Hoy, dos de febrero de 2015, nos encontramos a horas de decidir cual
va a ser el futuro de EQUO en Andalucía. El adelanto electoral por
parte del PSOE, rompiendo la coalición de izquierdas, en base a
criterios que no vienen a cuento para la presente reflexión- cada
cuál que saque sus propias conclusiones y las mías están en un
post anterior- ha hecho que de una forma rápida tengamos que decidir
la militancia y los simpatizantes de EQUO cuál será nuestro futuro.
Se nos brindan varios caminos, entre ellos ir como
EQUO sólo, tal y cómo llevamos yendo prácticamente haciendo desde
el 2010; hacer una coalición con IU en Andalucía , cosa que ya
hemos hecho con otros partidos; o integrarnos en las listas de Podemos. Y esta
reflexión totalmente personal, va encaminada a los problemas que veo
en la última.
Se nos ofrece y lanza un mensaje claro
sobre una SYRIZA Andaluza. Realmente el que escribe no disgusta de
dicha idea, una confluencia de fuerzas y gentes de izquierdas, pero
en dicha idea, tras reflexionarla a fondo, me entran ciertas dudas,
sobre la pertinencia de la misma, y quiénes son los actores llamados
a liderar un cambio, o al menos intentarlo. Que pasa en esas
confluencias, según la forma jurídica, donde queda un trabajo de
años, que “precio se paga” al fin y al cabo. Quizás rápido,
demasiado rápido para mí.
Primero y antes que nada, en un somero
análisis de los resultados electorales de EQUO, no voy a negar el
“repunte” que llega a tener en las generales de 2011 en algunas
provincias y en Andalucía, que se “desinfla” en las Andaluzas de
2012. El porqué, sería un planteamiento de análisis que mucho
tiene con el 15M, movimiento que en parte beneficia y en parte resta
toda la potencialidad de EQUO, y que realmente creo alinea PODEMOS
hoy día, cerrando un ciclo de tres años y pico. Y sobre todo por el
llamado “voto útil”, que tanto afecta a las andaluzas y
generales. Quizás en las generales nos vieron como un voto útil a
ciertos temas, pero en las andaluzas, el voto útil voló al PP y al
PSOE.
Si se han visto los datos, tras las
Andaluzas de 2012, viene las Europeas de 2014, y en todas las
provincias- en todas- o crecemos algo, o nos mantenemos. Me refiero a
número de votos, no a porcentajes de votos emitidos- que el
crecimiento comparativo es mayor por la abstención de las europeas.
Es más, si tomamos los datos “dos a dos” en elecciones de
similar “universo” (Municipales con Municipales, Andaluzas con
Andaluzas, Generales con Generales y Europeas con Europeas), el “voto
verde” no para de crecer, en algunos sitios se duplica, por lo que
más que un mensaje de que EQUO tiene un problema, el mensaje es de
que EQUO tiene un votante fiel, poco numeroso en comparación con
otras formaciones, pero fiel. Y quizás el problema de EQUO sea de
llegada, de comunicación, de mensaje, pero no de voto fiel. Es un
problema de potencial “desaprovechado”, no de gente que huye.
En segundo lugar y ya metido en
materia, está PODEMOS. Sus círculos han aprobado una forma en la
que no tienen cabida “las sopas de siglas”. Respetable,
participativo, inclusivo, pero en cuanto a lo deliberativo y lo
igualitario, tengo mis dudas fundadas y razonadas, que no es una
afrenta a PODEMOS y a la capacidad de sus líderes, mucho más
capaces que yo seguro, y a de los que espero puedan llevar a cabo la
transformación necesaria para que podamos vivir todos mejor. No son
dudas faltas de coherencia o lógica. A través de cualquier manual
de Ciencias Políticas o Sociología- y seguro que incluso
Antropología- que se precie de hablar sobre las identidades y las
minorías (y aquí podemos ver grandes debates de J. Habermas y C.
Taylor, por ejemplo, o incluso J. Rawls) en la Ciencia Política
moderna, se retoma una preocupación, que ya desde Platón, se da en
las sociedades: la identidad de las minorías frente a las mayorías.
Y reconozcamos que EQUO, políticamente hablando, es una minoría.
Los procesos democráticos, si no
garantizan de alguna forma que partidos minoritarios, o identidades
minoritarias, puedan tener “su voz” y se respeten sus ideas, lo
lógico es que acaben diluyéndose en la mayoría- una especie de “se
perderán como lagrimas en la lluvia” de Blade Runner- Cuando se
habla en otros partidos de que no son “ni de izquierdas ni de
derechas” , se habla de la postmodernidad, asunto muy ligado al
nacimiento de EQUO y las ideas de ecología política, por encima de
la típica división del trabajo y reparto de riqueza de los partidos
socialistas o de corte liberal, las fracturas, o preocupaciones
sociales y políticas, “modernas” son diferentes de las
“postmodernas”
En esta postmodernidad – y tal como
indica un libro de Ramón Cotarelo sobre la E- Democracia por poner
un ejemplo español- en la que los individuos tienden a la
atomización, se da el peculiar caso de que eso nos hace perder
sentimientos como el de clase, pertenencia, etc... que era en los que
se basaban los partidos tradicionales. Nos crea identidades múltiples
y nuevas, con preocupaciones dispares. Pero con una paradoja, de que
en vez de “diverger” a varios puntos, estamos “convergiendo”
muchas veces a identidades “standard”, diluyéndose toda la
riqueza que podría dar esta nueva situación. Las identidades
mayoritarias vuelven con otra forma, y son las que de nuevo se
asientan , como monolitos de modas y medias, de tendencias y temas de
interés, dejando cualquier “particularidad” en el camino, o
devorándolas en su seno. Y no paran de evolucionar y transformarse,
aunque hay unas grandes líneas maestras que permanecen. Y la
ecología política debe ser una de esas grandes líneas.
Esta última reflexión, va ligada a lo
que quiero indicar: integrar EQUO en PODEMOS puede ser el fin de
EQUO.
No es una idea“anti-PODEMOS”, es un
pensamiento de preservar una identidad que ha luchado mucho tiempo
por la ecología política y el ecosocialismo; para que ahora, como
un “soluto” potente en contenido, pero no en cantidad, se diluya
en una gran cantidad de disolvente, dando a la “solución”, un
tono verdoso. Y pudiera ser que por adición de otro “soluto” o
más disolvente, el color cambiara rápido, quedando todo en una
simple disolución de EQUO.
EQUO tiene una identidad, tiene una
lucha, unos contenidos y una potencialidad que quizás muchos no
vean, otros si lo vemos. Y nada mejor para verlo que el ejemplo de
“Ciudadanos”, que puede verse en una comparación de C´s, el
partido representado por Albert Rivera, y UPyD, el representado por
Rosa Díez.
UPyD parecía que iba a dar un
“campanazo” cuando comenzó su andadura, incluso que iba a
“fagocitar” a C´s. Pasado un tiempo, aquí están los sondeos y
las realidades: C´s se ha mantenido en una lógica propia, y ahora
“transmite” su idea con más éxito a su electorado potencial,
para terror de UPyD, y preocupación justificable de PP y del centro
moderado de izquierdas del PSOE (no seré yo quién diga que el PSOE
no tiene algo de izquierda que la tiene). ¿Porqué no ser similar en
tenacidad a C´s en hacerse visible a su electorado
potencial?.¿Para qué ofrecer esa posibilidad de diluirnos en
PODEMOS porque se presenten con una fuerza arrebatadora y eficaz?
¿Que puede pasarnos si no lo hacemos? Pues respondiendo a ésta
última, lo peor que puede pasarnos es que nos quedemos como estamos.
Aunque con una identidad clara, definida, sabiendo quiénes somos.
Si nos quedamos como estamos, no vamos
a ser una “amenaza” para nadie, somos modestos, pero viendo los
datos y tendencias (nada de sondeos, somos esos “otros” de todos
ellos) creo que la desaparición no está justificada. Pero si
crecemos un poco, quizás seamos parte de algo, siendo EQUO.
Ejemplos de disoluciones, tenemos en
España, como el Partido Socialista Popular de Tierno Galván, en el
PSOE. Pero hay muchos ejemplos en la historia política de
absorciones, a la derecha y a la izquierda. Integraciones en las que
se cumple la máxima de que las mayorías arrastran a las minorías,
y si no las integran, pero sin personalidad e identidad, o como una
pequeña voz interna, muchas veces molesta, otras necesaria para dar
“credibilidad” a los proyectos.
No creo que haya una intencionalidad en
los compañeros de PODEMOS, como no creo que en otros casos de la
historia europea o latinoamerica, haya habido dicha intencionalidad,
pero lo que si está claro es que ocurre. Ha sucedido, y por tanto
¿porqué no va a volver a pasar una vez más?
Tenemos ahora en estas horas próximas,
la responsabilidad de decidir cuál va a ser nuestro camino. Podemos
ir solos, sabemos lo que vamos a sacar. Podemos ir con IU, hay
experiencias que no se van a repetir: somos más sabios y más
“viejos”, más experimentados, quizás podamos aprovechar su
estructura y ellos nuestra capacidad. Podemos ir “en” PODEMOS,
pero en este caso podemos diluirnos sin remedio.
Creo que por esperar “un poco más”
no perdemos nada, siempre tenemos la opción de hacerlo después.
PODEMOS es un tren enorme, que va con capacidad y con velocidad, y
está claro que me siento orgulloso como integrante de EQUO, que nos
quieran con ellos. Si nos quieren es que hay algo que les atrae de
nosotros. Si IU nos quiere en coalición, es que hay algo que podemos
aportar, y ¿aún no nos lo creemos?. Si no nos quisieran, no nos
invitarían. ¿Que será lo que ofrece EQUO? ¿No será que conocen
mejor que nosotros nuestra potencialidad? ¿No será que saben que
los “Issues” políticos del futuro son los que EQUO ya intenta
solucionar?.
Recapacitemos, repensemos, y creamos en
nosotras y nosotros. En todo caso, siempre queda la opción de ir con
ellos más tarde, o de que quién quiera se sume ahora, dejando a
EQUO su identidad propia, y no diluyéndolo. Pero esto último es un
error, pues lo mejor de EQUO es su activismo y las personas que lo
componen. Si analizamos el porqué no se llega cómo llegan en otros
partidos verdes de otras naciones, de otras regiones, si damos con la
clave de la particularidad de EQUO en el territorio español, de su
falta de “llegada”, y corregimos todo eso, creo que podremos ser
algo más de lo que somos ahora mismo. Pues sigo manteniendo que EQUO
hace política de futuro en el presente. Y eso es complicado de hacer
ver muchas veces a personas cuyas preocupaciones son las de hoy por
hoy, aunque todo llega.
Ruiz Navegante.
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