gestión de las
empresas y el conocimiento, podemos usarla para estimular la
innovacion democrática. Lo necesitamos para sostener las políticas
del bien común que precisamos para gestionar la crisis de fondo, la
socioambiental, en beneficio de la humanidad.
Democracia
digital, democracia 4,0. La parte más innovadora de la sociedad
tiene a punto las herramientas. Pero el poder político, económico y
financiero no está dispuesto a permitirlo. No va a ser fácil.
Los
partidos culpables de la gestión antisocial de la crisis no sólo no
han escuchado a la gente que demandaba democracia real sino que están
pensando como ponen en marcha contrarreformas democráticas para
blindarse ante la perspectiva de pérdida de apoyo electoral. Cuanto
menos expectativa de voto tienen, más pequeña quieren hacer la
circunscripción electoral para reducir la proporcionalidad del
sistema y seguir manteniendo su cuota de poder cada vez con menos
apoyos. Es el gran pacto que el PP le propone al PSOE.
De
este modo la representación se aleja de la proporcionalidad y da
todo al ganador de la pequeña circunscripción. La consecuencia: un
sistema rígido a los cambios, corrompido, atrincherado contra la
innovación, funcional al interés bancario.
En
un contexto de creciente desigualdad, pobreza y precariedad es una
bomba de relojería que la historia nos ha enseñado que termina
estallando. Sólo podremos hacer contrapeso al enorme poder
financiero, mediático y político del interés bancario conquistando
los resortes del estado democráticamente y poniéndolos al servicio
del bien común impulsando las iniciativas de autogestión.
¿Cómo
hacerlo? Construyendo un consenso social sobre la urgencia de
reiniciar la democracia, impulsar un proceso constituyente que cambie
las reglas de juego, y conjugar presión en las calles con
articulación de una alternativa electoral para reiniciar la
democracia y provocar un cambio en la gestión de la crisis para
orientarla hacia el bien común.
Esteban de Manuel
Candidato por Equo al Parlamento Andaluz en las elecciones del del
25M de 2012
4 comentarios:
Nadie lo duda, será masoquismo?
¿Reiniciar la democracia? ¿Cuándo empezó'
Frase:
“Nunca cambiarás las cosas luchando contra la realidad existente. Para cambiar algo, construye un nuevo modelo que haga que el modelo actual sea obsoleto”
Buckminster Fuller
¡muy bueno el post de Esteban de Manuel!
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