La transición ecológica

Primero todo era sostenible. Después se planeó la Modernización Ecológica de Andalucía. En las últimas elecciones generales algunos hablaban de transición energética. Tras la creación del Ministerio de Transición Ecológica, vamos quemando etapas, caminamos hacia la transición ecológica.

Con la creación de este Ministerio y la inclusión dentro del mismo de medio ambiente, energía y cambio climático, los asuntos ecológicos se han colocando en el centro del debate político. Esto es una buena noticia. El medio ambiente ha dejado de ser una cuestión de cuatro locos románticos o una sección de la gestión política para hacerse mayor de edad. La incorporación de los problemas ecológicos al ámbito de las instituciones del Estado, ha supuesto la introducción de la ecología en el debate político de los grupos parlamentarios, que de esta manera ésta entra en la vida diaria de la gente. Ya es política.

Y aunque es un comienzo y no es malo, no tiremos las campanas al vuelo. Si se analiza la nueva estructura del Consejo de Ministros y la reestructuración de los áreas de algunos Ministerios podemos extraer algunas consecuencias respecto de la transición ecológica.

Una, es que si examinamos la estructura del Gobierno se observa que la economía y la empresa quedan desgajados de la transición ecológica. La apuesta del PSOE se trata de una apuesta por un modelo económico más eficiente en el uso de los recursos y más prudente en la generación de externalidades. Por un capitalismo verde, versión amigable de la globalización, que establece como una prioridad la protección del medio ambiente, pero enganchada al imperativo categórico clásico de «crecer o morir». No se ha hecho ecologista.

Otra, es que en la configuración de las áreas de los ministerios «Migraciones» se ha unido a «Trabajo» y «Seguridad Social». Este encuadramiento desconoce o no reconoce la realidad actual de las migraciones por razones climáticas y del incremento previsto. El nombre del Ministerio y la unión de esos tres sectores administrativos proyecta sobre la inmigración la idea de que la pérdida de puestos de trabajo, la reducción de las ayudas y el empeoramiento de los servicios públicos de bienestar es debido a su llegada.

Otra consecuencia, es que a pesar de los defectos que pueda presentar el diseño de la estructura ministerial, tiene la virtud de ejercer una influencia positiva en el tránsito de los ciudadanos desde las actitudes a los comportamientos ambientales, ya que desde ella se penetrarán todas las esferas de la vida de la gente. Los españoles —como refleja el CIS en sus barómetros— opinan que  el Estado ha de conducir a la sociedad a la sostenibilidad. Con la creación de este Ministerio de Transición Ecológica comienza a converger la acción política institucional con la preocupación ciudadana por el medio ambiente. Podemos decir: estamos cambiando.

El Estado comienza así a ecologizarse. No dolo de manera formal al hacer suyos determinados postulados, sino real al adecuar su estructura político-administrativa a la realidad físico-biológica del planeta. Este proceso se observa además en la incorporación de once mujeres al Gobierno y en la nueva denominación que se ha usado de «Consejo de Ministras y Ministros» en la fórmula de juramento de sus miembros. Y es que no se puede hablar de ecología sin feminismo. El aparato del Estado es por ahora punto de lanza y esta iniciativa se habrán de reflejar más tarde tanto en la economía como en la sociedad. La sostenibilidad comienza así a proyectarse sobre todos los ámbitos de la vida administrativa, social y económica, con una presencia continua en la vida cotidiana. Estos son algunos de los mensajes que trae el nuevo gobierno y sus nuevas denominaciones.

Francisco Soler
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