El grupo parlamentario de Podemos Andalucía presentó
el pasado 6 de marzo de 2018 un texto alternativo al PROYECTO DE LEY con
el que la Junta de Andalucía trata de actualizar la LEY CONTRA LA
VIOLENCIA DE GÉNERO de 2007. El texto alternativo recoge las principales
reivindicaciones del movimiento feminista y plantea un cambio de
definición de las violencias machistas que parece tan urgente como
necesario. Propone trascender la “concepción reduccionista y
victimizante de la violencia de género, entendida como la que sufren las
mujeres por el hecho de serlo, a manos de sus parejas o exparejas a un
nuevo concepto de violencias machistas […] para entenderlas como
aquellas que ejercen los hombres sobre las mujeres con el fin de
mantener el supremacismo y los privilegios que se le atribuyen por el
hecho de serlo. […] Este cambio de enfoque obliga a plantear todo un
capítulo de medidas de prevención específica dirigidas a hombres y
potenciales agresores que permitan actuar sobre la base cultural que
reproduce y prevenir su riesgo”.
Estas medidas suponen la primera propuesta
legislativa para incorporar a los hombres y los niños a la lucha por la
igualdad y contra las violencias machistas que llega al Parlamento
Andaluz. Aunque ninguno de los grupos se opuso a estas medidas el texto
fue rechazado y ahora toca tratar de introducirlas en forma de enmiendas
a la propuesta del PSOE-A.
La necesidad de incorporar a los hombres a la lucha
por la igualdad es un objetivo del movimiento feminista global desde la
IV CONFERENCIA MUNDIAL SOBRE LA MUJER celebrada en Beijing en 1995, que
“alienta a los hombres a que participen plenamente en todas las acciones
encaminadas a garantizar la igualdad de mujeres y hombres”. Desde
entonces han sido muchas las resoluciones y recomendaciones de los
organismos internacionales en este sentido. La más reciente es la del
CONVENIO DE ESTAMBUL que establece que “Las Partes tomarán las medidas
necesarias para animar a todos los miembros de la sociedad, en
particular los hombres y los niños, a contribuir activamente a la
prevención de todas las formas de violencia”.
En nuestro país la Comunidad Autónoma Vasca plantea,
en su PLAN PARA LA IGUALDAD DE MUJERES Y HOMBRES de 2006, “medidas para
fomentar la implicación de los hombres como un complemento necesario” y
crea el PROGRAMA GIZONDUZ, que depende del Instituto Vasco de la Mujer.
El Ayuntamiento de Jerez de la Frontera creó en 1999 el PROGRAMA DE
HOMBRES POR LA IGUALDAD que sigue funcionando. Más breve y menos
conocido fue el programa de la Diputación de Sevilla entre 2004-2006. El
ejemplo actual más ambicioso es el SERVEI DE ATENCIÓ A HOMES (SAH) y el
programa CANVIEM-HO del Ayuntamiento de Barcelona.
Aunque estas experiencias han demostrado la
viabilidad y la conveniencia de trabajar con hombres, y cada vez son más
las expertas, técnicas, responsables de políticas públicas y activistas
que se plantean la necesidad de políticas feministas para hombres, hay
que reconocer que existen muchas resistencias a estas iniciativas, sobre
todo por parte de los hombres con responsabilidades políticas que
evitan comprometerse con el cambio de los hombres, pero también por
parte de algunas mujeres que temen que las mismas diluyan su liderazgo
en la lucha por la igualdad y contra las violencias machistas.
Hay una falta de interés que se traduce en recortes
de los programas e iniciativas dirigidas a los hombres; recortes que
también sufren el resto de las políticas de Igualdad pero que, en este
caso, dada la precariedad de la que partían, los lleva al borde de la
desaparición. Un precedente lo encontramos en el TELÉFONO DE ORIENTACIÓN
PARA HOMBRES que puso en marcha la Delegación del Gobierno para la
Violencia de Género en 2009 y desapareció con el Ministerio de Igualdad.
De las 212 medidas que recoge el PACTO DE ESTADO
CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO, solo 11 pueden considerarse
específicamente dirigidas a hombres, y solo dos pueden considerarse
preventivas, ambas dirigidas a jóvenes: la 5 y la 195. Las otras se
centran en el maltratador y tienen un carácter punitivo.
El texto de Podemos plantea la necesidad de que las
administraciones públicas de Andalucía promuevan “programas y
actuaciones de prevención de todas las formas de violencias y
desigualdades de género dirigidos específicamente a hombres”, y para
garantizar el adecuado desarrollo de las medidas que detalla propone la
creación de un “Programa Andaluz de Igualdad y prevención de violencias
machistas para Hombres […] encargado de promover, apoyar, coordinar y
evaluar las actuaciones en esta materia de todas las administraciones en
Andalucía”, dejando claro que “los programas y actuaciones en esta
materia contarán con financiación propia que no podrá detraerse ni
significar merma de la financiación de los programas de igualdad y
violencias machistas ya destinados a mujeres” y que “Los programas de
intervención con agresores potenciales […] serán acreditados y
supervisados por los organismos públicos responsables en materia de
Igualdad y no podrán compartir recursos o instalaciones con los de
atención a víctimas de las violencias machistas”.
El texto propone también “El estudio de los modelos
de masculinidades hegemónicas y de su relación con las causas de las
violencias machistas” o “las motivaciones, circunstancias y
consecuencias de las violencias de género para los hombres que las
practican”, dos temas imprescindibles para conocer y prevenir las
motivaciones y las causas estructurales de estas violencias.
Si coincidimos en la imposibilidad de erradicar las
violencias machistas sin acabar con el machismo, y la de acabar con el
machismo sin que cambien los hombres, habremos de concluir que es
urgente y necesario articular políticas feministas dirigidas a los
hombres. Por eso las enmiendas que se van a presentar en este sentido al
texto del PSOE-A pueden y deben contar con el apoyo de quienes quieran
erradicar las violencias machistas, más allá de las diferencias
partidarias, y muy especialmente con el de los hombres y los diputados
que dicen estar por la Igualdad.
Jose Ángel Lozoya.
Hilario Sáez Méndez.
Jesús Casado Rodrigo
Hilario Sáez Méndez.
Jesús Casado Rodrigo
Los tres autores pertenecen a los colectivos Foro de hombres por la Igualdad, Red de hombres por la Igualdad y a la Fundación Iniciativa Social. Hilario colabora con la Secretaría de Feminismos de Podemos Andalucía.
0 comentarios:
Publicar un comentario