LA GESTIÓN DE LAS EXPECTATIVAS – 22M: notas sobre las elecciones andaluzas para el futuro inmediato de la izquierda


1. Qué cruel puede llegar a ser la gestión de las expectativas... Del mismo modo que el 8% de Podemos en las europeas de 2014 fue más allá de su realidad aritmética y abrió un nuevo escenario político, el resultado andaluz y la confrontación entre las expectativas y los resultados vuelve a provocar un cambio de escenario. El PSOE vuelve a ser alternativa al PP, y el estancamiento o incluso declive de Podemos en las últimas encuestas se acentuará. Las elecciones nunca son extrapolables, pero sí condicionan los estados de ánimo y opinión colectivos. Las declaraciones de Íñigo Errejón y Carolina Bescansa sobre el avance de Podemos en Andalucía son equivalentes a las de Cayo Lara tras el insuficiente crecimiento de IU en las elecciones europeas: son argumentos tan ciertos como irrelevantes. Ya no puede decir Pablo Iglesias eso de "yo soy (toda) la oposición", no puede plantearse como alternativa transversal. Podemos tiene que revisar su proyecto y se abre un nuevo momento para la izquierda.
2. Los (casi) idus de marzo son caprichosos. Los estrategas de lo del PPSOE y "ni izquierdas ni derechas", queriendo asegurarse ocupar la totalidad del espacio político, han puesto las condiciones para la irrupción de otro actor político, Ciudadanos, que parece que será fundamental en casi todos los parlamentos y ayuntamientos. Queriendo impugnarlo todo, han puesto las condiciones cognitivas y discursivas para que un partido neoliberal y neoliberalizante pueda terminar teniendo la llave de todo (menos de Cataluña y Euskadi). Cuídate de los idus de marzo...
3. Historia de dos discursos (y medio). El PSOE de Andalucía y Podemos han opuesto dos discursos, en los que el de los socialistas ha terminado imponiéndose. Se han diferenciado en, al menos, los siguientes aspectos:
Prioridad: Austeridad (PSOE) / Corrupción (Podemos)
Enemigo: La derecha, el PP, Rajoy (PSOE) / El régimen, la casta, el bipartidismo (Podemos)
Cultura política: Pacto con todos menos con los extremos PP/Podemos (PSOE) / Victoria o muerte, pactar es traicionar (Podemos)
Andalucía: es lo primero, incluso "humilla" al secretario español durante la campaña (PSOE) / es un paso más en la estrategia del partido, "el cambio empieza en Andalucía" (Podemos)
Entre estos dos discursos Izquierda Unida no ha tenido un discurso propio, y probablemente no podría tenerlo. Las condiciones estructurales son así. Se ha tenido que limitar a un medio discurso, de patriotismo de siglas, principios e historia: hacer la apuesta por la identidad más que por la funcionalidad.
4. No lo llame indolencia, llámelo complejidad. No es que el electorado andaluz no castigue la corrupción, es que el voto termina siendo una herramienta de simplificación de decisiones complejas, y probablemente muchas personas piensan que responsabilidades legales y políticas, por un lado, y acción legislativa y de gobierno, por otro, son ámbitos diferenciados.
5. Sí, las expectativas otra vez. ¡Pero es pasar de 0 a 15 escaños! ¿Por qué hay que replantearse nada? Pues porque hay que insistir en que las cosas no suceden en el vacío... El 14,1% de los votos y los 13 escaños puede ser un buen resultado para una fuerza política como Izquierda Unida, pero en las elecciones andaluzas de 1996 llevaron a la dimisión ipso facto de su candidato, Luis Carlos Rejón... porque bajaban pero, sobre todo, porque rompían completamente las expectativas. El 14,8% y los 15 escaños de Podemos le deberían llevar a una reflexión, porque son resultados que no cuadran con la expectativa de abrir por sus propios y exclusivos medios un proceso constituyente. Y es que el 14,1% de la IUCA de 1996 se tradujo en un 10,6% en España (las elecciones fueron simultáneas a las generales); y el 19,1% de 1994 con sus 20 escaños fue un 13,4% en España (las elecciones fueron simultáneas a las europeas). ¿Dónde coloca esto el 14,8% de Podemos en las estas elecciones? No hay extrapolaciones perfectas, está claro: pero explícaselo a tu ánimo.
6. Yo a Grecia y tú a Italia. El sueño de Syriza puede provocar el monstruo italiano. De tanto mutatis mutandi más que una “Syriza española” se puede terminar en un partido anti-establishment a lo Beppe Grillo: minoría tan ruidosa como inútil. Las estructuras del espacio público empujan a los actores políticos a hacer cosas que no son las que considerarían óptimas, tanto a partidos como votantes. Son las que empujan a Podemos a parecerse a Grillo con su denuncia indiscriminada de la casta; por no renunciar a nada se puede terminar perdiendo todo significado. Es una competencia electoral que puede condenar a la izquierda a la irrelevancia de SEL, el partido de la izquierda italiana 4-5%. Incluso Albert Rivera, puede lograr lo que no hizo Monti: que el partido neoliberal marque los próximos gobiernos. Ni rastro de Syriza.
7. ¿Cómo se puede evitar la italianización española? Pues creo que la respuesta no está en Madrid. Quizás haya que buscarla en candidaturas municipales de unidad; en particular, la de Barcelona con Ada Colau y su coalición de partidos, organizaciones y activistas. El segundo factor para romper con el modelo italiano es la izquierda nacionalista. Cataluña, Galicia, Valencia, Baleares... son también un factor para evitar ese escenario. Quizás no es hora de machos alfa, se llamen Pablo o Alberto, sino de mujeres como Ada Colau o Mónica Oltra. Y más que de movimientos indiferenciados y totalizantes sea la hora de acordar entre mestizos.
Veremos...


Rosa Deele

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