Una vez que ha quedado demostrado, una vez más, que la forma de
equilibrar los presupuestos de los estados solo con recortes han
resultado ser un fracaso, las instituciones europeas están poniendo
su mirada, aunque solo sea (de nuevo una vez más) en forma de
declaración de principios, en el elevadísimo fraude fiscal, en la
circulación a raudales de dinero negro y en los desafiantes paraísos
fiscales. El Gobierno español, por ejemplo, ha prohibido las
transacciones en efectivo por más de 2500 euros, mientras que IU, ha
propuesto en más de una ocasión la retirada de la circulación de
los billetes de 500 euros. En realidad, salvo excepciones, el billete
de más valor que los ciudadanos usan en el día a día son los
billetes de 50 euros. Para la mayoría de nosotros, los de 100 son
raros, los de 200 una leyenda y los de 500 algo así como un mito.
Puesto que hay un gran acuerdo en que, salvo excepciones, el dinero oscuro es un gran problema en nuestras sociedades, la reflexión que planteo es sencillamente, sustituir el papel-moneda (solo los billetes o también los billetes y las monedas) por dinero virtual. Cada persona física o jurídica tendría asociada una o varias cuentas virtuales, controladas por una institución, ya sea el Banco de España, que es la entidad que controla el movimiento de las cuentas de los bancos, o cualquier otra institución que se cree específicamente para esta función. Esta cuenta virtual no sería una cuenta bancaria, pero obviamente, se podría transferir dinero desde la cuenta virtual hacia cuentas bancarias, o viceversa.
Puesto que hay un gran acuerdo en que, salvo excepciones, el dinero oscuro es un gran problema en nuestras sociedades, la reflexión que planteo es sencillamente, sustituir el papel-moneda (solo los billetes o también los billetes y las monedas) por dinero virtual. Cada persona física o jurídica tendría asociada una o varias cuentas virtuales, controladas por una institución, ya sea el Banco de España, que es la entidad que controla el movimiento de las cuentas de los bancos, o cualquier otra institución que se cree específicamente para esta función. Esta cuenta virtual no sería una cuenta bancaria, pero obviamente, se podría transferir dinero desde la cuenta virtual hacia cuentas bancarias, o viceversa.
Las transacciones entre particulares o entre particulares y
comerciantes se harían a través de un pequeño dispositivo móvil,
que actuaría como transmisor y como receptor de transacciones. Estos
dispositivos podrían integrarse en los smartphones como si fuesen
una aplicación más. Hoy día, los smartphones han superado a todos
los demás dispositivos, y no cabe duda de que serán los
dispositivos del futuro. Pero por seguridad, podrían diseñarse
dispositivos solo para esta función, evitándose así que una
descarga de batería del smartphone supusiese la imposibilidad de
realizar transacciones.
Una propuesta, por ejemplo, podría ser la siguiente: A quiere
transmitir 30 euros a B. Entonces B, como receptor, entra en la
aplicación, y teclea la cantidad de 30 euros para ser recibidos, y
de forma automática el sistema genera un código (un código de
barras, o uno de esos códigos que hoy día proliferan en panfletos
publicitarios para que cualquier usuario pueda, a través de
aplicaciones de reconocimiento de códigos como el BIDI, acceder en
el acto a su página web). Posteriormente, A coloca la pantalla de su
dispositivo enfrente de la pantalla del dispositivo de B, para que
reconozca el código que el dispositivo de B ha generado,
realizándose así la transacción. Las medidas de seguridad del
transmisor para confirmar la transacción serían las que cada
usuario quiera. Una clave similar a las claves de desbloqueo de los
móviles, o una contraseña, o incluso diseñar el dispositivo para
que reconozca huellas dactilares. O una combinación de estas
medidas.
Los comerciantes tendrían dispositivos similares a los que tienen los supermercados y otras tiendas para pasar las tarjetas de crédito. Por ejemplo, en una tienda de ropa, sobre la barra de la caja, se irían incorporando al dispositivo el precio de lo que cuesta cada producto, para después confirmar la factura a generar, que aparecería en una pantallita de cara al cliente, junto con el código generado. El cliente enfrenta la pantalla de su dispositivo con su dispositivo para que reconozca el código y confirme la transacción.
¿Cómo sacar dinero virtual de una cuenta bancaria? Podría hacerse de varias formas. Mediante una transferencia bancaria de una cuenta corriente a la cuenta de dinero virtual (con las correspondientes medidas de seguridad que los bancos establecen), o bien, como si fuese dinero en papel-moneda, a través de cajeros, solo que éstos en vez de expedir el papel-moneda, generarían en su pantalla un código con la cantidad de dinero virtual que se quiere transferir a la cuenta virtual, y el dispositivo lo reconocería y se haría la transferencia.
Los comerciantes tendrían dispositivos similares a los que tienen los supermercados y otras tiendas para pasar las tarjetas de crédito. Por ejemplo, en una tienda de ropa, sobre la barra de la caja, se irían incorporando al dispositivo el precio de lo que cuesta cada producto, para después confirmar la factura a generar, que aparecería en una pantallita de cara al cliente, junto con el código generado. El cliente enfrenta la pantalla de su dispositivo con su dispositivo para que reconozca el código y confirme la transacción.
¿Cómo sacar dinero virtual de una cuenta bancaria? Podría hacerse de varias formas. Mediante una transferencia bancaria de una cuenta corriente a la cuenta de dinero virtual (con las correspondientes medidas de seguridad que los bancos establecen), o bien, como si fuese dinero en papel-moneda, a través de cajeros, solo que éstos en vez de expedir el papel-moneda, generarían en su pantalla un código con la cantidad de dinero virtual que se quiere transferir a la cuenta virtual, y el dispositivo lo reconocería y se haría la transferencia.
Obviamente, como todo, o casi todo, tiene sus ventajas e inconvenientes. Como posibles beneficios del dinero virtual, se me ocurren los siguientes:
1.- Se dificultaría el tráfico de dinero negro al estar controladas todas, o la mayoría de las transacciones.
2.- Los billetes falsos dejarían de tener sentido.
3.- El usuario tendría un control de todos los pagos que hace, pues
el sistema generaría facturas virtuales con su fecha y la
identificación de los receptores del dinero virtual, que se
almacenarían en la aplicación. Además, el usuario podría comparar
los precios que paga en los distintos comercios con mucha facilidad.
4.- Se facilitaría la facturación del IVA por los comerciantes,
pudiéndose directamente, cada vez que se haga una transacción,
pasar el IVA a una cuenta de Hacienda.
5.- Se dificultarían los robos, porque ya no se llevaría el
papel-moneda en la cartera. Como mucho, podrían obligar a la víctima
a que le hiciese una transacción virtual, pero como esta transacción
queda registrada, se sabría quién es el receptor de la misma.
En definitiva, esto es una idea bastante simple y de momento
rudimentaria, que evidentemente debe ser mejorada mediante agregación
de ideas, sobre todo de los informáticos. En principio a mí me
parece posible, salvo que alguien detecte un inconveniente que haga
imposible su aplicación. Soy consciente de que las transacciones por
dinero virtual contaría con la oposición de los que se lucran
haciendo uso del dinero negro, y de que debería adoptarse en toda la
zona euro, pero lo importante es que la idea, si es viable, se
exponga a la opinión pública.
Iván Núñez Loza
4 comentarios:
En mi humilde opinión, creo que la desaparición del papel moneda no sería una eficaz medida contra el fraude fiscal si tenemos en cuenta que más del 70% del fraude fiscal lo hacen las grandes empresas y las grandes fortunas (ver http://www.gestha.es/?seccion=actualidad&num=221) y no lo hacen precisamente con papel moneda.
Por otra parte, la prohibición de hacer transacciones con papel moneda podría implicar una mayor desigualdad en estos tiempos de crisis, pues muchas familias sobreviven hoy día haciendo trabajos que no son declarados. Y también un enorme incremento del control de los poderes políticos y económicos sobre la ciudadanía, pues todas las transacciones quedarían registradas en enormes bases de datos informáticas.
Si, es cierto que la sustitución del dinero físico por el dinero virtual tendría que venir acompañado de una reestructuración fiscal, que es precisamente lo que se pretende. Por otra parte, aunque algunos macrofraudes no se hagan en dinero negro, hay otros que sí, como el caso de la Operación Emperador, cuyo volumen es muy superior a los pequeños fraudes que puedan hacer los autónomos. Respecto al control de los poderes públicos, decir que no creo que suponga mayor control del que ya tienen sobre nosotros, pues ya saben multitud de datos sobre nosotros que ni nos imaginamos, y en segundo lugar, tampoco creo que ese control sea perjudicial en sí si está sujeto a un fin.
Gracias por opinar. Un saludo. Iván
Esta claro que sobre papel y en teoría suena perfecto para controlar el fraude, especialmente de los grandes capitales, pero en la práctica y en la situación actual de crisis muchas familias no podrían comer si se utilizara este medio de pago controlado. La explicación es fácil y clara, en este momento hay miles y miles de españoles arruinados, o con grandes dificultades económicas para cubrir las necesidades básicas para subsistir, la mayoría de ellos están embargados por los bancos, y como consecuencia de ello no pueden tener dinero en la cuentas ni domiciliar un solo recibo pues en cualquier momento le llega un embargo a la cuenta y se lo quitan y ese mes no comería ni pagaría el recibo de la luz por ventanilla. El sistema de pago que sugiere Ivan a día de hoy supondría el hambre para muchas familias pues con los pocos recursos de que disponen no tienen mas remedio que priorizar los pagos, prefieren dar de comer a sus hijos que pagar deudas atrasadas.
Guillermo, la situación que expones es una situación excepcional, o al menos debería serlo. Yo sé que en estos momentos mucha gente sobrevive gracias a la economía sumergida, y esta necesidad es producto de un Estado de Bienestar que cada vez tiene menos capacidad redistributiva debido, en gran parte, a los macrofraudes fiscales, muchos de ellos asociados a la circulación de tacos de billetes de 500 euros. Además, Guillermo, la ley no declara como embargable a toda la nómina.
Iván
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