ELECCIONES PRIMAVERALES EN EL SUR


A veces los instintos, o las especulaciones basadas en “sensaciones”, tienen cierto peso a la hora de predecir resultados o hechos. Sobre todo porque en Ciencia Política y en Política, los datos fiables son los pasados, los presentes mientras se valoran pasan a ser pasado y los futuros son puras especulaciones de lo que pasará en base a unos datos presentes y pasados, y disculpen por lo burdo, sé que es rayar la superficie de un tema más profundo, pero es el objeto de ésta reflexión.
La interpretación y análisis (o hermenéutica) de los datos puede tener mayor o menor probabilidad, aún con toda una ciencia alrededor, que más veces que menos se acerca a lo que ocurre, su resultado o conclusión no deja de ser una “suposición fundada” o una posibilidad. Por supuesto todo esto no vale sin un olfato, un conocimiento de los procesos, perfiles, comportamientos y una comprensión empática de las lógicas del liderazgo político particular del momento. Por lo que instinto y ciencia política, al igual que en otras ciencias, deben ir de la mano, si se quiere dar un hallazgo o predicción, cuanto menos coherente y a lo más fiable. Si falla el primero (que puede ser el caso) el segundo sólo es un batiburrillo de números que no dicen nada coherente, hasta que se le busque un sentido o un fin.
Así que me atrevo a decir públicamente, a riesgo de equivocarme, que para eso soy humano y politólogo, que a finales de marzo o principios de abril habrá elecciones en Andalucía.
Los datos pueden dar una idea del porqué, bajo una lógica estrictamente de mercado electoral, nada de ética, sólo marketing:
  • PODEMOS con una marca que aún tira, pero con problemas de articulación de discursos fuera de la cúpula, y alguna metedura de pata, tiene ahora un claro “punto de debilidad” que puede ser aprovechado- ¡pero ya!- antes de que lo corrijan. Ahora caminan a pié cambiado, dejar que las municipales les puedan inflar de nuevo es un riesgo. No creo que cometan el mismo error tres o cuatro veces, y a pesar de que hay una auténtica ”tonelada de porquería” esperando a salir a las redacciones de los medios sobre PODEMOS (el ventilador está en funcionamiento), es imprevisible (como ya dije en algún otro post) si una correcta gestión, de los ataques hacia PODEMOS, por parte de sus dirigentes podrían hacerles ganar más puntos que perderlos. ¿Para qué esperar? Un punto para adelantar elecciones.
  • PP cae a los abismos. No es que desaparezca, sino que vuelve a una especie de “normalidad” de lo que fue siempre en Andalucía. Bueno, un poco peor. Como todo buen “maquiavélico” gestor, el gobierno de España y los ayuntamientos del PP (y no sólo del PP para ser honestos con la realidad), se han guardado las prebendas para el final de la legislatura, para la reelección. Así que esperar a las municipales, con lo que se va a abrir la mano, o después de las generales, con la posibilidad de que la mejora de la economía se traslade a los ciudadanos, le daría un balón de oxígeno que ahora no tiene. Ahora pierde casi todas las capitales, pero el voto del PP a veces es un voto fiel, a veces un voto de castigo al PSOE, misterios de la Ciencia Política o de la Antropología y Psicología. ¿Para qué esperar a que se recuperen?
  • IU está en un sin vivir. Puede salir reforzado para repetir coalición de gobierno, antes de que se entiendan con PODEMOS, ya que esa posibilidad no es descartable en futuro. Viendo los datos- “reales” del pasado y la tendencia más que los sondeos- el efecto PODEMOS sólo ha afectado a la “potencialidad” de IU, no a su votante fidelizado, que por cierto: habla pestes de PODEMOS- en una mayoría de los que me he encontrado-. Pero esa posibilidad de giro a los de Iglesias puede darse con un Alberto Garzón al frente y un PODEMOS viéndoselas venir, que lo haría más accesible a pactos con la izquierda “encastizada”. Ahora, quizás, sea más probable que se diera de nuevo el “connubio” con el PSOE, pero va a depender de cómo y porqué se rompa la coalición de gobierno. Aunque los “matrimonios” a veces se pelean y después vuelven a convivir. ¿Para qué dejar que se lo coma PODEMOS o se alíen con ellos?
  • CIUDADANOS aparece quizás para cantar línea aunque no bingo. Aún es pronto, pero en algunas capitales el PP está nervioso con C´s. Con un líder mediático a nivel nacional, un programa asequible para los más moderados con un cierto tinte de normalidad de centro izquierda social, además de fagocitar a UPy D y esquilmar parte de PP- al ala liberal, que no a la neoliberal y neoconservadora- puede dar una buena mordida al centro del PSOE. ¿Para qué esperar a que se consoliden?
  • PSOE para el final, porque el resto poco suma (ahora mismo). Un 30% de los votos, no es el 34 con el que perdieron en las anteriores andaluzas, pero es el 30 y muy por encima del resto. Fuerza mayoritaria aunque no absolutamente, por lo que se podría repetir la coalición de gobierno o formar otras nuevas. Dejar ver qué pasa en la incertidumbre electoral actual, basar una victoria futura en posibles pinchazos del resto, dejar por medio el asunto de las municipales, como gestionan otros, que “complicidades” hay que tomar… es demasiada incertidumbre, para un partido que se ha instalado en la denominación de partido cártel para el que escribe- repito que el error por mi parte siempre lo tengo presente pero es lo que opino hoy- Un punto más para adelantarlas.
En cuanto a las percepciones de la líder y Presidenta de la Junta, todo son especulaciones basadas en un olfato que, no lo niego, puedo tener atrofiado. Pero si quiere ir hacia Madrid - que ya sé que unos días es no, y otros quizás no- es una posibilidad que no está descartada y a tener en cuenta en esta reflexión. Y veamos cómo opera “este deseo” en forma de variable independiente en la variable dependiente de la posibilidad del adelanto electoral.
EL camino hacia el Federal sólo pasa por encima del actual secretario electo en primarias Pedro Sánchez. Patente es el apoyo institucional de Andalucía a Pedro, y también , aunque no reconocidos, los desencuentros informales que se le ejecutan a veces desde el Sur, por lo que debería mirar más a menudo hacia el Sur de lo que mira.
No hace mucho “circulaba” por los medios una noticia sobre la responsabilidad del Secretario General del PSOE Federal en el caso de unos “malos resultados” en las municipales, por lo que debería plantearse, en el hipotético caso de sólo conseguir el 20% de los municipios, la dimisión del cargo. En éste sentido, el que teclea muchas veces se ha preguntado si en ese hipotético caso no deberían dimitir todos los responsables de todos los niveles, y supongo que el mismo Pedro se lo habrá preguntado, pero he aquí que la misma pregunta me llevó a una “loca respuesta”: sólo aquellos que no obtuvieran buenos resultados inmediatamente antes son los que deberían dimitir. Si hay unas elecciones antes Mayo , en las que, supongamos, el PSOE sale bien parado allí, los responsables de ese buen resultado serían inmunes a la dimisión por nefastos resultados de las municipales. Y es que las municipales tienen un tinte peculiar diferente a las autonómicas y generales. En cierta medida son más parecidas a las europeas que ninguna: aumento de la abstención, aparición de partidos “locales” y/o atípicos, voto a la persona más que al partido o ideología. No es un escenario en el cual hacer predicciones certeras y gestionarlo en su conjunto- por lo cuantitativo y las diferencias cualitativas entre candidatos de un mismo partido en diferentes municipios- se hace harto complicado.
Ante la incertidumbre lo mejor es “el pájaro en mano”. Un adelanto en las actuales condiciones, validarían la capacidad de la Presidenta de la Junta para ser candidata a secretaria General de PSOE Federal y candidata a la Presidencia de España, si quisiera y/o ganara. No olvidemos que aún no ha ganado unas elecciones, y esto la “blindaría” ante la “ley dimisionaria del 20%”.
Otra percepción es que de nuevo se renuevan personalismos a nivel Federal. Beatriz Talegón y Pérez Tapias por un lado después del lío monumental de IS, un punto de frescura necesario. Zapatero y Bono tomando té con pastas con los de PODEMOS, que eso siempre huele raro aunque estuvieran en una estricta reunión social más que política. Sobre todo cuando Eduardo Madina sigue en su promesa de “no molestar” y supongo que hasta que toque hacerlo - ya la frenó una vez y podría hacerlo una segunda si quisiera y lo apoyaran-. Pedro Sánchez que sigue siendo Secretario General y quiere ser candidato, lógico: ha sido electo por las bases- los “golems” son leyendas de cabalístas hebreos, no se pueden dar en política con certeza-. Finalmente una Carme Chacón, que ahora reaparece, pero que a tintes del que escribe, me parece más que la van a tener de plató en plató con una falsa promesa, aunque quizás podría tener su espacio. En definitiva, el PSOE de nuevo comienza a moverse, y si la Presidenta quiere dar el paso hacia arriba, tiene que atajarlo.
Como digo, me fío más de los datos que de las percepciones, si he de elegir, pero no desligaría unos de otras, ya que lo lógico sería acabar la legislatura, esforzarte en hacerlo bien hasta que toque y poner los intereses de los andaluces por encima de los del PSOE y de los propios. Ya veremos si me equivoco. En caso de estar errado, un fallo más, y el PSOE sigue siendo un partido de vocación transformadora. En caso de estar en lo cierto, entonces si podré afirmar que asisto a la lógica de un “partido cártel” en toda regla.
Rafael Ruiz Herbello. Ciudadano

EFECTOS DE LA DESIGUALDAD ECONÓMICA


En el mundo la riqueza se divide entre los más ricos, que son un 1% de la población, y el resto. Los efectos de la desigualdad se conectan con la falta de progreso económico y con la quiebra del modelo social.
La desigualdad, en cierto grado, puede ayudar al progreso y el crecimiento económico, y de esta forma recompensar a las personas que se han esforzado y están asumiendo riesgos. Esta afirmación está recogida en los estudios e investigaciones sobre desigualdad y crecimiento económico. Hay que considerar que una vez superado tal grado de desigualdad necesaria se produce un efecto negativo sobre el crecimiento que se refleja en la estratificación social y en la captura de las instituciones democráticas por parte de una pequeña élite de la población, como dice el economista francés Piketty.
En esta situación nos encontramos. La desigualdad además de repercutir en el crecimiento económico genera un empobrecimiento social. Además la concentración de riqueza facilita el secuestro de las políticas públicas y la corrupción ya que las leyes favorecen a los más poderosos y por tanto se desvanece la igualdad de oportunidades, que es para lo que vela o debería velar el Estado.
Un estudio sobre los ultra-ricos del mundo, World Ultra Wealth Report 2014, analiza el nivel de riqueza extrema por región, país, fuente de riqueza y género. Aquí se recoge entre otros que un 0,004% de la población mundial controla el 13% de la riqueza mundial, de los que el 87% del total lo componen hombres y el 13% mujeres.
En cuanto a España, los ricos han mejorado su situación en el contexto de crisis en un 15,4%. Nuestro país se sitúa en el quinto mejor país de Europa en expectativas para su crecimiento (para el de los más ricos) después de Luxemburgo, Austria, Dinamarca y Grecia. Hay que recordar que de estos países, España y Grecia, han sido intervenidos y rescatados como consecuencia de la situación.
Igual sucede en Latinoamérica donde uno de los países donde mejor les ha ido a los más ricos es Nicaragua, recordando su bajo nivel de desarrollo siendo el país que menos produce en América.
Por su parte un informe de Unicef nos dice que en España hay casi 1 millón de niños en una situación precaria tras la crisis. Hay casi 3 millones de personas que vive en el umbral de la pobreza, con menos de un 60% de la renta media.
Esta claro que a unos pocos les va bien mientras a muchos les va mal. No hay equilibrio. Por eso los gobiernos y las políticas públicas no pueden esperar a los brotes verdes. Es necesario tomar medidas que no protejan los intereses de los más ricos si no las desigualdades y la pobreza seguirán creciendo.
Hay que empezar con las leyes. Hay que atender a los acuerdos que se adoptan en la lucha contra la desigualdad y que están demandado los ciudadanos. Está bien la declaración de intenciones, pero hay que llevar las normas a la práctica, cosa que se hace en casos aislados. Uno de los primeros pasos está en la política fiscal, que debe ser justa y servir para distribuir la riqueza y no para agudizar la pobreza.
Hay que continuar por la educación. El bienestar en el futuro dependerá de la educación de las personas. La inversión en formación marcará el proyecto vital individual y su repercusión en lo colectivo. Esta debe generar oportunidades para todos y no solo para unos pocos. Además se podrá traducir en trabajo dignos que garanticen un nivel de vida decente.
Cuando seamos capaces de intervenir con determinadas medidas podremos evaluar su impacto. Será más sencillo para los ciudadanos, porque no habrá que explicar mucho ya que se notarán los resultados. Si no veremos como, que por mucho que nos empeñemos, será imposible decir cada mañana que estamos en la senda de la recuperación, que somos los campeones del déficit, etc. Casi es más seguro hacerse del Rayo Vallecano.


Juan José Maldonado Briegas

2014-2015


SOBRE EL PACTO SOCIAL

Green Deal
Desde hace tiempo se habla de nuevo mucho sobre las rupturas o incumplimientos del "Contrato Social" y de la "Paz Social". Intentaré reflejar de manera llana y sin profundizar ambos conceptos, ya que a veces parece que no se entiende bien la magnitud del mismo ni su alcance real. Es un "barrizal de relativismo" el cual después de casi 3000 años de filosofía occidental, y a saber cuántos más de Filosofía planetaria, aún no se ha encontrado la clave universal, la verdad absoluta, en los mismos. Son dos conceptos principalmente europeos y occidentales, por lo que para poder explicarlo primero, es necesario hacer una breve y burda recopilación de cómo se ha llegado hasta aquí. Y por supuesto, y lamentándolo, será “extenso” para una breve lectura, pues creo que al menos deben exponerse motivos y razonamientos, pues un “porque no se puede” o un “la culpa es de…” sin al menos algo de justificación, aunque para algunos parezca sesgada, no es válido ni coherente.
La “contractualidad social” es algo tan innato como el gregarismo del ser humano. El pensamiento más generalizado es que sin unas reglas, ni una moral y sin ninguna ética la vida no sería más que una especie de “jungla”, en la que el mejor adaptado y el más fuerte sería el que impondría su voluntad y deseo sobre los demás. A ésta situación de “desamparo”, se le denominó "el estado de la Naturaleza". No todos eran críticos con el estado de la naturaleza, por ejemplo Rosseau dejaba claro que en la naturaleza había una ética implícita, unas reglas que se cumplían y que el hombre en la naturaleza era un ser inocente (una leona no se come a sus cachorros por ejemplo) y que eran las reglas sociales las que lo pervertían, ya Platón declamaba sobre el problema: no era el estado de la naturaleza, sino el ser humano como tal, basado en su capacidad de razonar, y poner dicha razón al servicio de sus deseos y miedos. Y si nos vamos hasta Nietzsche… bueno mejor dejar a Nietzsche, muchos no supieron lo que quería decir y lo malinterpretaron…
En los previos a la Edad Moderna de nuestra sociedad occidental, que es cuando comienza a gestarse dichos conceptos de una forma más agregada, se contemplan dos tipos de reglas: las "naturales" y las "sociales". Las primeras conformarían las reglas naturales y divinas, sería una especie de Derecho Natural (o divino en el caso del cristrianismo feudal), que ya comenzaron a poner en cuestión pensadores como Guillermo de Ockham, o los dos reinos de Agustín de Hipona, con el que comienza a vislumbrarse la diferencia entre “el reino de los cielos” y "reino de los hombres", con sus normas y leyes específicas para la convivencia, una suerte de “al césar lo que es del césar y a dios lo que es de dios” que el “buen pastor” dicen que dijo. Éste derecho terrenal es tomado como un Derecho Subjetivo, el que nace de acuerdos particulares guiados por una moral generalizada en una comunidad.
Comienza a retormarse el concepto de "ciudadano" frente al de súbdito, otro hecho histórico que va alimentando las conciencias de la época. Concepto éste uno de los explicativos necesarios para entender la amplitud del Contrato Social. El ciudadano no es sólo el habitante de la ciudad, más bien es poseedor de obligaciones y derechos, que exige y comienza a tener poder de negociar, de contratar de pactar. Será su progresión la que ponga en jaque al antiguo régimen feudal de servilismo y derecho divino.
Y he aquí que comienzan a plantearse en forma de "contrato" las normas de convivencia, y de organización social. El germen del liberalismo que nace con Locke y Hobbes, pues aunque sus tesis fueron esgrimidas por los déspotas autoritarios de la época, son los que siembran la semilla de otro concepto explicativo, vital, para entender el contrato social: la “soberanía individual”.
La soberanía podríamos definirla como el poder de hacer y deshacer, de tomar decisiones, la capacidad de llevar el rumbo o el timón que tenían los poderes premodernos y modernos, “el soberano”. Cuando se difumina y atomiza por estos dos pensadores, por necesidad de empoderar a los “soberanos” de la época frente al empoderamiento vía divina que otorgaba la Iglesia católica, pasa al estrato individual de cada uno de los ciudadanos: el poder "natural" de regirse uno por sí mismo dentro de una sociedad, su estado de naturaleza pero ligado a una comunidad, su derecho natural pero puesto al servicio de las normas de la convivencia social. Un poder que es cedido, en aquella época a un soberano, hoy día a través de las elecciones a las personas que ejercen la titularidad política y administrativa, en los sistemas de representación democráticos modernos, a cambio de vivir bajo un "Derecho Pactado", un derecho suma de derechos subjetivos, unas normas que protejan a los ciudadanos y los hagan convivir en un sentimiento de seguridad, el cual Kant, a través de su autodeterminación individual de ciudadanos soberanos y racionales, quiso elevar a un carácter universal.
No sólo se exige seguridad frente a las agresiones o amenazas de otras comunidades, o normas que erradiquen la violencia, e implanten sistemas de justicia que arbitren conflictos. Una vez que las comunidades van creciendo, los "belicosos" y ácratas señores feudales van siendo domesticados, erradicando su derecho natural y divino y pasándolos por el tamiz del derecho de los hombres, se va poniendo coto al poder de la Iglesia, se van perfilando los grandes Estados Modernos Europeos tras años de guerras y coaliciones de sangre. Es en ese momento cuando ideas antiguas cómo la igualdad, la justicia, la libertad comienzan a aflorar de nuevo, tímidamente al principio, junto con los derechos a la propiedad privada, al justo enriquecimiento, al plan de vida personal, etc.
Con los hechos que ya se han explicado de forma tan superficial, estos deseos nuevos llegan a tambalear y cuestionar las jerarquías socio políticas de la época y sus monarcas autoritarios. Es Cromwell en Inglaterra el que vuelve a retomar ideas de autogobierno, consolidando el Parlamento como depositario de la soberanía de los ciudadanos, como garante de las normas de convivencia, como germen y tutor del "Contrato Social". No es algo novedoso lo de Cromwell, lo novedoso es que se hiciera en una potencia de la época. Antes de él algunas repúblicas italianas, las confederaciones europeas, los consejos feudales, incluso la Iglesia y sus concilios, habían mantenido de una forma u otra prácticas deliberativas, democráticas y de representación, pero es con Cromwell cuando comienza a plantearse la idea de "soberanía difusa" de una forma patente en uno de los grandes estados-nación y se vuelve a empoderar a la ciudadanía. Claro está que la trampa estaba en a quién se podría considerar ciudadano-soberano.
Se perfila al ciudadano en dicha época como alguien con obligaciones y derechos, con propiedades, con capacidad de independencia material y con recursos propios, mostrando una nueva cara de la desigualdad y la frustración. Y como era lógico, dichas desigualdades y agravios comparativos llevan a nuevas ideas que desembocarán en varias revoluciones. Una de las más importantes es la revolución francesa: tras años de germen de ideas como la igualdad, la solidaridad y la libertad, es cuando el Contrato Social toma su forma casi definitiva bajo la pluma de Rousseau. Un pacto, un acuerdo por el cual un pueblo, o la humanidad, no sólo se protege y convive, sino que debe perseguir valores más altos que los deseos o los miedos inherentes a cualquier cohabitación gregaria, en el cual la protección de los más débiles frente a los poderosos impregna los discursos éticos y políticos.
El concepto ya estaba formado, el uso que se le diera de las diferentes visiones posteriores es otro asunto. Así hasta incluso con la revisión de Marx sobre la ética teleológica y determinista de los medios de producción y el capitalismo, el contrato sigue estando, y seguirá estando entre la gran totalidad de los pensadores modernos: Weber, Oakesshot, Gramsci, Macpherson, Von Hayek, Rawls, Dworkin, entre otros, incluso el anarcoliberal Nozick, lo esgrime, aunque sea un `pacto mínimo´.
Pero con el Contrato Social y la Paz Social creció y se fortaleció otra idea: el capitalismo. Que será criticado duramente por unos y defendido por otros, dejando en algunos debates el Pacto Social como una anotación marginal, presente en todos los debates pero relegado a segundo plano. Es la Paz Social circunscrita al capitalismo la que toma protagonismo, quedando el Pacto cómo algo superado y aceptado. Situación que comienzan a criticar otros pensadores más contemporáneos como Habermas o Taylor, y anterior a ellos, pero muy ácidamente, Hannah Arendt y su definición del “homo laborans” y el “homo faber”, frente a la cualidad republicana del ser humano.
Así pues el Contrato Social en el pensamiento occidental moderno nace cómo un acuerdo entre partes, en el cual una, poseedora de la soberanía y el poder difuso (la ciudadanía), lo cede a otra, que lo concentra y lo usa para proteger a la anterior y hacer cumplir sus esperanzas, deseos, afanes, o planes de vida, bajo las premisas acordadas. Y por ende, se entiende que la Paz Social se alcanza, o intenta alcanzar, cumpliendo, o intentando cumplir, todos los puntos recogidos en dicho contrato. Esta visión contractualista tiene luces y sombras, como las que plantean la ecología o el feminismo, las de las minorías frente a las mayorías, la defensa de las culturas o identidades, los conflictos, la riqueza, etc.
Tras este burdo, somero y breve resumen (perdón por lo generalista) de la historia acumulativa e inconclusa del Contrato y la Paz Social- ejercicio con el que se ha pretendido explicar brevemente la auténtica dimensión de los dos conceptos tan ligados a la humanidad occidental, y occidentalizada, y sus sociedades- creo que ahora si se puede entender claramente la gravedad de la expresión "no se cumple el Contrato Social", o "Peligra la Paz Social" cuando se dice en nuestro país, región o continente.
Cedemos nuestro poder soberano, en el caso español, para que se concentre en todo ese inmenso aparato de coacción weberiana que componen el Estado, las Autonomías, las Diputaciones, Comarcas, Ayuntamientos o Distritos. Y tenemos que soportar que se incumpla el mandato expreso por el que se les votó y eligió: mantener el Pacto Social para fortalecer la Paz Social, a través de los incumplimientos de programas y promesas electorales, que los llevanron “al poder”. Hemos llegado al punto en el que, dejando de lado corrupciones o ideologías, se nos insta a que el Pacto Social no puede cumplirse, pero que tenemos que ceder nuestras demandas en el contrato suscrito para que la Paz Social se siga perpetuando, pues la Paz Social es deseada para que todo siga igual.
Y aquí es cuando debemos plantearnos si realmente el Contrato, el Pacto (Pax Pacis) cumple las expectativas, si la Paz que proporciona está bien fundamentada y es sólida. Porque nuestro Contrato se basa en el bienestar y salvaguarda de nuestros derechos a cambio de no ejercer el poder natural propio, a cambio de no enfrentarnos abiertamente a las instituciones y someternos, a cambio de vivir bajo el Estado de Derecho que debe velar por las ciudadanía y crear un contexto en el que podamos alcanzar la autodeterminación individual kantiana, o la colectiva. Derechos y bienestar que, por la deriva antes descrita, hoy deben ser “mantenidos” dentro de una lógica capitalista, muy circunscrita al crecimiento constante. No soy economista, pero hay especialistas de dicha disciplina que indican que dicho crecimiento constante debe ser revisado. No voy a centrarme por tanto en autores como Marx, Keynes, Rawls o Krugman que defienden la justa redistribución y el papel de la política en la economía, frente a otros muchos que indican que el Pacto Social es inviable a las cotas en las que está, ya que los mercados son los que deben imperar sobre la política. Para mí el Contrato queda invalidado cuando los instrumentos (la economía, el capitalismo, los mercados, los medios de producción) son los que condicionan las voluntades de la ciudadanía soberana, porque condicionan la política. La Paz Social no me sirve de nada cuando se instaura sobre instrumentos heterótrofos y caníbales que devoran el planeta y las expectativas de sus habitantes, socavada por la imposibilidad de sustentarse en el Contrato Social al que debería suscribirse. Cuando sólo sirve para seguir manteniendo los privilegios de unos pocos frente a las frustaciones de muchos. Cuando tanta lucha por medrar como especie, tantos avances que se han logrado, con la ayuda del capitalismo, en el conocimiento, en lo social, en lo político, queda doblegada al servicio de una especie de nuevo feudalismo, en los que los “derechos hereditarios” se perpetúan por acumulación de riqueza y poder, por diferenciación basada en recursos materiales transferibles, siendo ya innecesario el “derecho divino” de los títulos nobiliarios de la era feudal. Ahora lo permite el Estado de Derecho, ése que nace del Contrato Social, ése que intenta perpetuar una Paz Social, que ha sido “manoseada” y tergiversada, siendo ahora usada para seguir manteniendo dicha diferenciación entre los que tienen la posibilidad de ser mejores a través de una autodeterminación que se iza en sus recursos, y los que deben seguir igual si no tienen los recursos, o no quieren jugar con las mismas reglas que protege ese Estado de Derecho, ése que les da ventaja a los que sí pueden.
Es hora de replantearnos las bases de la convivencia, de la Paz Social, en base a un nuevo Pacto revisado. El primero comenzó bien, pero su fallo fue basarse en la “posibilidad de” y no en blindar los deseos y anhelos de la ciudadanía, en evolucionar basándose en la posesión, acumulación y diferenciación materialista, en vez de hacerlo en la dignidad y la autodeterminación. El fallo ha sido dejar que los instrumentos sean el fin, y no que el fin use los instrumentos. Es hora de replantearse un Pacto en el cual la solidaridad, igualdad, justicia, bienestar, autodeterminación y libertad dejen de ser principios y sean realidades blindadas; en el que la Soberanía política no sea sólo un acto de cesión cada cuatro años, sino que sea una capacidad constante de ejercicio del control de una de las partes contratantes, frente a los desvíos que pueda ejercer la otra respecto del contrato.
Es hora de ampliar nuestra soberanía más allá de lo político: en lo energético, en lo alimentario, en lo social, en lo ecológico, en la dignidad de ser humano en definitiva. Es hora de blindar el respeto al medio ambiente, a nuestro entorno, que nos condiciona y al que estamos ligados, porque es un derecho que debemos dejar a las generaciones venideras. Plantearnos un Pacto en el cual las personas sean lo primero, no los recursos, ni la economía, ni la productividad, ni la competencia. En algún momento hay que comenzar a plantearlo y no sólo decir que el Pacto se rompe o vulnera, sin proponer un nuevo Pacto, sin proponer alternativas. No basta con mantener la Paz Social, hay que fundamentarla sólidamente por encima de los vaivenes de lo económico. Adaptarla a una auténtica moral de las personas… y no como ahora, basada en una moral humanamente poco ambiciosa, que usa una ética más que dudosa al servicio de los de siempre, pero con otro disfraz.
Rafael Ruiz Herbello. Ciudadano




MIEDO A LA DESOBEDIENCIA CIVIL, FRACASO DE LA DEMOCRACIA. MORDAZAS Y UNIFORMIDAD.


Todo Estado Democrático de Derecho que está seguro de sí mismo, considera que la desobediencia civil es una parte componente normal de su cultura política, precisamente porque es necesaria” 
 (J. Habermas)


¿Una paradoja lo expuesto por Habermas? ¿Qué quiere decir este fragmento? Primero una breve explicación de los “elementos centrales del texto”, que siempre puede ser contrastada, revisada y criticada, pues puedo estar errado.
Punto uno: la definición de lo que es Desobediencia Civil. Resumiendo burdamente a N. Bobbio, la Desobediencia Civil es un grado intermedio entre el acatamiento total de las normas, leyes e instituciones , y la resistencia activa y violenta (revolución) ante las mismas- escojo a Bobbio porque de los que conozco es el que mejor significado le da al concepto- y que se caracteriza principalmente por:
  • Hacer algo que está prohibido, no es una protesta o manifestación, es deliberada y voluntariamente hacer algo prohibido como forma de protesta.
  • Es pública, debe quedar constancia de lo que se está haciendo, aunque sea un delito a las leyes imperantes.
  • Es colectiva, debe ser practicada por un número suficiente para hacer valer su representatividad.
  • Es parcial, pretende modificar parte de la norma con la que no está de acuerdo, si fuera total sería más un proceso revolucionario que desobediencia.
  • Es pasiva y pacífica. El colectivo que lo hace se somete y reconoce el estado de derecho y asume que está infringiendo la lógica del mismo, no existe violencia en ello.
Por lo tanto la Desobediencia Civil es una infracción deliberada, como forma de protesta que se hace a cara descubierta y por un grupo numeroso de personas, que aceptan el Estado de Derecho, pero que necesitan hacer dicha manifestación como presión a sus demandas.
Punto dos: qué es un Estado Democrático de Derecho. De los varios y numerosos autores, no escojo ninguno, porque casi todos coinciden en lo principal, siendo una concordancia académica. Un Estado de Derecho es aquél en el cual los ciudadanos y las instituciones se someten al imperio de la ley, normalmente con una norma suprema (Constitución); es democrático cuando los depositarios de la soberanía son los integrantes de una ciudadanía que goza de libertades esenciales y derechos. Soberanía que se cede a unos representantes electos, en elecciones libres, periódicas y competitivas. Libertades y derechos cómo los de reunión, participación, deliberación, de elección y elegibilidad, prensa, información, expresión, etc… en definitiva que pueden participar en la vida política libremente y conformar una Opinión Pública que rija el destino de la ciudadanía, bajo un Estado de Derecho, que puede ser mutable en sus leyes, por elección mayoritaria de los ciudadanos.
Así pues lo que quiere decir Habermas, a mi entender, es que la Desobediencia Civil es necesaria cuando un Estado Democrático de Derecho se desvía de sus principios rectores y su normal funcionamiento: tanto para dar voz a minorías, como para corregir posibles ataques al mismo por parte de los que detentan el poder cedido. Un Estado Democrático de Derecho seguro de sí mismo, no teme a las protestas ni a la Desobediencia Civil, porque es un elemento de garantía y de control de la ciudadanía, propietaria de la soberanía del Estado de Derecho, al que se somete “voluntariamente”, y que usa cuando no hay otros medios institucionalizados que den vos y solución a los conflictos que surjan. Pues eso es la Política, resolución de conflictos de una forma pacífica y evolución de la convivencia hacia una paz pactada. Para eso debe implementarse de herramientas como la democracia, la deliberación, las instituciones, la representación y la opinión pública. No creo en la política de Von Clausewitz de resolución de conflictos al precio que sea, creo más en la de Habermas de transformación social y paz pactada.
Toda esta parrafada la suelto para mostrar el alcance e intención, con la que el gobierno electo de España, redactó la Ley Mordaza bajo la premisa de “regular” la seguridad ciudadana y el derecho de manifestación y reunión. Es miedo a la ciudadanía. De siempre se ha dicho aquello de que cuando un “perro chico” ladra enseñando los dientes es porque te tiene miedo. Esta semana se ha demostrado cómo ladra el “perro chico”, pues no podemos olvidar que el pueblo, la ciudadanía o el conjunto de los españoles, somos el que manda, los cedentes del poder. Con ello lo que pretenden es que cada cuatro años- si no adelantan elecciones por causas electoralistas y ventajistas- sea cuando ejerzamos el poder. Sólo y exclusivamente cada cuatro años, como una especie de fenómeno de “el niño” que convulsiona todo. Es como poner las “normas del rebaño”. Todo el documento está impregnado de un principio que han manoseado: la paz, la seguridad y la tranquilidad ciudadana, como si fuéramos seres infantiles que no saben lo que quieren, en un acto de “paternalismo”, en el mal sentido de la palabra. Han dejado claro que ellos saben lo que es “mejor” para la ciudadanía, tratando a ésta como un rebaño al que hay que dejar pacer tranquilo (paz y pacer, de la misma raíz). Instaurando un orden estricto, cuando cualquier persona coherente sabe que lo absolutamente estático tiende a corromperse y perpetuar estructuralmente sus vicios, y lo dinámico tiende a mejorar, pues va mutando, probando y eligiendo lo que mejor va adaptándose. Es instaurar el “orden”, la tranquilidad, la paz impuesta.
De un plumazo intentan barrer la Opinión Pública: concentración de medios de información en oligopolios Mass-Media, la modificación de la ley de Propiedad Intelectual que ha hecho que buscar noticias por internet no vaya a ser tan fácil; y ahora la Ley para la Seguridad Ciudadana. No son medidas de control de la ciudadanía, eso es un error, son medidas de independencia de las instituciones y los gobernantes, respecto de los depositarios del poder. No pueden controlarnos, porque somos más, lo que buscan es hacer lo que crean más conveniente sin manos atadas. Los únicos que pueden ejercer el control son los integrantes de la ciudadanía, que es la que ostenta el poder; las instituciones y el estado como mucho pueden coaccionar. Nos han uniformado de tal manera que creemos que son los que mandan, que poco podemos hacer. Han creado una categoría oligarca en la que con los elementos más caducos y tradicionales del Estado, pretenden hacer lo que les plazca, sea para beneficio propio o no, durante cuatro años, sin contestación de los que mandan. Y sabiendo que la manifestación, contestación y la desobediencia civil son las únicas formas que nos quedan de “control” sobre ellos, ya que no somos un pueblo revolucionario “a priori” y acatamos el Estado Democrático de Derecho, ese que tanto nos ha costado conseguir, aunque sea muy deficiente, y ahora intentan barrerlo de un plumazo. Saben el “gasto” y “coste de oportunidad” de una participación constante en la política por parte de los ciudadanos, para eso se crearon los sistemas representativos, para que podamos estar a lo nuestro y otros lleven la carga. Traban la participación y corrompen la transparencia, todo queda en conceptos vacíos, de escaparate. Dificultan el control sobre los Administradores del Estado (y de los partidos tradicionales) para que no sea tan fácil dirigirles. Y finalmente, cuando cierran las puertas a los medios de control lógicos, ponen barreras a la manifestación pública, agravando la posibilidad incluso de participar en una colectiva protesta de Desobediencia Civil.
Finalmente buscan el adoctrinamiento a través del control de los medios de información, si esto no es una afrenta a un Estado Democrático de Derecho, es que sólo lo será un golpe de estado. Si esto no es el ladrido frenético del “perro chico” porque sabe lo grandes y amenazantes que somos, y cuál es nuestro verdadero poder, es que entonces estaré equivocado. Espero que despertemos como pueblo y como ciudadanía, y nos demos la oportunidad real de redirigir nuestro proyecto de convivencia y futuro.
Rafael Ruiz Herbello. Ciudadano.






¿Por qué un banco ciudadano de depósitos?


La inestabilidad intrínseca del modelo bancario, principal causa de la crisis financiera de 2008, y de las anteriores en los últimos dos siglos, sigue sin resolverse. Un modelo que toma prestado a corto plazo (los depósitos) para prestar a medio y largo plazo (el crédito) es inestable por definición. La inestabilidad se convierte en riesgo para toda la economía al permitir que en el balance de una misma entidad conviva un activo que debiera estar a salvo de todo riesgo (los depósitos) con otro arriesgado por naturaleza (el crédito). Así se entiende que Mervyn King, gobernador del Banco de Inglaterra durante los últimos diez años, calificara dicho modelo como “la peor manera posible de organizar la banca”.
A la inestabilidad intrínseca se suma el inconveniente nefasto, tanto por su efecto desestabilizador del ciclo económico como por el poder desmesurado que otorga al sistema financiero, de dejar en manos de los bancos la creación de dinero. Más del 90% del dinero en circulación lo crean los bancos al hacer uso de la facultad que les concede el modelo actual de distribuir crédito a partir de una fracción mínima de dinero en reserva.
En 1933, la Administración Roosevelt tuvo sobre la mesa una reforma monetaria y bancaria integral, conocida como el Plan Chicago, que obligaba a que el crédito estuviera respaldado al 100% por dinero sin por ello mermar la capacidad de financiación del sistema. Wall Street consiguió paralizar dicha reforma, pero un estudio reciente del Fondo Monetario Internacional demuestra que su aplicación en la actualidad conllevaría numerosos efectos positivos, desde la reducción de la deuda a la estabilidad financiera.
En respuesta a la crisis de 2008, se ha propuesto la separación de las actividades de depósitos de las de crédito, un modelo conocido como de narrow banking o banca estrecha, por oposición a la banca universal. Su principal inconveniente es que, para no poner en riesgo los depósitos, solo se pueden invertir en activos seguros como, por ejemplo, bonos del Estado, y se prohíbe utilizarlos para el crédito, con lo que la economía pierde una fuente de financiación considerable.
Una forma de combinar la estabilidad definitiva de la banca estrecha con la capacidad de uso productivo de los depósitos de la banca actual es el modelo que propongo en mi libro La reforma progresista del sistema financiero, publicado por Libros de La Catarata. Se trata de confiar la custodia de la totalidad de los depósitos a un banco ciudadano, dejar en manos de los bancos, ya sean privados, públicos o cooperativistas, la actividad de crédito en régimen de libre competencia y permitir que el Banco Ciudadano de Depósitos preste a los bancos. Un modelo parecido es el que rige en Francia para el ahorro popular, custodiado por la Caisse de dépôts, creada en 1816, que gestiona del orden de 250.000 millones de euros a los que se da un uso productivo y rentable para el Estado a través de la financiación de vivienda social.
¿Por qué este modelo asegura la estabilidad y elimina la necesidad de los rescates? Porque los depósitos se encuentran en un circuito cerrado. En estas condiciones, la quiebra de un banco es una pérdida para sus accionistas y acreedores pero no pone en riesgo al sistema ni a los depósitos. Al permitir el préstamo mayorista por parte del Banco Ciudadano de Depósitos a los bancos, se obtiene una rentabilidad en beneficio de la colectividad, a la vez que los bancos disponen de una fuente segura, estable y competitiva de financiación.
Por último, el Banco Ciudadano de Depósitos devuelve soberanía al Estado frente a los mercados ya que, gracias a sus recursos, puede ejercer una función estabilizadora de la deuda pública que mantiene a distancia a los especuladores y protege al Estado de los vaivenes de los mercados y de la prima de riesgo.
En mi libro enumero otras ventajas nada desdeñables del Banco Ciudadano de Depósitos, explico la transición desde el modelo actual al propuesto y propongo una fórmula segura y transparente de gobierno del Banco. Es un intento de estimular en España, un país que sufre en grado mayor las consecuencias de un sistema bancario frágil por naturaleza, un debate necesario que ocupa ya miles de páginas en los países anglosajones, donde se reconoce que ha llegado el momento de contemplar soluciones más innovadoras, como propone Martin Wolf, editorialista jefe del Financial Times.
La necesidad del debate es igualmente el hilo conductor de las propuestas del libro: en el pulso entre poder financiero y poder ciudadano, el primero va ganando pero el segundo todavía puede reaccionar. Es una batalla que la socialdemocracia debe liderar.
Antonio Quero
coordinador de Factoría Democrática
Funcionario de la Comisión Europea
publicado por Libros de La Catarata.

4D: Cuatro retos para la soberanía andaluza


Voy a saltarme en este artículo la parte de diagnóstico de la situación andaluza porque ya nos lo sabemos y estamos cansados de oirlo y repetirlo. En Equo estamos para buscar soluciones, para reconocer las alternativas que está dando la sociedad andaluza a nuestros problemas. Y para darle forma de proyecto político de futuro. Sólo quiero señalar que tenemos que afrontar la crisis de régimen constitucional en la que estamos, con su carácter diferencial en Andalucía, sin perder de horizonte que tenemos que poner los cimientos y dar pasos firmes que nos conduzcan hacia una nueva civilización.
¿Por dónde empezar a romper el círculo vicioso de esta crisis sistémica? ¿Cómo iniciar un círculo virtuoso que ponga en marcha la transición hacia una Andalucía capaz de incluir a toda la ciudadanía, de cubrir sus necesidades básicas y de sentar las bases para que nuestra cultura popular del buen vivir y nuestra capacidad creativa pueda desplegarse?
Partimos de la visión de que tenemos que volver a acoplar la economía a su base productiva territorial asentando nuestra prosperidad en el buen uso de nuestros recursos naturales, sociales, culturales y humanos. Somos plenamente conscientes de nuestro enorme potencial y de nuestra abundancia de esos recursos, lo cual nos hace confiar en la capacidad de Andalucía de salir adelante. Para ello proponemos a la sociedad andaluza impulsar nuestra soberanía afrontando cuatro grandes retos.

I. Primer reto: la soberanía energética, que constituye el fundamento del nuevo modelo productivo y de consumo. Necesitamos impulsar decididamente la transición hacia un Nuevo Modelo Energético basado 100% en energías renovables. Andalucía depende hoy en un 80% de recursos energéticos que vienen de fuera de nuestro territorio, fundamentalmente gas y petróleo. La huella de carbono asociada a estas fuentes de energía es la principal responsable del desequilibrio de nuestra huella ecológica, superior hoy en tres veces al tamaño de Andalucía. La solución pasa en primer lugar por la apuesta por la economía solar que se nos presenta como la gran oportunidad de reactivación económica de la región. El urgente y necesario cambio de modelo energético y territorial es la gran oportunidad que tenemos para que Andalucía salga de su postración socioeconómica. Tenemos los recursos naturales, el conocimiento, las tecnologías necesarias y la base empresarial. El Parque Solar del desierto de Tabernas es la principal instalación de investigación e innovación en energía solar de Europa. Nuestras universidades cuentan con equipos de investigación punteros en todos los campos vinculados a la investigación sobre energías renovables y eficiencia energética. Tenemos cooperativas de productores y consumidores, como Zencer, preparadas para impulsar la producción solar distribuida con el objetivo de que todos los edificios de Andalucía puedan autoproducir la energía que precisan. Sólo falta el impulso político para ello. Y contamos con Abengoa, empresa líder mundial en la producción eléctrica termosolar, con tecnología desarrollada en Tabernas, que es el complemento indispensable de la producción descentralizada para poder sustituir a las centrales nucleares y térmicas de combustible fósil. Pero además contamos con importantes recursos para producir biomasa como subproducto de la actividad agrícola y forestal y con empresas de economía social que ya están desarrollando este potencial y que sólo precisan de impulso político para que su contribución sea más relevante. Para hacerlo posible desde Equo Andalucía estamos trabajando activamente en la Plataforma por Un Nuevo Modelo Energético y hemos presentado iniciativas al parlamento para que Andalucía se posicionara frente al Estado, tal y como han hecho otras comunidades autónomas, defendiendo al sector de las renovables frente al ataque frontal del Partido Popular.
¿Por qué el gobierno andaluz no hace del cambio de modelo energético una bandera de lucha contra el gobierno de Madrid? La sociedad andaluza no es plenamente consciente de que estamos inmersos  una batalla soterrada entre el viejo modelo fósil, que pretende exprimir con técnicas agresivas las últimas reservas no convencionales de gas y petróleo, y el nuevo modelo basado en la energía solar. Y pese a nuestro potencial de recursos naturales y nuestra tecnología hemos visto como se paraliza el desarrollo solar al tiempo que nuestra costa mediterránea, de Almería a Málaga se ve amenazada por las prospecciones petrolíferas agresivas. Hemos tenido que presionar al gobierno andaluz para evitar la amenaza de convertir Doñana en un gigantesco depósito de gas. Seguimos presionando al gobierno andaluz, desde la Plataforma Andalucía Libre de Fracking (PALF), para que cancele las autorizaciones concedidas para iniciar investigaciones preliminares para extraer gas mediante la técnica de la fractura hidráulica. La última y más reciente batalla la estamos librando a las puertas de Sevilla, presionando al gobierno andaluz para que suspenda los permisos de investigación concedidos a la empresa Oil & Gas Capital para realizar pruebas sísmicas, ya en marcha, en los municipios de Santiponce y Camas en la provincia de Sevilla, el denominado “Penélope”. Mientras las comunidades autónomas de CantabriaLa RiojaNavarra y Cataluña han aprobado en el último año leyes de prohibición del fracking en su comunidad Andalucía sigue expuesta. El gobierno andaluz sigue enredado en los intereses y la industria de la energía fósil y sólo reacciona ante la presión social y política.

II. Reto: la Soberanía Alimentaria de Andalucía.  La agricultura es uno de los principales recursos de Andalucía pero nuestros agricultores siguen estando postrados. Seguimos teniendo pendiente la reforma agraria para una mejor distribución de la tierra. Y seguimos teniendo pendiente que el valor añadido de base agrícola se quede en Andalucía. Pero además tenemos que cambiar el modelo de producción y distribución. Andalucía es hoy una potencia en agricultura ecológica, la agricultura del futuro. Pero está destinada fundamentalmente a la exportación a los mercados europeos. Tenemos que afrontar un triple reto:
En primer lugar tenemos que impulsar la transición desde el actual modelo agroquímico, que nos hace perder diversidad, sabor y calidad alimentaria, al tiempo que agota y erosiona nuestros suelos, contamina nuestros acuíferos  y es fuertemente consumidor de agua, energía y productos fitosanitarios, hacia un modelo agroecológico, libre de productos químicos que nos permitan garantizar una alimentación saludable, adaptado a las condiciones de cada territorio, que recupere la gran diversidad de semillas y especies frutícolas que teníamos.
En segundo lugar, tenemos que acercar la producción al consumo, apostar por la agricultura de proximidad, por los circuitos cortos de comercialización, por la asociación de productores y consumidores en cooperativas. Tenemos que desarrollar nuestro mercado interior demandante de productos de calidad procedentes de nuestra agricultura y ganadería ecológica.  Las áreas metropolitanas de Andalucía deben proteger y poner en producción los suelos agrícolas que aún conservan. Tenemos que crear parques agrícolas en las periferias metropolitanas generadores de empleo de calidad con mercados de proximidad, directos del productor al consumidor, en nuestros barrios y pueblos. Para ello es urgente revisar todo el planeamiento y dar marcha atrás en el proceso de urbanización de los suelos agrícolas. Por ello pedimos una moratoria urbanizadora en Andalucía. Y tenemos que elaborar estrategias de desarrollo comarcal que tengan su base en su potencial agropecuario, forestal, en su riqueza gastronómica, en el turismo gastronómico, cultural y natural, con una red de alojamientos en viviendas que permitan la inserción cultural de nuestros visitantes.
En tercer lugar tenemos que afrontar el reto de impulsar la industria agroalimentaria de transformación, de base cooperativa, de modo que el valor añadido de nuestros productos se quede en Andalucía. No sólo nuestro aceite se envasa y distribuye en gran parte fuera de Andalucía. Nuestros productos primarios de agricultura ecológica son transformados mayoritariamente fuera de Andalucía. Las cooperativas andaluzas agropecuarias con apoyo de nuestro sistema de universidades representan la base sobre la que desarrollar la industria de transformación.

III. Tercer Reto: La Soberanía económica con banca pública y una apuesta decidida por la relocalización de la economía con un nuevo modelo territorial
Para impulsar el cambio de modelo productivo de Andalucía necesitamos crear los instrumentos financieros que lo hagan posible. Y para todo ello precisamos fijarnos el objetivo de lograr la soberanía financiera y cortar las cadenas que nos atan a los intereses de los grandes bancos privados, que hoy marcan el rumbo de la política, en su propio beneficio, con la complicidad de los gobiernos de Europa. Es una batalla que desde Andalucía debe subir hasta el nivel europeo. Un autogobierno andaluz debe tener claro que sin una democratización y redefinición de las funciones del Banco Central Europeo no es posible la democracia económica ni el autogobierno. El gobierno andaluz constituyente tendrá que ser proactivo en la creación de la banca pública y beligerante ante Europa.
Es preciso poner en marcha ya una banca pública andaluza, socialmente cogestionada, y apoyar el fortalecimiento de capacidad de autogestión de los ahorros e inversiones de la ciudadanía andaluza a través de la creación de cooperativas de crédito firmemente ancladas en principios éticos, de economía social y con criterios de respeto a la naturaleza en todas las inversiones que se financien. En Andalucía contamos conservamos nuestras cajas rurales y contamos con iniciativas emergentes de banca ética como Triodos o Fiare y de cooperativas de crédito como la andaluza COOP57.
De este modo conseguiremos los recursos para invertir en nuestro futuro invirtiendo en los sectores claves para mejorar nuestra calidad de vida generando empleo. Ya hemos señalado el de la energía y la agroindustria. Añadimos un tercero.
Tenemos que afrontar el reto de la necesaria transformación de nuestros barrios y ciudades, de nuestros pueblos y comarcas, en ecobarrios, ecociudades y eco-comarcas. El principio sobre el que nos planteamos esta transformación es el de la autosuficiencia conectada. Cada edificio, cada barrio, cada ciudad, cada comarca, Andalucía como Región, se tiene que plantear como meta acercarse al equilibrio entre lo que demanda y lo que produce en circuitos semiabiertos, conectados, de modo que obtengan del exterior lo que no pueden producir dentro. Nuestros edificios, barrios, ciudades y pueblos pueden producir su propia energía. Nuestras comarcas y nuestra región con la diversidad y riqueza de nuestras comarcas pueden producir la mayor parte de lo que necesitamos e intercambiar mediante el comercio el resto.
El objetivo es relocalizar una economía como la andaluza fuerte globalizada. Actualmente Andalucía importa un 80% de lo que consume. Nuestra inserción en la economía global nos hace a la vez dependientes de la fábrica global y vulnerables ante las debilidades de una globalización basada en una energía fósil barata que mueve las mercancías por el mundo. Ante la crisis del modelo energético emergerá de nuevo la economía de base regional. Andalucía puede ser pionera en la relocalización industrial cambiando a un modelo de producción limpia de ciclo semicerrado, poniendo a trabajar nuestras universidades y centros de investigación para aportar el I+D+i que permita desarrollar la base tecnológica que lo haga posible. Y las comarcas emergen como territorio privilegiado para acoplar de nuevo la actividad económica a los recursos de todo tipo disponibles en el territorio.
Tenemos que asumir el reto de introducir orden en el desorden territorial introducido en los últimos años de Tsunami urbanizador. Nos hemos alejado de los modelos territoriales de ciudades mediterráneas compactas, diversas y complejas, que hoy son reconocidas como los modelos sostenibles, y hemos introducido modelos de ciudad dispersa, de influencia anglosajona, muy dependiente de la movilidad del automóvil privado. Por otra parte tenemos un patrimonio edificado energéticamente ineficiente y con graves síntomas de obsolescencia. Tenemos que asumir el reto de rehabilitar de forma urgente gran parte de nuestros barrios y edificios. Ello nos brinda la oportunidad de impulsar un amplio programa de rehabilitación sostenible de barrios y edificios. Las inversiones en ecoeficiencia tienen un retorno en forma de ahorro en consumo energético. Son pues rentables. Sólo precisan disponibilidad de crédito asequible. Tenemos y podemos  reducir en un 75% el actual consumo de energía, mejorando el aislamiento de las fachadas y cubiertas de nuestros edificios, y podemos lograr el autoconsumo de energía con renovables colocando placas solares en nuestros techos. Este ambicioso programa de rehabilitación ha de ser percibido como una inversión, puesto que nos permitirá recuperar en ahorro lo gastado, y una oportunidad de reconvertir y generar empleo en el sector de la construcción.
Y tenemos que cambiar el rumbo de nuestras políticas de movilidad y transporte. En las últimas décadas, tanto el gobierno andaluz como el estatal han priorizado las inversiones en crear grandes infraestructuras para el automóvil. Es el modelo de la era de la energía fósil y no sirve para la era de la energía renovable. Tenemos que dar un giro de 180º a esta política y orientarla hacia el impulso del ferrocarril electrificado como vía privilegiada de transporte de mercancías y personas. El ferrocarril debe vertebrar Andalucía, conectarla con Europa y África y articular nuestras áreas metropolitanas con servicios de cercanías eficientes, conectados con sistemas de metrobús y de redes e infraestructuras para el desarrollo de la bicicleta.
Por último, tenemos que dar un giro a nuestro sector turístico. Tenemos recursos culturales y paisajísticos que nos permiten cambiar el modelo de turismo de masas, gestionado por grandes turoperadores, por un modelo turístico gestionado de forma distribuida capaz de generar riqueza y empleo de forma también distribuida y continuada a lo largo del año. Tenemos la oportunidad de impulsar un turismo de viajeros, de personas que buscan la inmersión en nuestra cultura y no el consumo de productos prefabricados y estereotipados. Dirigido en primera instancia a los propios andaluces, a que conozcamos nuestro rico patrimonio cultural expresado en la diversidad de nuestras comarcas y la belleza de nuestros pueblos, en su gastronomía, en su arquitectura popular, en el saber popular de nuestras gentes.
Estos retos sólo los podremos afrontar con el motor de cuatro hélices que constituyen la administración pública, la sociedad, las universidades y las empresas andaluzas trabajando de forma cooperativa y alineada en torno a objetivos comunes. He aquí una política estratégica para la reactivación de la economía transformando nuestro modelo económico y territorial.

IV. Cuarto Reto: La Soberanía política. Estamos sin autogobierno cuando más lo necesitamos. “La debilidad socioeconómica andaluza, provocada por la mezcla de autoritarismo, centralismo y clientelismo tradicionales en España (y exacerbada por el franquismo), tuvo un momento de ruptura durante la transición gracias a la movilización social del 4D. El pueblo andaluz logró cambiar la historia y contribuir a un modelo de Estado equilibrado, que permitió romper con las tensiones centralistas de la clase privilegiada andaluza y española, y con las intenciones de asimetría fiscal de las burguesías nacionalistas vasca y catalana. En aquel momento el paso adelante dado por la sociedad andaluza fue decisivo. Si bien el potencial de cambio abierto no ha sido aprovechado en estos años, la crisis nos devuelve al punto de partida*”. El proceso constituyente abierto nos llama a los andaluces de nuevo a tomar el liderazgo en el cambio de nuestra propia comunidad y del modelo de estado. Andalucía puede liderar la construcción de un proyecto de Estado Federal. El primer derecho soberano de los pueblos es el establecimiento de la libre federación de las naciones que componen el estado. Pero Andalucía también puede contribuir a construir una Europa de los Pueblos establecida sobre la soberanía popular y no sobre la tiranía de los mercados financieros.
Para alcanzar la soberanía popular necesitamos crear las condiciones económicas y sociales que la hagan posible y ahí juega un papel fundamental la Renta Básica Universal, incondicional. No hay libertad, ni emancipación, ni soberanía, sin crear las condiciones materiales para ello. Esta herramienta nos permitirá el reparto del trabajo socialmente necesario, al ser compatible con el trabajo a tiempo parcial. Y eliminará la presión productivista que hoy justifica cualquier actividad, por nociva que sea, si crea empleo.

Necesitamos soberanía energética, alimentaria, económica y sobre nuestros recursos naturales y nuestra biodiversidad, necesitamos una renta básica universal: Sólo serán posibles con soberanía política. Pero la soberanía política no reside ni en el gobierno andaluz ni en el parlamento andaluz. Reside en el pueblo andaluz que debe dotarse de las herramientas para ello.
Al mismo tiempo debemos comprender que no podemos defendernos de la principal amenaza para nuestro futuro, el cambio climático  sin federar nuestra soberanía. Andalucía tiene que hacer su parte de deberes en la lucha contra el cambio climático y aquí hemos indicado cual es el camino. Pero sin un gobierno mundial asentado en una ciudadanía mundial, sin una federación libre de pueblos y naciones, no será posible proteger nuestro clima, ni poner a la economía al servicio de la sociedad, ni garantizar el justo reparto de la riqueza de la Tierra. El universalismo andaluz tiene que afrontar los retos globales creando alianza entre pueblos para hacerlo posible.
Andalucía tiene una base firme sobre la que asentar la nueva civilización. Una civilización que habrá de resolver la ecuación de orientar la economía hacia el bien común dentro de los límites del planeta. Basada en el principio de cooperación y no en el de competencia. Con mecanismos de redistribución de la riqueza que permitan asegurar a toda la población lo preciso para una vida feliz. La sociedad andaluza tiene una sabiduría asentada en su cultura popular, su espíritu acogedor su cultura del buen vivir y su carácter solidario, autogestionario, creativo y universal.
El proceso constituyente no puede abordarlo un partido sólo. Ni siquiera el partido que hoy es depositario de las esperanza de cambio. Llamo aquí a la responsabilidad de Podemos para comprenderlo a tiempo. Porque sólo tenemos una rendija de oportunidad y se puede cerrar sin que la aprovechemos. Tenemos que construir las bases para una democracia directa desarrollando al máximo los mecanismos de deliberación ciudadana y consulta vinculante así como el poder de revocación. Cambiar las reglas de juego es tarea colectiva y plural, no de partido único.
El proceso de cambio civilizatorio aún menos lo puede desarrollar un único partido. Llamo a la responsabilidad de PODEMOS para liderar el proceso contando con una alianza plural de actores de cambio. EQUO ha nacido como proyecto de largo recorrido. En tres años hemos construido las bases de una democracia horizontal y un proyecto político con ideas cargadas de futuro con vocación de cooperación política. No se puede movilizar a toda la ciudadanía desde un partido único de los de abajo. Es preciso reconocer y construir la unidad de los de abajo en la diversidad de proyectos y visiones de futuro. Tenemos que estar todos a la altura del reto y de la oportunidad. No la dejemos escapar.
* Del Documento de Estrategia Política de Equo Andalucía, I Asamblea, Diciembre de 2012
Esteban de Manuel
Coportavoz de Equo Andalucía