- Marco general.
Para entender el
resultado de las elecciones catalanas es obligatorio echar un vistazo
a los últimos años en Cataluña. La sentencia del Estatut de
Cataluña, que lo recortaba, conjunto a la crisis económica y al
hundimiento del PSC (secuestrado por los sectores de la burguesía
nacionalista, y por los malos resultados del PSOE a nivel nacional),
ha aumentado la ola por la independencia.
Primero se expresó con
un juego de malabares verbal, “el derecho a decidir”, y luego
abiertamente por la independencia. Mas aprovechó la coyuntura para
aplicar el programa neoliberal de reformas, que aumentaba la fractura
social en Cataluña y que era compartido con el PP, y tras la
negativa al “pacto fiscal” al estilo del País Vasco, y tras la
Diada, comenzó el “Proces”.
Como ya sabemos, ERC ha
sostenido a Mas, a partir de que CIU perdiese la hegemonía electoral
en 2012. A cambio de que continuase con la hoja de ruta
independentista ha aceptado todos los recortes de CIU. También hay
que señalar la ruptura de CDC con UDC, que ponía en peligro el
gobiernos de Mas. El gobierno de Mas ha estado salpicado de numerosos
casos de corrupción, pero la lógica del enfrentamiento de los dos
nacionalismos le ha permitido ocultar en parte su responsabilidad en
el saqueo de las arcas públicas catalanas.
Los medios de
comunicación en Cataluña han estado volcados con el proceso
independentista, y de hecho han llegado a censurar entrevistas a los
federalistas (como a Borrell), ayudando al clima asfixiante, y a la
falta de debate que se ha producido allí. Hay que añadir que el
clima de enfrentamiento entre los dos nacionalismos ha dejado fuera
de la contienda electoral a las fuerzas que se han presentado más
bien de “perfil” como a la agenda social, debilitando a la
izquierda no independentista.
- Los resultados
electorales.
Lo primero que hay que
decir es que ha habido un aumento de un 10% de participación en las
elecciones (77%), con lo que han despertado un mayor interés que el
resto de las convocatorias, probablemente fruto de la polarización
sufrida los últimos años. Otra cuestión es que la ley electoral
catalana castiga a los ciudadanos residentes de la provincia de
Barcelona, al sobrerrepresentar a las otras tres provincias, que
están mucho más despobladas, y que permitió a Pujol gobernar con
menos votos que Maragall, sobredimensionando el número de diputados
independentistas. Resultados por fuerzas políticas:
- Junts Pel sí.
Mezcla anti-natura
entre un fugado de las filas de ICV, Romeva, de CDC con Mas a la
cabeza, miembros de la sociedad civil pro-independencia, y ERC.
La campaña trató de
ser presentada, con relativo éxito, como “plebiscitarias”, tras
ser ilegalizado el referéndum (con pregunta confusa incluida)
realizado en Cataluña el año pasado de dudosa legitimidad, por
parte del Gobierno del PP. Tras una campaña polarizada entre la
discusión entre dos nacionalismos, con un ambiente crispado, con
escaso debate, y con la ayuda indirecta del Gobierno español (con
declaraciones muy torpes), Junts Pel Sí ha sacado peor resultado que
ERC y CIU por separado en 2012. CIU sacó en 2012 50 diputados y ERC
21 (suma total 71), lo que les permitía tener una cómoda mayoría,
mientras que en 2015 Junts ha sacado 62 escaños y un 39,57% de votos
(un 5% menos que en 2012). Este hecho, conjunto a que las
candidaturas claramente independentistas han sacado menos votos que
las que no se declaran así, han supuesto un fracaso en el plebiscito
tal y como se había planteado.
Los recortes, los casos
de corrupción, los errores en campaña (como la entrevista de Romeva
donde un periodista de la BBC lo desmonta en 5 minutos), etc., han
provocado este mal resultado. La unión contra-natura de ERC con CDC
ha provocado (a la espera de poder ver los datos demoscópicos más
en profundidad) una fuga de votos de ERC a las CUP, y de poco les ha
servido tratar de darse un aire “social” y “socialista” con
los escindidos del PSC o con Romeva (ex-ICV).
Artur Mas va a tener
serias dificultades para formar gobierno, tanto por lo heterogéneo
de su grupo político, como por la necesidad de contar con el voto de
las CUP para poder ser investido, a lo que las CUP, en principio, se
oponen. Este panorama no permite que se acelere el proceso hacia la
independencia, como pone en riesgo la estabilidad del futuro
gobierno, y puede abrir un panorama donde se adelanten las elecciones
de nuevo.
- Ciutadans.
Ciudadanos en Cataluña
ha sido el partido que más ha crecido en estas elecciones. Ha pasado
del 7,56% al 17,91%, pasando de 9 a 25 escaños, adelantando a Cat si
que es Pot y al PSC, y han logrado obtener parte de los votos
“unionistas” que votaban al PSC. En Cataluña, Ciudadants se ha
presentado como un partido político socialdemócrata (aunque sean
liberales, y se presenten así fuera de Cataluña) para pescar votos
en el caladero histórico del PSC. Esto explica, junto con la
indefinición de sus rivales directos, y el desfondamiento del PP, el
crecimiento de la formación naranja. Preocupante es el crecimiento
en el “cinturón rojo”, donde incluso han superado al PSC en
Hospitalet, lo que pone en riesgo al PSC, y a cualquier opción de
izquierdas que pretenda ocupar ese espacio.
- PSC.
El PSC, dirigido por
Iceta, ha logrado presentarse como el abanderado del federalismo, y
tras las escisiones más nacionalistas, ha logrado realizar una
campaña sin mucho ruido interno, logrando a su vez no perder muchos
más votos ni escaños, pasando de 20 a 16 escaños. La última época
del tripartito y su nefasta gestión, como la deriva hacia el
nacionalismo, cortada tarde con Iceta, mezcladas con la crisis
general de la socialdemocracia en España, han ido hundiendo al
partido cada vez más en la irrelevancia en donde habían estado
fuertes durante el periodo pre-crisis, y que suponía un granero de
votos importantes para el PSOE.
- UDC.
Unió no ha sobrevivido
a la ruptura con CDC, quedando sin representación parlamentaria, y
habiendo restado algunos votos a Junts Pel Sí. El choque de los
nacionalismos no le ha dado espacio a UDC para introducir una tercera
vía (no bien definida) en el debate público.
- CUP.
La CUP han sido otra de
las grandes ganadoras de la noche, han sacado un resultado bastante
bueno al sacar 10 diputados (antes 3), y lograr agrupar al
independentismo de izquierdas, absorbiendo votos de ERC que no
querían votar una lista “transversal” con Mas. La CUP ha
logrado, gracias a sus propuestas independentistas claras y a su
programa social, convertirse en el partido clave de cara a continuar
el proceso soberanista, y el partido necesario para la gobernabilidad
de Cataluña.
- PP.
El Partido Popular ha
sido uno de los grandes derrotados de la noche electoral. Como se
esperaba un resultado nefasto en Cataluña se apostó por un
candidato de extrema derecha y xenófobo (Albiols, ex-alcalde de
Badalona), y tratar de polarizar la campaña, cosa que se logró,
entre los dos nacionalismos. La estrategia del PP es perder votos en
Cataluña a cambio de tratar de ganarlos en el resto de España, y a
eso ha jugado. Ahora, su resultado ha sido nefasto, ha pasado del
12,98% en 2012 al 8,5% en 2015, y de 19 diputados a 11. Hay que
añadir que la gestión del PP a nivel estatal les ha restado apoyos,
como su posición inmovilista. Hay que recordar que la política del
PP en materia económica y social es la misma que la de CIU (ahora
CDC), lo que les diferencia es la bandera (y que la derecha catalana
es más europea).
Lo cierto es que el
Presidente Rajoy, con sus declaraciones y las de su gobierno, no han
ayudado en absoluto a la campaña de su candidato, y han actuado como
“bomberos pirómanos” al no haber atajado este problema hace
tiempo y habiendo dejado que éste se pudriese. El Presidente ha
quedado totalmente deslegitimado para tratar de liderar el proceso
para mantener a Cataluña dentro de España.
- Catalunya si que es
Pot.
Plataforma electoral
conformada por ICV, EUIA, EQUO, Podem, y miembros de la sociedad
civil (como Rabell, su cabeza de lista). Los resultados han sido
malos sin paliativos. La candidatura de “Unidad Popular” ha
perdido 3 escaños respecto a lo que sacó ICV-EUIA en 2012,
obteniendo 11, y han perdido también casi un 1% de votos, lo que
significa que una mayor participación no ha beneficiado a la
candidatura de izquierdas.
Las causas son
múltiples, podríamos señalar la falta de proyecto alternativo a la
independencia, con un proyecto exportado de América Latina que es
más centralista que el español, pasando por colocar número 1 a un
desconocido que además había votado Si/Si en la consulta
independentista, por no hablar del ambiente hostil en campaña donde
les ha sido casi imposible colocar la agenda social en un primer
plano frente a las peleas identitarias. También podemos señalar que
la foto de ICV con Mas, ERC, etc., no les benefició en absoluto,
perdiendo la oportunidad de obtener con un programa federalista claro
los votos que se iban del PSC, por no hablar del error de no contar
con ex-PSC en su campaña, o con ex-PSOE, a pesar de que se les
ofreció ayuda. Podemos en Cataluña ha tenido el mismo problema que
ICV y EUIA, en su seno han tenido posiciones enfrentadas con respecto
a la independencia, con sectores a favor y otros en contra, lo que
les ha llevado a la indefinición, y esto lo han pagado caro como los
resultados demuestran.
Este revés puede poner
en peligro los procesos de confluencia en el resto del Estado,
haciendo una lectura estrecha de los mismos, y son un serio revés
para Podemos en su carrera a las elecciones generales, como otro
fracaso de la estrategia de campaña de Errejón.
- Conclusiones:
1) En un clima de
choques de nacionalismos la agenda social salta por los aires. Las
opciones que se han puesto de perfil (CAT. si es Pot), como aquellas
que están en crisis de legitimidad y función social (PSC), o que
acusan un profundo desgaste por el gobierno (PP), han salido mal
paradas.
2) La falta de proyecto
político alternativo a la independencia, definido y concreto, ha
dado alas al independentismo, al igual que las propias crisis de los
partidos de izquierdas “federalistas” debido a los choques entre
partidarios y detractores de la independencia.
3) Un 48% de votos
independentistas, con un 23% de abstención, no es un éxito para
unas elecciones que se habían planteado como plebiscitarias, pero no
se han desinflado lo suficiente como para que el proceso descarrile.
4) Sin embargo, se va a
complicar la gobernabilidad de Cataluña debido a lo heterogéneo de
la lista de Mas, y a los precarios apoyos que puede recibir de un
Parlamento hostil a la opción ganadora, al igual que es una
incógnita cual va a ser la política que va a llevar la CUP y hasta
que punto va a tensionar al gobierno para seguir el camino a la
independencia, y si esto lleva a su caída y a nuevas elecciones. Por
lo pronto la CUP, ha salido en noticia hoy (29 de septiembre de
2015), descarta investir a Mas y una declaración unilateral de
independencia ya que no ha habido mayoría de votos independentistas,
lo que complica la situación del próximo gobierno.
5) Podemos e IU, como
el resto de la izquierda aliada, tendrán que tener más claro cual
es el proyecto de país que quieren proponer a los votantes, y salir
fuera de una estrategia de grandes declaraciones vacías de contenido
real. De hecho, la estrategia errejonista de no mojarse para
contentar a todos los posibles votantes ha vuelto a demostrarse un
fracaso rotundo.
6) No hay que cometer
el error de considerar que los resultados de las elecciones catalanas
son directamente trasladables a las elecciones generales, ya que
juegan otros factores que van más allá de “independencia si/no”,
y dependerá de la campaña, de si CDC y ERC van juntos o por
separado, etc. A lo que hay que añadir que la situación compleja de
Cataluña no se produce en otras CCAA, con lo que el discurso de un
sector de Podemos, de que solos van mejor porque el resto resta, es
un discurso interesado y miope, ya que cada Comunidad Autónoma tiene
su situación particular y su propia dinámica.
7) Como último punto, hay que añadir que la situación en Cataluña
muy probablemente se enrarezca, ya que el problema seguirá ahí.
Sólo un cambio de gobierno en que el PP no gobierne (o Ciudadanos no
sea indispensable para gobernar) permitirá desbloquear la situación
catalana a corto plazo. En cualquier caso, repito, hay que tener un
modelo de país y territorial propio y diferenciado, al igual que
realizar los distintos debates de fondo que el proceso de
conformación de la Unidad Popular ha ido aplazando. Nos van las
elecciones en ello.
Por Pedro González de Molina Soler.
1 comentarios:
Lo que ha pasado en Cataluña me parece que va más allá de cantos de sirena. Muy relevante que el PSOE haya aguantado el tirón de PDMS en el granero Catalán. Sobre eso hay que tomar nota para las de diciembre. Más que coyuntural el hecho de que C's haya vencido la batalla de la nueva política (esa que no es nueva ni en PDMS, ni en C's, pero que afecta, y mucho, a la tendencia bipartidista sin desbancarla) a PDMS en un territorio con tanto peso. Pero no sabemos a estas alturas si Cataluña será el feudo-granero de C's.
Convergencia y Esquerra han ganado en clave de elecciones autonómicas, pero no en clave plebiscitaria, que era como ellos planteaban las elecciones. Es un victoria pírrica, han perdido contra sí mismos en un doble sentido: no han alcanzado los objetivos que ellos mismos se planteaban de arrastrar la mayoría social que dicen que les secunda y han retrocedido con respecto a sus resultados electorales anteriores. Todo esto les lleva a un resultado con un problema añadido, el de la posible (incluso puede que probable) ingobernabilidad.
Aparte de que quizá sea posible que haya trasvase de votos de las CUP a PDMS en las generales, lo de las CUP no es anecdótico. Convergencia y Esquerra tendrían que plantearse que si giran a radicalización no se llevan los votos, sino que dan alas a formaciones más radicales que ellos.
Y otra cosa, tal como dice Robert Fishman, si una parte significativa de la sociedad catalana quiere expresarse democráticamente en un referendum, mirar para otro lado es un grandísimo error, porque en una sociedad democrática las aspiraciones así legitimadas, encuentran siempre un lugar por dónde expresarse (y en ese camino se visten de mayor legitimidad, aunque sea nada más que por contraste).
Y esto ha pasado en estas autonómicas: aunque no se pueda decir que los independentistas hayan ganado en términos absolutos, la cuestión sigue ahí, exactamente donde estaba.
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