En mi
reflexión tras las elecciones europeas, intenté analizar como
quedaba el panorama político tras el ascenso fulminante de PODEMOS y
el fracaso relativo del resto de candidaturas que se presentaban como
ALTERNATIVAS al sistema político actual.
Por
diferentes causas, que van desde el personalismo de sus cabezas de
lista, hasta los discursos planos y no emocionantes e incluyentes, o
demasiados técnicos, o simplemente reproductores de ciertos tics del
viejo sistema de partidos, la verdad es que la mayoría de la gente
que quiere un cambio radical y sustancial, y que en estos momentos
son muchos, diría muchos más que en los últimos 20 años de vida
política de nuestro sistema “democrático” o mejor dicho del
Régimen del 78, ha percibido a PODEMOS como la herramienta más
cercana, más potente e ilusionante que se desplegaba sobre la mesa.
Muchos
dirán que el efecto mediato de algunos de sus líderes, y yo digo
que es posible que parte del éxito sea ese, pero no podemos
percibirlo como un elemento negativo, bien al contrarío, es un éxito
que tenemos que explotar, analizar y repetir, mejorando todo lo
posible, para conseguir nuestros objetivos.
Si el
resto de actores que estábamos trabajando iniciativas unitarias, no
fuimos capaces, o no vimos ese hueco entre las rendijas del PODER, no
desmerece el mérito de quien lo han conseguido. Ya sabemos el cuento
del zorro que no podía cogerla uvas, y por más que lo intentó
terminó diciendo que las uva no estaban maduras.
Ya
sabemos el espíritu cainita que siempre ha imperado en las filas de
los oprimidos, la izquierda, etc. lo que cada cual quiera
identificar. Pero el esfuerzo de contextualizar el momento, la
humildad que requiere reconocer que los métodos de algunos han
funcionado, y el necesario análisis de la realidad, deben
anteponerse a los argumentos miopes y de corto alcance, que a la
postre sólo son justificación de mal perdedor.
Partiendo
de mi postura personal de persona no afiliada a partidos alguno, que
es la mayoría de la población española, entiendo que debemos
trabajar en los lugares comunes siempre que representen los anhelos,
aspiraciones y metodologías que estamos propiciando en nuestros
discursos. De una forma muy práctica tal vez, pero al fin y al cabo,
que es un partido o movimiento político (a mí me gusta más este
concepto) que una simple herramienta para conseguir objetivos
consensuados por la mayoría.
Ni culto
a siglas, ni análisis historicistas que tienen otros lugares más
académicos y reflexivos, pueden justificar que no nos unamos en
torno a la mejor herramienta que en muchos años ha surgido a favor
de las mayorías.
Por otro
lado comparto el temor, las precauciones y cierto distanciamiento
intelectual sobre el proyecto PODEMOS. Cualquier persona inteligente
y con experiencia en las luchas sociales debe tener el principio de
precaución en alto valor, pero éste no puede anular la ilusión, el
análisis concreto del momento y el sentido exclusivamente funcional,
para dar el paso que se requiere, sabiendo que puede llegar el
momento de retirar el pie si es necesario.
Muchos
militantes de este país, iniciamos con ilusión nuestras luchas en
las antiguas CCOO de la clandestinidad, y aunque algunos decidimos
abandonarla tempranamente y otros más tarde en el tiempo, no
desmerece en nada el trabajo fantástico que las CCOO realizaron en
los años, 60 y 70 en un desierto político y social.
En
aquellos momentos nadie dudaba en trabajar dentro porque era la única
opción decente, fueras de una ideología política u otra.
Podríamos
poner otros ejemplos, y todos nos llevarían al mismo lugar común de
las necesidades concretas en el tiempo y el espacio.
Quizás
en un tiempo futuro, si conseguimos nuestros objetivos de regenerar
la vida política, dar la vuelta a las causas sociales, y cambiar el
esquema de valores jurídicos y constitucionales, o al menos parte de
ellos, tengamos que hablar de que PODEMOS no ha cumplido el papel
para el que se creó. Pero ya sabemos lo que decía Sócrates sobre
la historia, pasar por los mismos lugares pero en un estado superior,
etc.
PODEMOS
aún es un libro en blanco, eso da muchas posibilidades de escribir
páginas bonitas de la lucha social de este país, no desmerece la
lucha de otros grupos y partidos en el pasado o en el presente, pero
cada tiempo tiene sus héroes y sus villanos.
De
momento, los círculos o asambleas, son abiertas y a nadie se
pregunta si es de partido o asociación alguna, y creo que así debe
seguir, porque es garantía de inclusividad y de algo aún más
importante. Si el proyecto que representa PODEMOS fracasa, no dejará
un desierto absoluto, sino que los grupos o colectivos que trabajan
dentro hoy podrán recuperar algo de su espíritu, y con el tiempo
reconstruir otra herramienta. Nos guste o no HA SIDO LA HISTORIA DE
LA LUCHA SOCIAL en los últimos tres siglos.
Para
aquellos que tienen sus siglas y las llevan con orgullo, sean de
partidos o de grupos sociales, la mejor garantía de futuro para el
proyecto que quiere representar PODEMOS es que sigan manteniendo sus
organizaciones. El verdadero éxito de PODEMOS podría ser que se
convirtiera en un resumen de toda la lucha social y política, tanto
del pasado y de esa gente que tiene canas y ha mantenido con esfuerzo
la llamita de la libertad en tiempos muy duros, como de toda la gente
joven o no tan joven que ha descubierto su vocación o su necesidad
de actuar en política a partir del 15M.
Por estas
razones, he iniciado mi andadura en PODEMOS. No renuncio a nada de lo
que he realizado antes, ni los intentos de confluencia, muy positivos
y sobre todo bien intencionados. A mi ideología libertaria y no
sectaria. A los trabajos de confluencia y unidad que deben seguir en
las municipales y posteriormente en autonómicas y generales, en las
que estoy implicado plenamente. Porque no entro de forma
incondicional poniendo en riesgo mis criterios éticos ni mucho
menos. Y porque siempre tendré en cuenta el sentido práctico de la
herramienta, el sentido ético de los métodos que nos pueden llevar
al éxito, que en ningún caso son “que el fin justifica los
medios” sino al contrario. Y por que la gente no sólo a VOTADO el
25M, sino que ha indicado un camino por donde encontrarnos, y no
podemos empeñarnos en llevar siempre la contraria a la gente cuando
está dispuesta a la pelea, porque los militantes de siempre, no
somos la única luz del mundo, ni el ombligo del universo.
Acompañemos al pueblo, sin quitarnos nuestra mochila de
sentimientos, pero dejemos por el camino recelos injustificados,
envidias orgánicas inútiles y análisis mezquinos.
Seamos
tan naturales, como los miles de personas anónimas que se han
incorporado al proyecto, han votado si miedo al mismo, o están
esperando la próxima ocasión para dar el salto.
Yo ya he
saltado, pero si en el futuro tengo que volver a saltar con el tren
en marcha, sabré cuando, porque no será la primera vez.
Federico Noriega González
0 comentarios:
Publicar un comentario