Ayer estuve en una charla que dieron para "los mayores"
personal del Banco de España en la Asociación de Vecinos de Santa
Marina, en la ciudad de Badajoz. En principio, educar
financieramente a quienes han pasado toda la vida en el sota, caballo
y rey del plazo fijo, libreta de ahorro y cuenta corriente, es buena
idea. Si le añadimos unos consejos sobre cómo detectar billetes
falsos, se mejora la iniciativa. Sin embargo, me llamó mucho la
atención lo que no se contó sobre los billetes.
Se
habló de que un billete "bueno", de los emitidos por el
Banco de España vale lo que indica y que uno falso no vale nada y
eso es exactamente lo que te dan cuando lo haces llegar al banco. Lo
que no dijeron es que el billete legítimo vale lo que vale por que
te lo crees , que no hay respaldo al billete sea emitido con el
placet del Banco Central Europeo o con el de la mafia, que es una
historia muy vieja y sabida que el billete falso expulsa al bueno
precisamente porque nadie lo quiere.
Contaron
que la cantidad de billetes es importante para la estabilidad de los
precios y el buen funcionamiento de los negocios porque sería un
problema que un supermercado no tuviera cambio. Lo que no contaron es
que la cantidad de billetes tiene un peso cada día menor en esta
tarea de estabilidad de precios porque la mayor parte del dinero está
en apuntes contables, que el que un pensionista cobre 2500€ no
significa que se tengan que imprimir billetes por ese valor, que,
seguramente, con imprimir por 500 al pensionista le sobre para pagar
sus gastos en efectivo. No se contó que, para el control de precios,
pesa infinitamente más el tipo de interés que cobra el Banco
Central Europeo a los bancos cada día. Ni se contó que hay
gasolineras que, a partir de ciertas horas, ya sólo admiten pagos
con tarjeta o que mucho más de la mitad de los importes cobrados que
se hacen en Carrefour o Mercadona son con tarjeta y que, en el fondo,
mover billetes y monedas les cuesta dinero.
Con
todo, me gustó mucho que se insistiera en la prudencia a la hora de
contratar productos financieros, aunque no tanto la sensación de que
se quería pasar de puntillas sobre la responsabilidad del Banco de
España como supervisor del sistema financiero español durante la
crisis financiera.
No
era el lugar ni el momento para preguntar por el Fondo de Garantía
de Depósitos ni sobre la relación que existe entre dinero en
efectivo circulando y economía sumergida, pero creo sinceramente que
se perdió una ocasión de oro para invitar a las personas asistentes
a investigar un poco más, a dejar de parecer, por un momento,
temerosos jubilados para ser curiosos aprendices. Ser mayor no
significa estar desinformado ni ser incapaz de aprender si no que,
aunque haga falta usar gafas de cerca, a los "listillos" se
les ve venir de lejos.
La
información, cuando se deja sólo en manos de una parte, se
convierte en propaganda y solamente la formación y la curiosidad nos
previenen de esa lacra.
Rodolfo Jaime Corrella
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