Todos solemos
tener nuestros extraños vicios. Unos confesables y otros, los que
merezcan la calificación como tales, no. Uno de los míos es
leer ensayo sobre política. Estudios sobre economía, reflexiones de
sesudos analistas e incluso, y quizás esto sea lo más inquietante,
biografías de políticos. No sé de donde me viene esta afición.
Incluso he pensado en dejarlo abandonándome a lecturas más
gratificantes. Comentándolo con mi circulo de amistades más
próximas me han insistido sobre la conveniencia de sumergirme en los
clásicos. Recuerdo con frecuencia la insistencia con que mis amigos
me señalan una lectura pausada de García
Márquez, Philip
Roth,
Javier
Marías….
Sin
embargo, el peso y la calidad del vicio se puede medir por el avance
del mismo y por la insistencia en recaer en él. Y así ha sido. Me
ha dado por entrar en las páginas web de los think tank de los dos
grandes partidos políticos. IDEAS
de los progresistas y FAES
de los conservadores. Por lo general presentan estudios interesantes
de diversas materias: energía, educación, economía. Incluso, en el
caso de FAES, analizan la política internacional. Creo,
modestamente, que el sesgo ideológico palpita en las dos entidades,
presentando un carácter más agresivo en FAES. Lo afirmo porque pasé
un mal rato leyendo la reflexión de Manuel
Pastor,catedrático de Ciencia Política
de la Universidad Complutense y ex-director del Colegio Complutense
de la Universidad de Harvard. Tal ensayo aparece en la revista de
FAES de Abril-Junio de 2009 bajo el anticipatorio título de “El
pensamiento político de Barack Hussein Obama”.
En
tal artículo hay referencias continuas, cargadas de evidente mala
leche, sobre las características físicas de Obama, absolutamente
irrelevantes para el hilo argumental y que, por su propia evidencia,
todos ya sabemos:
“Quienes
serían las primeras“celebrities” políticas en avalar al
candidato negro en un mitin en el que se habló precisamente del
“Legado de Kennedy”. (p
52)
“Parece
que a algunos Obama les recuerda a Kennedy en sus poses y su estilo
retórico, pero a mi juicio el irlandés resultaba más auténtico, y
el mulato más actor.”
(p 53)
“Reconocía
que el candidato mulato era el primer afroamericano “clean and
articulate” (p 57)
Hay
un pasaje, con su mención a la superioridad de Sarah
Pallin y su forzada intención de
vincular a Hillary
Clinton y a
Obama a la extrema izquierda, que alcanza extremos de indisimulado
patetismo:
“En
el caso de Mrs. Clinton, aparte de su escasa experiencia ejecutiva y
dudosa capacidad para las relaciones internacionales (muy inferior a
las de la gobernadora de Alaska, Sarah Palin), hay un dato
biográfico-ideológico del pasado que los une y que es poco conocido
por la opinión pública (los grandes medios progres por supuesto han
intentado ocultarlo): ambos proceden del corrupto ambiente político
de la izquierda en Chicago y, lo más curioso, ambos tuvieron el
mismo gurú ideológico: Saul Alinsky (1909-1970), un intelectual
radical, hijo de emigrantes judíos rusos, autor de los libros
Reveille for Radicals(1946) y Rules for Radicals (póstumo, 1971),
auténticas guías ideológicas y organizativas para la extrema
izquierda.”
Desde luego, el documento invita a pensar, pero sobre lo que hay fuera de él. Por encima de la formación, de Harvard, de Complutenses, de cátedras y másteres, de fundaciones y de think tanks, está el rigor ,la educación y el respeto. Y aquí escasean de forma clamorosa.
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by Jesús J. Ferreiro
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