PODEMOS
sigue en ascenso. Creo que su trayectoria ya puede ser vista como una
tendencia alcista, y las tendencias, cómo bien es sabido, son una de
las cosas más difíciles de invertir: ¡Tiene que pasar algo de tal
calibre e impacto para romperlas...!
Uno de los factores que actúa en este fenómeno es la "retroalimentación" de la tendencia: cuantos más se suman, más difusión tiene y más sigue sumando. Es es el efecto de la marca, y de esto, de Marketing Político y Teoría del Discurso, creo que los de PODEMOS saben algo.
La
tendencia de ascenso de PODEMOS se debe a muchos factores, entre
ellos los que se engloban en la crisis de confianza (no tiene otro
nombre) de los dos principales partidos y las instituciones. El
mensaje de que vivimos una "partitocracia" se difunde y ha
calado, junto con los casos de corrupción, nombramientos, puertas
giratorias, y demás “evidencias” que hacen que la idea de
"CASTA" haya sido asimilada por muchas personas. ¿Es el
voto del cabreo y de la ira? Pues seguro que sí, pero también el
voto de la esperanza de que algo nuevo entre y cambie lo que hay, eso
parece que también es indiscutible.
Lo
han conseguido con mucha pericia, creando una diferenciación entre
el nosotros y "el resto" que ha hecho que muchas personas
no quieran ser el resto, creando antagonismos (¿tú eres casta o
gente?), conceptualizado y reconceptualizando, difundiendo su visión,
que no es otra que lo que muchas personas creen. No han hecho nada
nuevo, sólo canalizar demandas ciudadanas, que ya desde el 15 M
(Equo lo supo ver antes) venían reclamándose, pero con una
herramienta: un partido.
Así
han construido un discurso desde la deconstrucción del discurso que
dominaba, ése que es rechazado, que ya está amortizado..., por eso
el nuevo discurso "cala tanto": viene a cubrir el hueco que
iba quedando vacío. Y a partir de ahí, ya pueden poner a trabajar
la herramienta con una marca clara diferenciadora: "vamos a
levantar las alfombras". Su promesa de que van a pagar los
"culpables" de la crisis, es una promesa que se cree, con
un mensaje entendible, con una marca diferenciadora, y que corre como
la pólvora, en la calle, los medios de comunicación y la red: es
una tendencia, y una tendencia al alza.
Una tendencia en alza, con dos tendencias a la baja en el PP y el PSOE. Las razones de existan una en alza y dos a la baja son las mismas, pero invertidas, por lo que hay una relación proporcional directa. Mientras siga difundiéndose el mensaje y se siga aceptando y validando, las tendencias seguirán igual: una ascendiendo las otras dos bajando.
Una tendencia en alza, con dos tendencias a la baja en el PP y el PSOE. Las razones de existan una en alza y dos a la baja son las mismas, pero invertidas, por lo que hay una relación proporcional directa. Mientras siga difundiéndose el mensaje y se siga aceptando y validando, las tendencias seguirán igual: una ascendiendo las otras dos bajando.
En
esta situación y con este escenario, lo único "lógico"
que ven los dos partidos a la baja es contraatacar, con la intención
de frenar el ascenso y demostrar que todos son iguales. Según esta
“lógica” ahora les toca a los dos partidos, a través de sus
"medios afines", sacar la basura de PODEMOS.
Pero
éste ejercicio puede tener un coste, puesto que si PODEMOS tiene la
simpatía creciente de muchas personas y demuestran que todo es falso
o, en caso de ser cierto, logran convencer a los votantes de que no
son lo mismo aunque tengan alguna manzana podrida, las tendencias se
van a disparar en el mismo sentido que llevan. Con el valor añadido
de que PODEMOS ahora, con ésta táctica que le están aplicando, va
a poder comprobar cuál es el rango de la tendencia, cuánto es el
máximo que puede bajar mientras siga subiendo, dado que las
tendencias, en tanto no se rompan, pueden tener "altibajos",
aún manteniendo la misma dirección.
El error es de los que descienden, al intentar asimilar al que asciende a ellos, con sus mismos defectos y faltas:
* LLamarles populistas: el PP ahora mismo puede ser tachado de populista, prometió y no ha cumplido nada. El PSOE anda un día diciendo una cosa otro día otra, eso, si se me permite decirlo, es populismo indeciso, quizá peor que eso que llaman populismo.
* Buscar corruptelas: la corrupción puede ser privada o pública, pero la pública duele más, dudo que PODEMOS pueda tener corrupción pública, aún con eso se ha de demostrar y los casos en los dos primeros ya están hasta enjuiciados.
El error es de los que descienden, al intentar asimilar al que asciende a ellos, con sus mismos defectos y faltas:
* LLamarles populistas: el PP ahora mismo puede ser tachado de populista, prometió y no ha cumplido nada. El PSOE anda un día diciendo una cosa otro día otra, eso, si se me permite decirlo, es populismo indeciso, quizá peor que eso que llaman populismo.
* Buscar corruptelas: la corrupción puede ser privada o pública, pero la pública duele más, dudo que PODEMOS pueda tener corrupción pública, aún con eso se ha de demostrar y los casos en los dos primeros ya están hasta enjuiciados.
*Oligarquías
internas:
cierto que en la Asamblea constitutiva de PODEMOS se ha visto algo de
esto. Pero no olvidemos que es un partido nuevo, las dudas sobre la
equidad de oportunidades de acceso al poder en la organización no
son certezas. Con respecto a los otros dos partidos no nos caben ya
dudas sobre cuáles son sus mecanismos internos de acceso al poder,
lo explicó muy bien Michels cuando, a principios del siglo pasado,
postuló la Ley de Hierro de la Oligarquía al estudiar los procesos
internos de reparto del poder en los nacientes partidos de masas. En
todo caso hay un claro matiz diferenciador: cuando en el partido
nuevo no puede aplicarse la ley de Hierro de la Oligarquía, en los
otros dos está más que demostrada incluso en los procesos de
primarias o "no primarias".
Si realmente es cierta la opinión que mantengo y estamos en una tendencia alcista para PODEMOS, poco pueden hacer PP y PSOE, salvo quizá intentar igualar por arriba a PODEMOS y no intentar traerlos abajo con ellos.
Si realmente es cierta la opinión que mantengo y estamos en una tendencia alcista para PODEMOS, poco pueden hacer PP y PSOE, salvo quizá intentar igualar por arriba a PODEMOS y no intentar traerlos abajo con ellos.
Esa
táctica de igualarse por abajo, si es desmontada sólo va a ahondar
más brecha entre las tendencias y las intenciones de votos. Creo que
esto PODEMOS lo sabe, ya sabe que tiene a un pueblo detrás queriendo
cambiar las cosas, y sabe que es muy fácil seguir articulando sus
discursos: el de la denuncia y el de la diferenciación primero, el
de la ilusión después.
He
hablado también de la posibilidad de igualarlos por arriba, pero
¿cómo se iguala por arriba a PODEMOS?... complicada veo la cosa,
pues deben pasar por por:
*
Construir un discurso novedoso:
ya la teoría del discurso diferenciadora, a través de la
deconstrucción de lo que había, la está aplicando PODEMOS. Puede
imitarse, pero hay que crear una marca diferenciada. Ahora mismo las
marcas de los dos grandes partidos están denostadas y ya sabemos que
eso afecta a la tendencia a la baja también.
*
Eliminar
corruptelas, limpieza de imagen:
hacer tal ejercicio de limpieza dentro de sus filas de manera que no
quede duda alguna. Eso no pasa por esta especie de regeneración por
edad, sino por trabajar con personas nuevas, que sean nuevas en esto
de la política pero con un liderazgo en la sociedad civil.
*
Apertura
de los partidos:
abrir los procesos internos de las organizaciones políticas a la
ciudadanía, de forma que ésta pueda participar, al menos sin
restricciones percibidas. Todavía PODEMOS se puede permitir esta
horizontalidad, pero los dos partidos grandes lo tienen mucho más
difícil: tendrían "demostrar" que son honestos al
utilizar esos mecanismos.
Como veo casi imposible que medidas como éstas se tomen si no es "in extremis", y quizá entonces será tarde, creo que la tendencia seguirá como está. Y aquí, en este punto, es donde entiendo que el modelo de partido puede ser un obstáculo para los dos “grandes” si deciden igualar por arriba a PODEMOS.
Si
bien PODEMOS está mostrando que los modelos asamblearios puros en un
sistema de representación democrático pueden ser ineficaces,
también están demostrando que a pesar de necesitar una “jerarquía
representativa”, sí se pueden introducir elementos de mayor
participación y deliberación en la misma, dejando que los
integrantes y simpatizantes de su corriente y partido sientan que
pueden tener algo que decir, que son escuchados, aunque las
votaciones sean las que luego decidan.
En
definitiva crean una identidad de ciudadano que toma partido y
participa dentro de su organización, aún con una representación
electa, que tiene mucha visibilidad tanto en los medios como en redes
sociales. Han sabido dar a su formación un carácter de partido de
masas a la vez que deliberativo, una suerte de conjugación del
modelo democrático deliberativo de Habermas con el modelo de partido
“catch all”.
Los dos partidos “clásicos” en España, en cambio, cada vez muestran más características que nos sugieren englobarlos dentro de los “partidos cártel”. Partidos cuya principal función no es la transformacional, sino la ocupación de cargos y poder dentro de las administraciones y poderes, que no necesitan de nutrida militancia ya que se financian a través de fondos públicos, en el mejor de los casos, y que deben esa independencia de las bases a la llamada “videocracia” que ofrecen los medios de comunicación de masas.
La
lucha por el poder entre los dos partidos se da para “colocar” a
sus afines dentro de las instituciones, dejando la política como un
mercado electoral al más puro estilo “shumpeteriano”. Es un
funcionamiento que sigue más una lógica “managerial” que
política, en la que el Marketing Político tiene menos de político
y más de empresarial, en la que los ciudadanos son vistos como
potenciales consumidores que con el voto van a “comprar” y que
entienden que durante cuatro años no podrán decidir nada hasta los
siguientes comicios.
Todo
esto se refleja claramente en sus métodos de elección interna
(cuando los hay), en las cortapisas a nuevas candidaturas o modelos,
en las caras que no cambian, o que parece que cambian para que todo
sigua igual (los comités directores de algunos son un claro
ejemplo), en las “rotaciones” de cargos, en las colocaciones por
puerta giratoria... en tantas cosas que conforman unos modelos de
partido rígidos y poco deliberativos en conjunto.
Definitivamente, viendo las tendencias, especulando sobre su lógica e introduciendo las variables de los modelos de partidos, los actores y la lógica empresarial de los medios, creo que el camino para frenar el ascenso de PODEMOS no es el que se está tomando; muy al contrario, se va a seguir alimentando su ascenso.
Rafael Ruiz Herbello, ciudadano.
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