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¿Tenía razón Stephen Hawking?

Hasta ahora la pregunta más importante que podía hacerse el ser humano era sobre las consecuencias de sus actos. Decía Deleuze, respecto a la sociedad del control, que hemos pasado en el  ejercicio del poder soberano de un poder que «hace morir y deja vivir» —el del Rey que puede matar al súbdito si se opone a él— a otro que «hace vivir y deja morir» —el del Estado del siglo XX que protege a los ciudadanos frente al peligro de terceros Estados y los avatares de la vida: estado del bienestar y lo hace producir—.

Con la advenimiento de la inteligencia artificial la pregunta más importante será si es mejor que los seres humanos ¿Redirigirá la IA y la robotización el poder hacia un ejercicio de éste que no deja vivir y a la vez deja morir? ¿Hacia un poder indiferente ante la vida y la muerte de los seres humanos, que no interviene en la vida ni en la muerte de las personas —por considerarlas seres obsoletos— pero si interviene en la vida y en la muerte del verdadero sujeto relevante para la producción: las empresas? Ya nos encontramos en un estadio en el que el poder interviene cada vez menos en la vida y muerte de los seres humanos, no así en la vida y muerte de las empresas: regula la forma de sus actos con reglas jurídicas que actúan como normas morales de comportamiento para éstas; qué es una buena o una mala muerte empresarial, incluso los casos en que las empresas pueden resucitar, a través de una ley de segunda oportunidad.

En el siglo XXI el poder bascula desde el Estado hacia las grandes corporaciones multinacionales. Ya no es ejercido monopolísticamente por el Estado, sino que cada vez es más compartido con éstas. Ciertos tratados internacionales les reconocen capacidad de colegislar. De esta manera las grandes corporaciones multinacionales se convierten por  la puerta de atrás en actores políticos y los Estados más sujetos en el sentido etimológico del término: aquel que se somete, las personas. Lo vemos en los acuerdos de libre comercio que han aprobado entre la Unión Europea y Canadá (CETA) y el que casi se llegó a aprobar con EE.UU (TTIP). Estos acuerdos introducen la debilidad en el corazón del Estado, que se torna dócil a las exigencias de las grandes corporaciones como resultado del chantaje permanente de futuras reclamaciones indemnizatorias por pérdida de beneficios. Su aprobación sanciona la desaparición de la soberanía del pueblo y del estado del bienestar.

En este contexto de exaltación de la libertad de empresa, ésta se ha transformado en un interfaz que zombifica a las personas por la mordedura del marketing y al medio ambiente con una producción que consume más recursos de los disponibles para la generación actual y genera más contaminación de la que los ecosistemas territoriales y planetarios son capaces de asimilar. La libertad individual —y su variante de libertad de empresa—ejercida de manera incondicional es arbitraria, pues interfiere la libertad individual de las generaciones futuras, sin tener en cuenta el efecto acumulativo de la especie que origina en el medio ambiente por la contaminación y el consumo de recursos.

Si los derechos humanos nacieron en el siglo XVIII como una defensa frente al poder de muerte del Estado. Al variar la forma de ejercicio del poder, la concepción de los derechos humanos ha de mutar en consonancia con aquél. La protección clásica que los derechos humanos confieren a los ciudadanos frente al Estado debe, pues, extenderse a las relaciones de éstos con las grandes multinacionales y empresas, a fin de mantener hoy una esfera equivalente de protección.

La inteligencia artificial y la robotización son una revolución comparable a la del neolítico, sino más.  Las preguntas y los interrogantes se amontonan: ¿Es ésta el germen de una nueva especie?, ¿la concepción de la libertad ya modificada por el cambio climático se resignificará por la inteligencia artificial?, ¿es necesario introducir la ética en los algoritmos de inteligencia artificial? ¿se debería reconocer la igualdad entre humanos y robots inteligentes? ¿se reconocerá libertad individual a androides con inteligencia artificial de similar que a los humanos o de alguna otra forma? En 2017 le fue otorgada la ciudadanía saudí y reconocidos derechos de una persona a un robot llamado Sophia —en medio de las críticas por la situación de las mujeres en ese país y las condiciones migratorias—. ¿Es ésta una excepción o será una regla universal?



El capitalismo industrial mutó en neoliberalismo. ¿Las mutaciones que trae la inteligencia artificial y la robotización son una nueva forma de capitalismo? De la misma manera que el capitalismo neoliberal está eliminando a la clase trabajadora, al hacer que cada trabajador se explote a sí mismo en su propia empresa, en esta nueva forma de capitalismo el trabajador asalariado al ser sustituible por máquinas resultará obsoleto por innecesario. ¿Traerá este capitalismo la independización de las relaciones productivas respecto de las fuerzas productivas? Los primeros intentos ya están aquí. Tesla automatizó totalmente su fábrica. Ha reconocido, sin embargo, que ésta ha producido retrasos en la producción y ha anunciado la reincorporación de humanos a la cadena de producción. Las correlaciones de fuerzas y los equilibrios de poder cambiarán entonces. ¿Llegarán a tener los robots algún día derechos laborales, civiles y/o políticos? Un diario nacional publica la noticia que un robot ha sido candidato en las elecciones a Alcalde de uno de los distritos de Tokio, cuya una población es de 150.000 habitantes. Fue el tercer candidato más votado.

La sustitución de los seres humanos por robots en el proceso productivo producirá la obsolescencia objetiva de la izquierda. Como dice Yuval N. Harari cada técnica tiene sus dioses. Y la inteligencia artificial también los requiere. Surgirán, por tanto, nuevas religiones. Ésta obsolescencia que se anuncia es una culminación del proceso de  obsolescencia de la división entre izquierda/derecha que se inició con la globalización, fruto de la cual se ha originado una pugna entre los partidarios de la globalización neoliberal y sus detractores, atrincherados en la visión nacional/nacionalista, que ha hecho aflorar una nueva distribución ideológica en tres ejes: posliberalismo, populismo y ecologismo. En el eje liberal se agrupan tanto a la derecha neoliberal como a la socialdemocracia liberal partidaria de la globalización. En la etiqueta populista se incluye el espectro antiglobalizador desde la extrema derecha hasta la izquierda. La división izquierda/derecha, sin embargo, continúa presente en el imaginario político colectivo, aunque no es ya el eje dialéctico principal, sino una subdivisión secundaria que ordena las etiquetas ideológicas en el interior de cada eje. La denominación ecologismo —a pesar que no ha terminado de emerger como fuerza política de masas— se usa aquí de manera extensa, para encuadrar dentro de ella a los partidos políticos de corte ecologista y también a aquellos movimientos sociales que se encuentran más o menos próximos a la ideología ecologista.

En un escenario de cambio climático, crisis de recursos y artificialización el único superviviente es el robot, una especie que no muere. El  planeta recupera para si —de una manera absoluta— la condición de base material (y financiera) de supervivencia de la especie humana, acelera el desarrollo y explotación de la minería espacial y confiere verosimilitud a la hipótesis planteada por Stephen Hawking de la necesidad que tendrá la especie humana de colonizar nuevos planetas para sobrevivir. ¿La supervivencia en la Tierra estaría protagonizada por las Arcas de Noé? ¿Llegarán a existir estaciones espaciales en órbitas cercanas a la Tierra? ¿Serían éstos hábitats para ricos, quedando la gente abandonada a su suerte de en una distopía terrestre de cambio climático y robots inteligentes? ¿Es necesaria una biopolítica extraplanetaria? ¿La irrupción de la inteligencia artificial es el alumbramiento de una nueva forma de vida? ¿En un contexto de cambio climático y salto tecnológico, de riesgo de supervivencia para la especie humana y la profunda transformación del ser humano que puede ocasionar el desarrollo tecnológico, es importante reivindicar el lobo? ¿Será sobrepasada por la evolución tecnológica y los acontecimientos la ecología política? Para poder seguir celebrando el Día de la Tierra, fecha en que se publica este post, debemos hacernos estas preguntas.

Los escenarios descritos no quieren ser una predicción o vaticinio, sino una invitación a la reflexión sobre el escenario de cambio climático en un contexto de artificialización y robotización del sistema productivo y de la sociedad y sobre la necesidad de pensar una reflexión política que de respuesta a esta realidad insoslayable a la que estamos abocados. Tal y como se pregunta Jonathan Nolan: «¿Qué pasaría si la inteligencia artificial nos matara, pero no por ser mala, sino porque nosotros somos los malos?».


Francisco Soler
 http://mas.laopiniondemalaga.es/blog/barra-verde/2018/04/22/tenia-razon-stephen-hawking/

Un resumen de 2016


Perogrullada por aquí y perogrullada por allá, bien regada por comunicación que pretende hacer de lo mediocre algo espléndido. Excepto honrosas excepciones individuales, la mayorìa pena, penita, pena. En todos los partidos sin excepción. Es mi resumen del 2016.

La falta de autoridad socavada por el ansia de poder, las bases reventadas o inexistentes, la desconexión manifiesta con la sociedad civil, los intentos de manipulación y la "mediocracia 3.0" son las características de los partidos cárteles: poca militancia, bien colocados y obedientes, y solo se busca poder, no transformar. Gestionar cargos y presupuestos es el fin y para eso todo vale, hasta el "populismo". Hoy ya sí se podría hablar de una "clase política" común. Fracaso estrepitoso de los que denunciaban los privilegios, la desigualdad o "la casta" al integrarse en la maquinaria. La ciudadanía fuera de sus ámbitos de acción. En vez de mejorar vamos a peor... hacia un nuevo bipartidismo aún más fuerte y "castuciano". Aún veremos cómo se conforma... pero vamos de nuevo al bipartidismo imperfecto, y más socarrón, pues ha superado un fuerte golpe.

Partidos más centrados en parecer que hacen que en transformar. Todo es noticiable, y como todo lo es, ¿para que esforzarse en hacer? Con decir basta. Mercadotecnia y mercado electoral, la "sondeocracia" es lo importante ahora... las medallitas puntuales, las ideas y juegos de palabras estúpidos. Y entretanto sanidad, educación, empleo, industrialización, pensiones, natalidad, deuda, crecimiento micro, rescates de lo privado con lo público y maledicencia de lo público, fuera de una auténtica agenda transformacional.

Populismo en todos los partidos. No se salva ni uno. Todos usan el populismo, los medios como marketing electoralista más que como comunicación política. ¡Qué carajo van a comunicar si no hacen políticas de calado! Todo es superficial. Las únicas políticas de calado las ha hecho el PP y ya sabemos para què. El resto... comparsas, incapaces o cobardes que sólo saben quejarse pero no hacer política.

Así ahora entiendo porque salió Rajoy hablando de marcarse un Felipe González e ir por la tercera... es que es tonto si no lo hace, porque se lo han puesto a huevo. Tres partidos de la oposición mirándose las entrañas en vez de currar en serio, y matándose entre ellos. Dos nacionalistas haciendo su agenda propia... a huevo lo tiene el presidente de España para poder seguir cuatro años más.

Espero equivocarme... pero últimamente no... y de verdad que lo espero.

Rafa Ruiz Herbello

Sra. Aguirre




A Virginia
Me presento a mi tercera reelección porque quiero un partido sin complejos, que no se resigne nunca y dé las batallas ideológicas contra los lugares comunes de la izquierda y su presunta superioridad moral... ¿Pero cómo van a ser moralmente superiores estos señores?”(Esperanza Aguirre)

Por lo visto hay gente en su partido que tiene algún complejo por la superioridad ideológica de la izquierda: menos mal que quedan algunos militantes (de la tropa más pedestre, que no de la gobernanza) que tienen vergüenza…

Porque vamos a ver: ¿Cuál es la ideología de la derecha? (hay gente buena y mala en todas partes, hablo de la ideología de la derecha…y de la izquierda, no se apure):

DINERO: Mientras la izquierda lleva dos siglos y medio discutiendo ideológicamente, aclarando conceptos, desmontando el tradicional- natural sistema de producción-explotación, sentando las bases primero utópicas-después científicas de otro mundo posible, la derecha sólo se ha preocupado por el dinero, el oro contante y sonante, las tierras, los castillos-palacios-alquerías-masías-cortijos…, los créditos y los réditos, los matrimonios políticos-aristocráticos-de conveniencia para incrementar su poder- dinero-tierras…
La izquierda ha tenido y tiene tanta ideología (con tan poco dinero, y precisamente por eso) que hasta dejó de votar al tan querido y respetado ¿verdad?, por Vds. ZP cuando nos mintió, aún sabiendo que se nos venían Vds. encima, pero no podíamos permitirle lo que Vds. les permiten a los suyos…desde siempre.

POPULISMO: Pero ¿hay que felicitarles? porque se han superado a sí mismos y a los más pesimistas de nosotros: Nunca dijo nadie tantas mentiras antes y después de unas elecciones como este PP del “mosquita muerta” de Rajoy y su gobierno de buitres carroñeros. Ni podíamos imaginar que iban a privatizar uno de los más eficientes servicios públicos de Salud del mundo; ni que iban a meterle mano a la Televisión Pública, que tanto ha costado levantar y consensuar; ni a intentar acabar con los sindicatos, que han hecho infinitamente más por la democracia que Vds., aún con sus fallos, en el último medio siglo.
Porque el populismo es la médula de vuestra ideología: engañar a los que desde siempre se les ha mantenido en la ignorancia (que hoy han traducido Vds. en mayores recortes a la enseñanza que a ningún otro ministerio, y persecución de la libertad de expresión en las redes sociales) mientras se les da circo, folclore y religión. Pero el populismo tiene las patas cortas y tantas mentiras dicen que cada día menos gente les cree.

PREJUICIOS: Como las llamadas “Religiones del Libro” tienen dogmas en los que hay que creer sin razones ni críticas, la derecha tiene prejuicios derivados de sus posesiones: no les interesa la verdad, sólo aquélla que defienda esas posesiones, y en base a ello han organizado desde hace siglos toda la jurisprudencia (esta vuestra aplastante legislatura empezó con la condena a Garzón y la desaparición del caso Gürtel); la organización territorial y las leyes supremas que controlan las elecciones (D’Hont…), los partidos (Tribunal de Cuentas…); los diez mil impuestos de que disfrutamos; el control (remarcado en Egggpaña por la Santa Madre) de los momentos-clave de la vida de las personas (nacimiento, casamiento, muerte); el prejuicio de que los trabajadores como tal son unos flojos-ladrones-pícaros…; el de que los sindicalistas son unos pícaros-ladrones-corruptos; el de que los extranjeros pobres son inferiores-ladrones-pícaros…; el de que los extranjeros ricos son listos-trabajadores-honestos…;
Y estos prejuicios se han traducido este año en una dotación exponencialmente superior a la de años anteriores en armamento represivo para la policía.
La izquierda también tenemos nuestros prejuicios con respecto a la derecha, al empresariado, la monarquía en general y ésta en particular, la jurisprudencia y la abogacía… claro, la experiencia casi siempre nos ha ido mal…

Y esta es la ideología de la derecha, la suya, Sra. Aguirre la del Sr. Fraga, Berlusconi… hasta la Sra. Merkel.
Por cierto, Sra. Aguirre: hablemos de la Sra. Merkel, porque su ideología es más pura que la de su gobierno de Vd. (que es un mal y tardo copión), y que creo se puede resumir así:

1.- Alemania tiene que trabajar mucho, producir mucho, crear mucha riqueza; porque Alemania es la mejor: ¡¡¡TODO POR ALEMANIA!!!
2.- Cuando ya no se puede crear más dinero con el trabajo, se “invierte” en otros bancos, países… a fin de que los intereses hagan más rica a Alemania, QUE PARA ESO TRABAJA; y si hace falta se queda uno con los bancos o se manejan a países enteros como si fueran rehenes de guerra.
3.- Cuando Alemania se haga de nuevo con toda Europa sin pegar un tiro, ¿nos venderá al mejor postor entre China y EEUU?
4.- ¿Y cuando consiga todo el dinero del mundo se darán cuenta que el dinero no se come?

Sra. Merkel: Desde siempre han convivido y se han complementado cigarras y hormigas; no introduzca el oro entre unas y otras, que las cigarras preferimos vivir con el oro del sol, antes que ser las hormigas que recogen las migajas de su abundante, ecológica, insostenible mesa.

Sra. Aguirre: Suya es la hacienda, la casa, el caballo y la pistola; la calle, la fábrica y la mafia; el parlamento y el Banco Mundial... ¿No tiene bastante? No se meta también en estos jardines de la ideología y la moralidad, que no es lo suyo.

En fin, creo que no nos podremos poner de acuerdo: Son tantos siglos de pedradas que estamos condenados a no entendernos.

Manolo Aljarafe