¿Hacia donde vamos? Creo en los ciclos. Pues creo
que todo el mundo relacional humano es finito y está todo inventado.
En este punto no hay nada nuevo bajo el sol desde hace unos milenios.
Se pueden depurar y perfeccionar procesos. Incluso empeorar
situaciones. Es parte del ciclo. Sobre todo del economicista que es a
la vez consecuencia y causa de las partes del ciclo global, pues
impacta y se relaciona directamente con el devenir de la vida de cada
individuo, y por tanto de sus agregaciones en todas sus formas.
Es cuando las grandes ideas se van perfilando de
nuevo desde la Filosofía, la Sociología y la Ciencia Política.
En una versión comparada, posiblemente estemos
viviendo un apogeo del nihilismo político y social de finales del
siglo XIX, parecido a la caída de la edad feudal, de los imperios
romanos, de la vida griega... y cuanto más atrás vayamos los
aspectos de los ciclos son redundantes en cuanto a su base: el
individuo y el poder.
Esto hace que las dos grandes corrientes del
pensamiento occidental, desde hace ya muchos siglos, vayan siendo
mejor en las partes del ciclo que busca el bien común manteniendo al
individuo como epicentro de libertad y responsable en lo colectivo, y
tomen formas cada vez más extremas de colectivismo despersonalizado
por un lado y fuerte individualización insolidaria por otro, en las
partes del ciclo en las que las cosas van mal.
El nihilismo es el
identificador de que el ciclo está entrando en su curva más
oscura... esos momentos en los que se entra en convulsión porque
mucha gente se siente frustrada y solo unos pocos viven por encima.
Es cuando surge el desapego
a la política, la desazón existencial, la sensación de no ser
dueño de tu propio destino. Primero pasa como individuo, luego
aparecen los grupos identitarios.
En ese momento es cuando el enfrentamiento entre
grupos es mucho más abierto y fuerte. Porque desde un nihilismo
pasivo se pasa a ser activo y no reconocer nada ncon pretensión de cambio
estructural nuevo. Son los comienzos de las disputas las que pueden
llevar a situaciones de enrroque que no son facilitadoras de
entendimiento.
Este conflicto se da por dos razones básicas: el
otro es siempre enemigo y yo sólo poseo la razón. No hay más
posturas.
Cada vez que se plantea esta postura (que además
se sustenta fuertemente en ideas abstractas que se alejan de una
visión real de los problemas y, por tanto, de buscar soluciones) el
conflicto sólo puede agravarse más, pues las posturas son
irreversibles por la propia condición humana que no admite muchas
veces reconocer el error propio por orgullo, soberbia o interés y
huye de nuevas frustraciones. No es fácil para muchos reconocer una
equivocación o cambiar un camino. Es más fácil seguir su propia
idea, aunque suponga un error.
Esto lo podemos ver en muchos ejemplos. La
sociedad industrial del siglo XIX (quizás el último ciclo cerrado),
tras su nihilismo radicalizó las ideas del individuo por encima de
todo (pensamientos anarcocapitalistas) y el colectivo por encima del
individuo (comunismo y nazismo). Las posturas irreconciliables de su
seguidores alimentaron ese irredentismo: terrorismo, violencia de
Estado, tensiones sociales... y estalló todo después de la primera
guerra mundial en los totalitarismos, en los que el individuo no era
más que un engranaje, la forma más radical de las teorías de
Spencer, o la sociedad como un ente vivo compuesta de
individuos-célula u hormiga.
Todo como respuesta a un libertarismo económico
en el que tanto tienes, tanto vales. Algo que no era nuevo, pues es
similar al tanto heredas títulos, tanto eres feudal; o el tanto
matas, tanto vales anterior... y que a lo mejor hoy va tomando una
nueva forma de "aristocracia hereditaria" basada en otras
cosas.
Esta vez... creo que estamos en un punto en el
cual el retorno va ser más complicado. Antes se partía de ciclos
dentro de un sistema que tenía limites claros y se relacionaba con
otros sistemas (en el caso de los siglos XIX y XX eran los estados
nación, que desembocaron en grandes bloques y un tercer mundo). Hoy,
con la globalización, queramos o no queramos ya solo hay un sistema.
Y es global, planetario.
Pensemos en que todo este nihilismo mundial que
estamos viviendo.... puede desembocar en algo brutal, pues se ven las
posiciones marcadas ya. Un anarcoliberalismo cada vez más
insolidario y nuevas formas de colectivismos totalitarios que van a
crecer en respuesta a las ideas anarcoliberales y económicas.
El primer indicador es la desigualdad y la
frustración colectiva, tras las que anida el nihilismo, que es padre
y madre de las ideas más descabelladas a las que puede llegar una
sociedad.
Rafael
Ruiz Herbello
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