Imagen tomada de http://www.subexplorers.com/tratado-libre-comercio-ceta/
El pasado 15 de
febrero el parlamento europeo aprobó de forma provisional el tratado
comercial con Canadá, el CETA, versión del TTIP con EEUU paralizado
en estos momentos.
Sin esperar
siquiera al dictamen de los Tribunales de Justicia europeos, donde se
dilucida si algunos de sus artículos violan los derechos ciudadanos
y de los estados del UE en materia de medio ambiente, derechos
laborales, derechos de los consumidores, etc. y en definitiva el
espíritu jurídico de los derechos sociales y democráticos de la
Unión.
Y lo peor de todo
es que la socialdemocracia en su mayoría ha apoyado esta aprobación,
contraviniendo las campañas de sus aliados naturales, sindicatos
europeos y canadienses, movimientos ecologistas y de derechos
humanos, etc. En algunos casos divididos como en Francia, pero a la
postre profundamente despistados sobre su papel en la unión europea
y en el contexto internacional.
Han dejado de ser
herramienta de cambio y defensa de los derechos humanos, para ser una
pieza más de las políticas neoliberales que desde la Troika se van
imponiendo en la UE a pesar del descontento y la creciente
desafección de la ciudadanía europea hacia sus representantes.
Es curiosa la
desidia y la incoherencia del PSOE de aprobar mociones ciudadanas de
las diferentes plataformas NO TTIP-CETA con los voto favorables en el
Parlamento de Andalucía y en Ayto. de Sevilla, y luego votar en
bloque con el PP europeo y los grupos Ultraliberales a favor de este
polémico tratado comercial que favorece los intereses de las grandes
corporaciones y multinacionales en detrimento de la soberanía
ciudadana, las pequeñas empresas locales y los agricultores medianos
y pequeños que en Europa son la inmensa mayoría.
No saben cómo
salir del atolladero en el que están en la mayoría de los países
europeos, cercados por los ultranacionalismos, la extrema derecha
xenófoba y antieuropea y los nuevos partidos de la izquierda que
afloran por doquier para dar respuesta a la ciudadanía que se siente
indefensa y sola ante el empuje de los grandes poderes especuladores
y comerciales.
Si bien el
comercio con Canadá no es muy grande en términos económicos, no
podemos olvidar que Canadá es fronterizo con EEUU, que a la vez
tiene un acuerdo con USA similar al CETA y que muchas corporaciones
norteamericanas tienen sedes comerciales en Canadá como estrategia
comercial para su expansión internacional. Por tanto podrán
colocarnos todos esos productos agrícolas con muchos menos controles
sanitarios, fabricados prácticamente en serie y en grandes
supercadenas que son una competencia gigantesca con la mediana y
pequeña empresa de nuestro territorio, y que al final terminarán
obligando a los gobiernos según este tratado a “ favorecer
legalmente los beneficios e intereses comerciales de dichas
corporaciones”. Podrán pleitear con las administraciones
nacionales o locales contra clausulas sociales, subidas de salarios
mínimos, reglamentación sanitaria, medioambiental o laboral, si con
ello se socaban los beneficios y los interés de las mismas.
Por desgracia
cada día queda más claro el papel subsidiario que el PSOE y la
socialdemocracia europea actual juega a favor de los intereses de
estas grandes corporaciones y las políticas neoliberales, y en
contra de sus propios discursos vacíos contra la crisis y los
recortes.
Desde PODEMOS
tenemos claro que combatir la desigualdad y construir una UE de
derechos y libertades, supone la firme defensa en todas las
administraciones donde estemos representadas, los parlamentos y
llegar hasta los tribunales superiores si hace falta llegado el
momento.
Queda el trámite
importante de aprobar dicho tratado CETA en los parlamentos
nacionales de cada miembro de la UE, ahí tendremos una nueva batalla
política y se verá de nuevo la coherencia o NO de los que dicen
defender los derechos humanos y democráticos de la ciudadanía. La
calle tendrá que decir muchas cosas en este sentido y cada cual que
se retrate como quiera. Nosotros nos mantendremos firmes para
demostrar que otra Europa, otra política y otra forma de representar
los intereses de la mayoría social es posible y necesaria.
Federico Noriega
0 comentarios:
Publicar un comentario