Los manantiales
subterráneos de Sevilla y su Aljarafe en eminente PELIGRO.
En nuestro post El diseño de Doñana
(http://accionpoliteia.blogspot.com.es/2013/07/el-diseno-de-donana.html),
nos hicimos eco del proyecto ALBERO, que pretende
convertir parte del subsuelo de Doñana en almacén de gas
para redistribuir a través de una red de gaseoductos.
También hemos hablado con detalle
de la técnica fraking de extracción no convencional de
hidrocarburos (http://accionpoliteia.blogspot.com.es/2013/07/fractura-hidraulica-fracking.html)
Queremos llamar la atención ahora
sobre el proyecto PENÓLOPE, que afecta a 18
municipios de la provincia de Sevilla, incluidas la capital
y la mayoría de su Aljarafe, para buscar posibles yacimientos de
hidrocarburos NO convencionales.
El proyecto PENÉLOPE está
pasando desapercibido, ¿casualidad?
Todo arranca el pasado 10 de abril
de 2012, cuando la Junta de Andalucía hace pública la concesión
de tres permisos, a la empresa Oil & Gas Capital, S.L., para
investigar los posibles yacimientos de hidrocarburos no
convencionales en las provincias de Jaén (proyectos
ULISES II y ULISES III) y de Sevilla (proyecto PENÉLOPE).
Además, existen otras solicitudes y permisos que afectan a
Córdoba, Cádiz y Huelva.
El método de extracción de
hidrocarburos NO convencional lleva algo más de una década
utilizándose, de modo intensivo, en los EE.UU. de América, donde
varios de sus Estados han prohibido su uso. En Europa, Francia por
ejemplo, también lo ha prohibido.
La posibilidad real de
contaminar las aguas subterráneas ha quedado puesta de
manifiesto por las numerosas denuncias ganadas, por particulares, en
los EE.UU.
Es cierto que los hidrocarburos de
roca de Esquisto pueden mantener, durante un tiempo determinado, el
uso de las energías de origen fósil pero no es menos cierto, como
las evidencias han puesto de relieve, que este tipo de energía
contribuye sobremanera a las emisiones de CO2 y, por tanto, al
calentamiento global.
La respuesta inteligente,
si se quiere conservar unos estándares tecnológicos de vida
determinados, debe pasar por la disminución del consumo
despilfarrador al que estamos acostumbrados, hacer un uso más
eficiente de los recursos disponibles y, sobre todo,
generalizar un modelo tecnológico basado en las energías
renovables que son más limpias y sostenibles pero, sobre
todo, es imprescindible poner en valor, la
necesidad de continuar desarrollando los programas de I+D+i,
programas estratégicos y de vital importancia para cualquier
sociedad que se precie.
Recordemos, es
lícito buscar estrategias que nos permitan alcanzar el mayor grado
de soberanía energética posible, pero jamás puede ser a costa de
poner en peligro, aunque sea por accidente, los acuíferos
subterráneos de los que nuestro territorio está tan bien
abastecido. La contaminación de las aguas subterráneas sería una
tragedia irreversible. Sin hidrocarburos se puede vivir
(existen alternativas, entre otras, las renovables), pero sin agua la
vida sencillamente no es posible.
Sin agua, no hay vida.
Isidro Maqueda
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