AGENCIAS DE RATING. REFLEXIONES



Afirmar que vivimos en un mundo complejo no es ninguna novedad. Como dice Innerarity el mundo como sistema complejo se caracteriza porque no se pueden controlar al mismo tiempo y de la misma manera todas las variables que intervienen en él. Esa elevada complejidad alimenta un continuo alejamiento de la sociedad de los hombres. Habermas sostiene que no podemos abarcar con un simple golpe de vista lo que sucede, lo que pasa. La cuestión se complica aún más si echamos la  vista a los mercados financieros , los que nos han llevado a toda velocidad hacia ninguna parte.



El ciudadano no sabe ni puede saber lo que se guisa y se cuece en los fogones financieros, ajeno a un riesgo que se cierne sobre él. Un riesgo invisible que se oculta tras un ropaje de "nihil obstat" emitido por gurús económicos  , organismos de control y agencias opacas. La invisibilidad del riesgo ,que diría Beck. Todo parecía funcionar , irrompible como un titanic financiero,  hasta que se generó la chispa de ignición que nos hizo saltar por los aires. En el fondo no hemos sido más que víctimas de una opacidad y una  falta de transparencia que ha lesionado también los elementales resortes de nuestras democracias. Y ahora, en medio de una onda expansiva que parece no cesar , nos seguimos preguntando cómo dar arreglo a esta situación.



Y en este contexto, aparecen siempre las agencias de calificación crediticia, como actrices o prima-donnas de una crisis que se renueva como un virus inteligente y malicioso. Cada cierto tiempo , cuando nos quitamos de encima  los cascotes de los edificios derribados de la economía volvemos a oír las sirenas de las agencias que amenazan con bombardearnos con nuevas calificaciones. Y seguidamente,  por supuesto, caen esos dañinos artefactos llenos de  letras, AAA, AA+, A .... No le daríamos importancia si no nos afectara. Pero si hemos aprendido algo de la Gran Crisis es que al final, de una u otra manera, lo terminamos pagando. Más paro, más impuestos, menos dinero, menos ilusión , menos crecimiento, menos felicidad.



Todos coinciden en el papel que han desempeñado estas empresas en la Gran Depresión que vivimos. Un Informe del Congreso de los Estados Unidos señala de forma taxativa que "esta crisis no hubiera ocurrido sin las agencias de rating".
Pero ¿Cómo operan?, ¿Cuáles son?.
 En la actualidad existen unas 74 agencias de rating. De casi todos los países: Pakistán, Japón, Puerto Rico y por supuesto,  España. En nuestro país son conocidas dos : Axesor e Informa, perteneciendo esta última al sector público estatal. Sin embargo, operan en ámbitos muy locales y apenas son demandadas. Las que abren los telediarios y  estampan sus nombres  en las portadas de los diarios son, básicamente, tres: Standard and Poor´s, Moody´s y Fitch. Entre las tres concentran más del 90% del mercado mundial. El reguero de desastres generado por estas agencias es enorme. Su precisión es la propia de una vieja escopeta de atracción de feria y su nivel de descaro alcanza niveles perfectamente calificables como triple A. Insisto, sus decisiones y actuaciones nos afectan.
Hagamos un recorrido por cada una de ellas, veamos su hoja de servicios y saquemos nuestras conclusiones. Hechas éstas ,comentaré las medidas que se preparan para hacerles frente.



STANDARD AND POOR´S.  De USA. Pertenece al grupo editorial MacGraw Hill. Si se la calificara por su nivel de acierto y precisión sería perfectamente acreedora de una calificación de bono basura. Fue crucial en el estallido de la crisis financiera del siglo , pues calificó con matricula de honor las hipotecas subprime (AAA), las llamadas CDO ( obligaciones de deuda colateralizadas). Ello movió el mercado de lo lindo ,activando el recalentamiento del sistema hasta que , como es lógico , estalló. El nobel Paul Krugman le dedica elogiosos comentarios como "S&P tiene todavía menos credibilidad. Es el último sitio al que hay que acudir para obtener una opinión sobre las perspectivas de nuestro país" , "no hay que tomarlas en serio", " son los últimos de cuya opinión debemos fiarnos". En  "El País" del pasado 15 de enero aparecía una entrevista a Myriam Fernández de Heredia, responsable de la agencia en España. Una señora de aspecto absolutamente fiable e inofensivo que afirma, me imagino que sin mover un músculo de la cara, que "no nos gusta que se opine sin saber" y "que no son los culpables de la crisis". En el reportaje se nos muestra que los analistas en España son unos 25 treintañeros que ,tirando de econometría y sistemas informáticos, hacen cálculos serios y rigurosos sobre los países y empresas. Seguidamente , otros analistas, supongo que todavía más serios y rigurosos, a través de una votación por teleconferencia terminan adoptando la decisión que puede ser apelada por el solicitante de la misma si la calificación es nueva (rating inicial) o supone un cambio de la anterior. A decir de algunos expertos, un ejemplo de sistema aberrante. Y a decir por lo no expertos como el que escribe, inconcebible. Pues es  inconcebible que los Estados apelen a una entidad privada implorando, en su caso, clemencia en la calificación.



Es una suerte que los treintañeros analistas serios y rigurosos de Standard and Poor´s estén en Madrid, porque los no serios y rigurosos debieron estar en el asunto de Credit Suisse Group. A los suizos les "metieron" una sobredosis de  más de 340 millones de dólares en CDO de la máxima calidad (triple A) que a la entidad compradora le supuso una pérdida de 125 millones. 125 millones que se repondrían a través de ayudas públicas que saldrían de los bolsillos de los contribuyentes.



Standard and Poor´s alcanzó  su máximo nivel de "insolvencia técnica" calificando al máximo la deuda de Islandia. Ello llevó al mayor colapso de sistema bancario "never ever seen". Imaginemos por un momento que quiebran el Santander, BBVA y Bankia juntos y que lo tendremos que pagar. Su PIB de 2008 bajó un 5,5%. La bolsa bajó en un solo día un 77%. Algunos bancos, como el germano BayernLB tuvo pérdidas de 1.500 millones de Euros que, siguiendo la lógica más clara de la crisis, pagaron los ciudadanos alemanes. Y es que los bancos islandeses acumulaban una deuda externa de más de 50.000 millones de Euros cuando el PIB del país era de 8.500. El activo de los tres bancos que concentraban toda la actividad era un 900 % del PIB islandés. En sólo 7 años se multiplicó por 20 su sector bancario.  Tanto Standard como Moody´s emitieron calificaciones otorgando la máxima solvencia. Cuando Islandia "petó" bajaron la calificación.



MOODY´S. También norteamericana. Fundada en 1909 por John Moody. Tiene una participación en el mercado de un 40%. Su accionista principal es el archimillonario Warren Buffett ( uno de los hombres más ricos del mundo) a través de su exitoso fondo de inversión Berkshire Hathaway. Warren dijo, me imagino que para calmar su acendrado sentimiento de culpa, que pagaba más impuestos que su secretaria y que había que hacer algo. Moody´s ha fastidiado mucho a Portugal. Es probable que a alguno de sus dirigentes le sentara mal una copa de oporto. El pasado julio ,de un plumazo, bajó la calificación del país luso al nivel de "crédito de calidad cuestionable". Inmediatamente, nuestros vecinos los acusaron de terrorismo económico. Y es que la rebaja llegó en el peor momento ,proporcionando ese pequeño empujón que todos necesitamos en algún momento para caer en el abismo. A Moody´s también se le acusa de calificar con los pies las CDO y de utilizar en algún caso, métodos "Chicago Style". Si no, que se lo pregunten a la entidad Hannover Ruck. Esta aseguradora alemana soportó continuas rebajas en su calificación , bajo la amenaza de pagar a Moody´s. En 2004 calificó la solvencia de la empresa a niveles de bono basura y aunque las demás agencias de rating mantenían calificaciones de solvencia el peso de Moody´s influyó en los accionistas llevando a la aseguradora a pérdidas de 175 millones de dólares. Por supuesto, ello supuso pérdidas de empleo.



FITCH. Aunque fue fundada por un norteamericano, es una entidad británica con sede en Londres. Al participar poco del pastel del negocio no tiene "debes" llamativos, participando del modus operandi de las otras.


En resumen:las Agencias de Calificación, calificaron como triple A el 80% de las hipotecas subprime y el 95% tenían A o más. Quiere esto decir que se consideraba más solvente para el cobro la hipoteca de un estadounidense trabajador de MacDonald con contrato temporal de escaso importe que la capacidad de países serios como Francia (AA+) o España (A) para cumplir con sus compromisos. Se equivocaron con Islandia y ya lo hicieron con la crisis del sudeste asiático del 1997 calificando con la máxima nota a uno de los países que la generaron. Solo después de la explosión de la crisis rebajaron la nota a Tailandia.


Numerosas comisiones y organismos públicos han investigado el comportamiento y modo de funcionamiento de estas entidades. La Comisión Especial sobre la crisis financiera del Parlamento Europeo ha concluido que las Agencias presentan conflicto de intereses, errores de bulto en las calificaciones , retraso en la emisión de la información y efectúan advertencias peligrosas en momentos poco adecuados ( lo de " os vamos a rebajar", "prepararos, que os vamos a calificar a la baja"). En fin, un catálogo de malas prácticas. Para colmo ,actúan como agencias informativas o de periodismo por lo que legalmente solo hacen labor de información. Ello significa que no están sujetas a las reglas de las entidades de auditoría que deben preservar la transparencia de sus informes y responder con su patrimonio en caso de llevar a la quiebra o causar perjuicios a un tercero.



Casi todos los políticos y economistas están de acuerdo sobre la calificación de la catadura moral de estas entidades.  Kathleen Casey, comisaria de la SCE-Security and Exchange Comission) dijo que cuando las agencias "dieron calificaciones catastróficamente engañosas , tuvieron los años de mayores beneficios". Pier Paolo Padoan , economista jefe de la OCDE afirma que" las agencias de calificación agravan la crisis al lanzar profecías autocumplidoras, es decir, sucesos que se desencadenan por el mero hecho de decirlos". "No es cierto que transmitan informaciones. Emiten juicios de valor que entrañan una aceleración de tendencias ya en curso. Es como empujar a alguien que está al borde del abismo".



Las agencias de calificación han sido objeto de numerosas demandas judiciales en todo el mundo al alterar el precio de la deuda pública en los mercados y de utilizar información reservada. Una fiscalía italiana ha demandado a Moody´s por manipular los mercados.  Xosé Carlos Arias y Antón Costas en su magnífico ensayo "La Torre de la Arrogancia" señalan que las ganancias de estas entidades son un "negocio extraordinariamente pujante procediendo en gran medida ( hasta el 90% en 2005) de pagos realizados por los propios emisores de bonos y de sus bancos". Aparecen también como juez y parte pues asesoran en la manufacturación del producto financiero y luego intervienen como expertos independientes en la valoración de ese mismo producto. Y sobre todo, dicen Arias y Costas, más que actuar ex - ante, las agencias de rating actúan ex - post , "degradando la deuda de países  o empresas cuando la catástrofe ya se ha producido y sobrerreaccionando con reducciones de los rating en muchos casos de forma injustificada. Se trata, por tanto, de instituciones del mercado cuya actuación se puede calificar de abiertamente procíclica , de dudosa utilidad para la estabilidad financiera y el crecimiento económico. Algo muy diferente, desde luego, de la imagen de vigilantes atentos , preclaros y con pleno sentido de la anticipación que pretenden tener".



Este diagnóstico es uniforme y absolutamente filtrado en las entendederas de los máximos representantes políticos de la Unión Europea. El finés Olli Rehn , a la sazón comisario de economía de la UE lo tiene claro a raíz de la última escabechina de los Standard and Poor´s. Dice :" hay que recordar que las agencias de calificación no son ningún árbitro imparcial o desinteresado. Su labor obedece a intereses específicos. Con su actitud aumentan la inestabilidad en la Unión Europea, lo que seguramente interesa a ciertos círculos monetarios y financieros. Alguien obtendrá cuantiosas ganancias". François Fillon, primer ministro francés , se desvincula de la dictadura de las agencias diciendo que "no serán las agencias quienes marquen nuestra política y nuestra agenda". Mensaje absolutamente calcado , como si tuvieran el mismo gabinete de prensa, lanza nuestro presidente Rajoy :" No necesitamos que nadie nos diga lo que hay que hacer".






Por tanto, declarada está la contienda contra las Agencias de Calificación. Y existen planes de guerra. Se han planteado líneas de actuación para acabar con el poder exorbitante y omnímodo de las agencias de rating. Y ello pasa por meter en cintura  a las máximas exponentes de un mercado libre, absolutamente privatizado y peligrosamente desregulado. Establecimiento de metodologías, escalas homogéneas de calificación y evitar los conflictos de intereses. Se plantea la creación de una Agencia de Calificación de Riesgos Europea.  La entidad tendría que constituirse a iniciativa privada y se tendría esperar a que amainara el conflicto de la crisis griega. Ya hay movimientos para su construcción. Movimientos alemanes que pasarían porque tuviera su sede en Frankfurt. Se plantea que los gastos de las calificaciones las abone el inversor y no el emisor , como hasta ahora. Y además se necesitan 300 millones de euros y superar complicados trámites burocráticos. Se habló incluso de que estuviera bajo la tutela del BCE que inmediatamente, se sacudió el tema poniéndose de perfil. Me temo que , estando todos de acuerdo en el asunto, nuevamente Europa seguirá dando muestras de lentitud mientras otros cuentan las ganancias a nuestra costa.
Las Agencias de Calificación son la muestra palpable de cómo la falta de transparencia y la ausencia de rendición de cuentas conducen al desastre. Los controles, la vigilancia pública y la ausencia de opacidad garantizan y refuerzan la democracia. Procedimientos financieros escasamente transparentes y poco sujetos a control no sólo han generado una crisis sin precedentes, sino que han menguado sobremanera nuestra calidad democrática. Por más que se ha hecho lo posible para tapar o hacer invisible el riesgo a través de instituciones aparentemente serias, la realidad que albergan es otro muy distinta. Han sido cómplices de una ocultación de productos financieros defectuosos para obtener beneficios inmensos. El sinsentido y el mundo al revés que ofrecen nos lleva a los terrenos de las variantes universales de la imbecilidad humana. Todavía no entiendo cómo estas entidades operan en el mercado.



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La Torre de la Arrogancia. Xosé Carlos Arias y Antón Costas. Ariel, 2011

Crónicas desde el mundo de la política interior global. Ulrich Beck. Paidós, 2011.

El estado del mundo 2012. Anuario económico geopolítico mundial. Akal ,2011

La sociedad invisible.Daniel Innerarity Espasa Calpe,2004
Posted by Jesús J. Ferreiro

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